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El desfase en las pruebas es sistémico

Guatemala se encuentra navegando la pandemia a ciegas. ¿Cuántas pruebas se hacen al día? Nadie lo sabe. La nueva ministra, Amelia Flores, anunció que solicitó una auditoría de pruebas por laboratorios que no envían registros diarios. Pero alrededor de las cifras de diagnóstico existen más anomalías.


Las pruebas de diagnóstico de la COVID-19 sirven para detectar la enfermedad en un paciente, su uso general ayuda a conocer la evolución de la pandemia en una población o territorio y permite hacer proyecciones, tomar decisiones y crear disposiciones. Sin embargo, en Guatemala no hay un registro público que sea confiable, ni se conoce con exactitud cuántos tests se han realizado.

El miércoles 24 de junio fue la primera vez que el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSPAS) reconoció que los datos de pruebas presentados a la población no era el correcto. Según la explicación del Dr. Edwin Asturias, director de la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia COVID-19 (COPRECOVID), en su cuenta de twitter, hay laboratorios privados corriendo pruebas y no reportando diariamente a la autoridad de salud.

Este subregistro fue confirmado por el Ministerio de Salud en una nota aclaratoria, al pie del reporte de las cifras diarias del mismo 24 de julio, donde explicó que “algunos hospitales de la red pública y una mayoría de laboratorios y hospitales de la red privada no tienen al día el reporte obligatorio de casos (de coronavirus) que deben notificar por ley”. Los datos se denominaron como “preliminares”, mientras se conoce el resultado de la auditoría inmediata que, según el informe, solicitó la nueva ministra de salud, Amelia Flores.

La situación se repitió el jueves 25 de junio: 800 casos nuevos en datos preliminares, a falta de una auditoría.

Pero la inconsistencia de las pruebas no es un problema nuevo, ni tampoco es el único que tienen las nuevas autoridades de salud con relación a los test de diagnóstico.

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Ante la falta de transparencia y desfase sistémico en los datos de pruebas realizadas, las nuevas autoridades han solicitado una auditoría inmediata. Foto: Presidencia.

Los datos de las cadenas nacionales no coinciden con los Epidemiológicos

A principios del mes de junio, la organización Laboratorio de Datos GT (Lab de Datos) alertó que la cantidad de pruebas entregada por la Unidad de Epidemiología no coincidía con la suma de las cifras que presentaba diariamente el ahora exministro Hugo Monroy, tampoco tenían concordancia con las que el presidente Alejandro Giammattei ofrecía en algunas ocasiones en cadena nacional, y los datos presentaban diferencias con los reportados por  las autoridades del Ministerio de Salud de Salud y Asistencia Social (MSPAS) en presentaciones oficiales.

Un ejemplo de esto, sucedió el 26 de mayo cuando la cantidad reportada ese día en las cadenas nacionales por el exministro Monroy y el presidente Giammattei era 46.9% más alta que lo registrado por el Departamento de Epidemiología. Los datos presentados por el Ejecutivo sumaban 39 mil 640 (según el registro diario que lleva No-Ficción similar al de Lab de Datos GT), en tanto que las cifras otorgadas por acceso a la información de ese día sumaban 21 mil 069.

Y lo que resalta aún más dudas es que los informes semanales entregados por el Departamento de Epidemiología del MSPAS, tampoco coinciden entre sí.

Un análisis elaborado por el equipo de Lab de Datos, expone que el Ministerio de Salud les hizo entregas semanales de informes sobre la cantidad de pruebas realizadas en el mes de mayo. En un reporte del 22 de mayo se registraron 1 mil 023 procedimientos realizados entre el 1 y el 5 de mayo. Sin embargo, en el siguiente informe entregado el 29 de mayo, la cantidad reportada entre el 1 y 5 de mayo era de 1 mil 171 pruebas.

