Aler Baldomero Samayoa alias “Chicharra”, uno de los máximos líderes de Los Huistas, un clan de narcotráfico con fuertes vínculos políticos en el norte de Guatemala, aceptó ser extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos de narcotráfico, esto 20 días después de su captura en Chiapas y de haber catalogado como un alivio su detención porque pensaba que su destino sería aún peor.
“El Chicharra” tenía seis años figurando entre la lista de los 100 más buscados por Estados Unidos, hasta que el 12 de marzo, un operativo organizado entre las autoridades de México, Guatemala y Estados Unidos, dieron con su paradero en una zona remota de Chiapas.
“Yo estoy tranquilo, siento paz, aquí estoy seguro”, dijo ese día Samayoa, con el pelo largo, su vestimenta sucia y en sandalias adentro de una carceleta de la Torre de Tribunales de Ciudad de Guatemala.
“De cierta forma agradezco que me hayan capturado porque siento que mi destino pudo haber sido algo mucho peor”, agregó el narcotraficante más buscado del país sin ningún tipo de seguridad especial, rodeado de carceletas llenas de criminales comunes que lo observaban atentamente entre las rejas.

Samayoa es identificado como líder de Los Huistas, un poderoso clan nacido en San Antonio Huista y Santa Ana Huista, dos municipios fronterizos de Huehuetenango, que en la década de 1990 se convirtió en una organización clave para la logística de transporte y rutas para el traspaso de la cocaína de diversos carteles del narcotráfico mexicano, según el Departamento de Estado de EE.UU.
El extraditable tiene una acusación federal de los Estados Unidos en su contra desde 2018 por supuestamente ser responsable de hacer ingresar cargamentos de cocaína a Guatemala, almacenarlos y posteriormente enviarlos a México. También se le acusa de traficar metanfetaminas y heroína.
“El Chicharra” fue sancionado por el Departamento del Tesoro en 2018 junto, a quien Estados Unidos señala como el otro líder de Los Huistas, Eugenio Darío Molína López, esta dependencia estadounidense agregó que ambos lavan dinero de la organización, tienen control sobre cultivos de amapola en las montañas de Huehuetenango y últimamente comenzaron a importar precursores químicos desde China para la fabricar metanfetamina.
Cuando Samayoa fue cuestionado sobre las acusaciones de Estados Unidos en su contra, el día de su detención, se limitó a decir “Ellos (EE.UU.) hacen su trabajo y yo ya hice el mío (…) voy aceptar la extradición, esta es la vida que elegí y yo sabía que esto iba a pasar”.
Estados Unidos acusa a Los Huistas de Samayoa de trabajar de la mano directamente con los carteles de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, ambos declarados por el Departamento de Estado como organizaciones terroristas apenas un mes antes de la captura de Baldomero Samayoa.
El 1 de abril, durante una audiencia en el Tribunal Tercero de Sentencia Penal, Samayoa aceptó la extradición sin ningúna duda, pero su entrega a la justicia estadounidense debe esperar porque tiene un proceso en Guatemala por asociación ilícita y el Tribunal de Mayor Riesgo B debe decidir si lo envía a juicio o no.

La captura de Samayoa es la primera en contra de uno de los máximos líderes de Los Huistas en la historia y es parte de la decena de extraditables por narcotráfico que Guatemala ha capturado en 2025.
El favor de la frontera y vínculos políticos
La detención de Samayoa no es el fin de la organización criminal, tomando en cuenta que Eugenio Darío Molina, el otro bastión de Los Huistas, sigue prófugo y el dominio de límites geográficos entre Huehuetenango y Chiapas les dan una posición de poder envidiable.
Además, un análisis de InsghtCrime, publicado el pasado 13 de marzo, explica cómo la alianza de Los Huistas con el Cártel de Jalisco Nueva Generación diversificó y volvió a esta organización aún más completa en el extremo norte del país.
Aunque la embajada de Estados Unidos en Guatemala celebró la detención de Samayoa como “un golpe histórico” al narcotráfico, las ramas políticas de Los Huistas ayudan a pensar que su poder regional seguirá.
Los alcances de Los Huistas en el mundo político han sido dibujados por investigaciones y capturas significativas en los últimos 10 años. Por ejemplo, Henry Hernández, fue arrestado en enero de 2021 por lavado de dinero que implicaba al clan, según una investigación del Ministerio Público.
Henry es el hermano mayor de Sofía Hernández, la diputada por Huehuetenango que pertenece al partido Vamos, que en ese entonces era el oficialismo del presidente Alejandro Giammattei y Sofía fue parte de la junta directiva en ocasiones.
La diputada ha negado conocer sobre los actos criminales de su hermano quien fue acusado de falsificar documentos bancarios para encubrir el lavado de dinero de Juan Bautista Rozotto, otro líder del clan, y el hermano de la congresista terminó por aceptar sus vínculos Huistas para recibir una reducción de pena en 2022.

Además, el sobrino de la diputada Hernández, Jean Carlo Castillo Hernández, se declaró culpable de conspirar para traficar 2,000 kilogramos de cocaína hacia Estados Unidos y su estadía, tras ser detenido en Estados Unidos, significó la primera condena contra un miembro del clan y parte de la investigación que buscaba dar con la captura de los dos máximos líderes, entre ellos “Chicharra”.
La diputada negó su vinculación con Los Huistas en una entrevista con Redacción Regional y aseguró que “su pecado” fue haber nacido en Santa Ana Huista, municipio que asegura que dejó desde los 13 años.
En la actualidad la familia de Sofía Hernández tiene otros puestos de poder dentro del Estado, su hijo Erick es diputado por el partido Vamos, su hija Karla integra el Parlamento Centroamericano y su hermano Filomeno es alcalde del municipio que la vio nacer.
La extradición del “Chicharra” tendrá que esperar, aunque el líder del clan aceptó ser enviado a Estados Unidos, donde sus declaraciones podrían implicar a actores políticos, se estima que debe pasar unos meses más en Guatemala mientras se dilucida otro caso de asociación ilícita que pesa en su contra.