Una diferencia de 148 pruebas para el mismo período de cinco días, en reportes oficiales, provenientes de la misma fuente: el Departamento de Epidemiología bajo el mando del Dr. Manuel Sagastume, quien dejó el cargo en el MSPAS el 13 de junio, seis días antes de que el resto de autoridades de alto nivel en el Ministerio de Salud también presentarán su renuncia.

“Esto es grave, ya que una diferencia en el número de pruebas para el mismo período de tiempo tiene un impacto en la positividad acumulada. Es decir que no hay certeza de cuál es la prevalencia de la enfermedad, información necesaria para tomar decisiones”, concluye en su análisis la organización Lab de Datos.

El índice de pruebas con resultados positivos de los contagios (o “positividad”) es una de las variables que el Gobierno de Guatemala decidió calcular para medir el control de la epidemia. Y, también, para avanzar en las fases de la desescalada económica y social del país, que significa relajar por pasos las medidas y restricciones implementadas para prevenir que siga esparciéndose la enfermedad. 

Según Óscar Chávez, investigador de Lab de Datos, la positividad al COVID-19 se calcula por cantidad de casos en cantidad de pruebas; no hacer una medición correcta podría tener consecuencias para la población en general, por las decisiones que se toman alrededor de estos indicadores. Como cerrar o abrir el comercio del país, hacer que los autos de determinadas placas no circulen varios días, decretar Estado de Sitio cada día.

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Se necesita correr al menos 5 mil pruebas al día para conocer la evolución del contagio, pero la capacidad del Laboratorio Nacional ya fue rebasada. Foto: Presidencia.

Con el Laboratorio Nacional colapsado, ¿quiénes están realizando pruebas de COVID-19?

A la inconsistencia de los registros de pruebas realizadas, se suma la denuncia pública de la diputada del Movimiento Semilla y exministra de salud, Lucrecia Hernández Mack, en su cuenta personal de Twitter:


Y es que según explica la misma diputada Hernández, el Laboratorio Nacional de Salud reconoció que solo tiene capacidad para procesar 250 pruebas RT-PCR para conocer si hay rastro del nuevo coronavirus. Por lo que el contagio exponencial también ha rebasado sus capacidades y tenían un retraso de 7 mil procedimientos en cola hasta el 17 de junio.

A esta cantidad de material en espera, se le conoce como “presa”, y va en aumento. “El 8 de junio tenían una presa de 4 mil 909 muestras”, explica Lucrecia Hernández, “en 11 días, de 5 mil se aumentó a 7 mil la presa. Y tienen capacidad de correr 250 al día”.

La ministra Flores, reconoció en entrevista a ConCriterio que el Laboratorio Nacional está trabajando a capacidad media porque la mitad del personal está en cuarentena, y los que sí pueden trabajar están exhaustos. “Ellos (el personal) han asumido el compromiso de seguir trabajando (en el Laboratorio Nacional), pero no con el mismo ritmo”, justificó la funcionaria de salud.

La responsable de la cartera de salud también habló sobre la descentralización de pruebas a nivel nacional planificada para la última semana de junio. Además del apoyo de las facultades de Ciencias químicas y farmacia y la de Zootecnia y veterinaria de la Universidad de San Carlos (USAC) que empezaron a funcionar desde el 23 de junio, según la ministra Flores. También mencionó alianzas con la empresa privada.

Sin embargo, el convenio con la facultad de Veterinaria se había firmado desde abril, al igual que uno con el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF). De este último, se conoció que iba a estar destinado al departamento de Petén, según lo aseguró el presidente Alejandro Giammattei en cadena nacional, también en abril. 

Lucrecia Hernández asegura que desde el Congreso no conocen con exactitud dónde se realizan pruebas y concuerda con el analista Óscar Chávez, de Lab de Datos, en que no solo no se sabe cuántas pruebas se hacen diariamente, tampoco se conoce cuál es realmente el comportamiento de la enfermedad en el país.

El número de infectados puede saltar de 250 en un día a 750 en otro. Los datos bajan y suben, y no alcanzan todavía para definir un número pico de contagios que demuestre el inicio de una curva en descenso.

“No sabemos si en realidad la cantidad de pruebas es la de Giammattei, si es la del ministerio. Pero aún así no sabemos si esa está bien, por toda la información de que no pueden procesar y tienen una gran presa”, expone Chávez.

“No sabemos cómo se está comportando la enfermedad. Vemos una tendencia, que es hacia arriba, especialmente de fallecidos. Y lo que sabemos es que hay un subregistro, que hay un atraso y que los casos que se confirman dependen mucho del número de laboratorios que se corran”, explica la diputada Hernández.

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La gestión de datos bajo la dirección del ministro Hugo Monroy está bajo auditoría por el desfase sistémico en los indicadores de pruebas, fallecido y contagios. Foto: Presidencia

Cambios en el Ministerio Salud

Desde el viernes 12 de junio se le solicitó a la comunicadora del Ministerio de Salud, Julia Barrera, que preguntara a las autoridades de la cartera en conferencia de prensa: El motivo por el cual los datos de las pruebas obtenidas por acceso a la información no coinciden con el que se presenta cada día en la cadena nacional, como también por qué tampoco coinciden las cifras del Laboratorio Nacional al comparar sus propios resultados de infecciones con tan solo una semana de diferencia entre sus reportes. 

Sin embargo, estas preguntas no fueron realizadas en ninguna de las dos conferencias brindadas por las autoridades de salud desde el día su planteamiento. Según Barrera el motivo de no contar con una respuesta ha sido la falta de tiempo durante las conferencias, aunque aseguró que ya había hecho la consulta, pero sin recibir respuesta.

No-Ficción intentó hablar con el jefe de la COPRECOVID, Edwin Asturias, en diversas ocasiones para conocer más sobre estas anomalías y no hubo respuesta para concretar una conversación. 

El ex-jefe del Departamento de Epidemiología del MSPAS, separado del cargo desde el 15 de junio, Manuel Sagastume, no reconoció fallos en el número de pruebas de nuevos casos positivos, aunque explicó al medio digital Nómada que:

“Hay algunas dificultades en el traslado de la información, pero esto está sujeto a la cantidad de muestras que ingresan al Laboratorio Nacional de Salud que se encuentra saturado. Aún cuando hay otros laboratorios, tienen cantidades limitadas de pruebas y eso demora el tiempo que se tardan en procesarlas”.

Las nuevas autoridades de salud están cerca de cumplir una semana en el cargo, y la comunicación ha sido muy escasa. No ha habido ni una conferencia de prensa, ni presencial, ni virtual. La ministra Amelia Flores solo ha dado entrevistas a algunos medios y los datos de contagios, pruebas y fallecidos por el nuevo coronavirus siguen siendo ambiguos y opacos.

Los retos que deben enfrentar las nuevas autoridades son grandes. Sobre todo luego de los principales cuestionamientos que se le hacen a la gestión del ex ministro Hugo Monroy, como algunos de los que listó el procurador de los Derechos Humanos (PDH), Jordán Rodas: La falta de transparencia relacionada con las cifras de contagios y de fallecidos, la centralización de las pruebas de diagnóstico, la nula ejecución de fondos que se traduce en 32 eventos de compras caídos, personal de salud sin equipo de protección personal y 221 pagos pendientes a médicos y enfermeros que tratan la Covid-19. Y también el vencimiento del contrato de suministro de oxígeno para todo el Sistema Nacional de Salud.

“No se sabe cómo estamos, y yo creo que eso lo tienen claro las nuevas autoridades”, explica la diputada Hernández, “(Y) creo que todos tenemos bastante claro que el número de casos confirmados al día depende mucho de cuantas pruebas se están corriendo, y sabemos que lo que se confirmó hoy no necesariamente son de muestras realizadas hoy, sino que pueden ser de hace 15 o 20 días”.

Ante estas circunstancias, la curva de contagios de Guatemala es ambigua, sin claridad de tendencias estadísticas, sin una disminución de contagios en el horizonte. Y más grave: un Gobierno ciego para tomar decisiones. 

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