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El desafío de comer sano en las escuelas: Programa de Alimentación Escolar

La Ley de Alimentación Escolar, diseñada para garantizar una nutrición adecuada a millones de niños en Guatemala, enfrenta serios desafíos en su implementación. Mientras algunas escuelas logran ofrecer refacciones saludables gracias a la colaboración de empresas y padres, otras luchan con la falta de recursos, cocinas y apoyo de la OPF. Este nota  explora el contexto de ambas partes

La  Alimentación Escolar es una ley vigente desde 2017, pero su implementación enfrenta diversos desafíos.

¿Te has preguntado cómo se lleva a cabo la refacción escolar en las escuelas? ¿Qué obstáculos enfrentan para ofrecer una adecuada alimentación a los estudiantes?

La Ley de Alimentación Escolar tiene como objetivo promover una alimentación saludable, un derecho que ha sido abordado durante años con distintos métodos en Guatemala. Actualmente, la ley se aplica mediante el Programa de Alimentación Escolar (PAE)  en la entrega de bolsas de alimentos nutritivos a cada estudiante, o preparando las refacciones directamente en las escuelas.

En las escuelas de Guatemala, las escuelas enfrentan el desafío de cómo alimentar a los estudiantes de manera saludable. Foto: Catarina Huix.
En las escuelas de Guatemala, las escuelas enfrentan el desafío de cómo alimentar a los estudiantes de manera saludable. Foto: Catarina Huix.

Dos perspectivas 

Por un lado, la ley busca asegurar que los estudiantes reciban alimentos saludables en sus centros educativos. Sin embargo, la realidad es que muchas escuelas enfrentan retos significativos para cumplir con este mandato. La falta de cocinas adecuadas y el limitado apoyo de la Organización de Padres de Familias son algunos de los obstáculos que dificultan la implementación de este programa. 

Por ejemplo, en algunas escuelas del municipio de Quetzaltenango, a los niños se les prepara refacciones escolares, pero no en todas, ya que carecen de cocinas o del apoyo necesario en la preparación de los alimentos. Esta situación se repite en varios centros educativos de la ciudad capital, donde la participación de los padres es poco accesible. 

La alimentación adecuada en las escuelas ayuda al aprendizaje de los estudiantes. Foto: Edwin Bercián

La escuela La Calera

En la pequeña comunidad de Aldea La Calera, en Zunil, Quetzaltenango. El Programa  ha sido favorable para los niños, bajo la dirección del Licenciado Pedro Huix, los estudiantes reciben una alimentación adecuada durante toda la semana. Además, la colaboración con la empresa Ormat, que se dedica a la energía geotérmica, un recurso propio de la región, ha permitido equipar una cocina en la escuela y contar con personal que ayuda en la preparación de los alimentos.

En el pasado, una tienda escolar vendía dulces y golosinas, productos que no beneficiaban la salud de los estudiantes. Ahora con la colaboración de la empresa privada y el apoyo económico del PAE, los niños reciben comidas completas y refacciones diarias, preparadas cuidadosamente en la cocina del establecimiento.

“Es un cambio total. Los niños están más concentrados y activos en clase”, comenta el director Huix. La Organización de Padres de Familia (OPF) juega un papel crucial en este proceso, gestionando los fondos y asegurando que los alimentos sean frescos y nutritivos.

 juega un papel crucial en este proceso, gestionando los fondos y asegurando que los alimentos sean frescos y nutritivos.
Los padres de familia son claves para la alimentación de los niños en las escuelas de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.

Pero, ¿qué pasa con las escuelas que no tienen cocina?

Estos establecimientos buscan estrategias alternativas para asegurar que los niños reciban alimentos saludables. Sin embargo, el desinterés en la Organización de Padres de Familia es causado por varias razones, la población de madres solteras representa el 61% según datos del INE de 2019, esto causando que la madres deban salir a trabajar, obligando en muchos casos que los abuelos queden a cargo de los niños, por motivos de tiempo y la carencia de infraestructura adecuada hacen que la tarea de proporcionar alimentos sanos a los estudiantes sea extremadamente difícil.

Jackeline Paredes, maestra de preprimaria, de la ciudad capital de la zona 7 comenta que la apatía de los padres ha complicado la gestión de alimentos en las escuelas. Antes de la pandemia, se las ingeniaban para ofrecer refacciones sencillas como leche con cereal, pero la ausencia de una cocina adecuada y el poco apoyo externo hacían esta labor muy complicada.

La falta de cocinas adecuadas y el limitado son algunos de los obstáculos que dificultan la implementación de este programa. Foto: Edwin Bercián.

Desafíos actuales

Después de la pandemia, se empezó a entregar bolsas con alimentos no perecederos a los niños, lo cual inicialmente parecía una solución práctica. Sin embargo, surgió un problema preocupante: algunos padres comenzaron a vender los productos en lugar de usarlos para alimentar a sus hijos. Esto colocó en una encrucijada a muchas escuelas y obligó a maestros y padres a reflexionar si las bolsas de alimentos eran y son la mejor opción o si sería más efectivo preparar las comidas directamente en las escuelas.

Rosa, una madre de familia, menciona que le parece positivo recibir bolsas con alimentos porque puede distribuirlos y preparar opciones saludables para sus hijos. Sin embargo, otros padres consideran que este método les exige demasiado tiempo y recursos, lo que dificulta la preparación de los alimentos.

Muchos maestros buscan estrategias para poder apoyar en la alimentación de los estudiantes. Foto: Edwin Bercián.

El gran reto de 2024

Miguel Oxlaj, director de la Dirección Departamental de Educación (Dideduc) de Quetzaltenango, subrayó que para 2024 se busca incentivar a los niños a consumir alimentos saludables tanto en escuelas públicas como privadas, revisando los productos que se venden en las tiendas escolares y promoviendo una mayor variedad de opciones. No todo ha sido sencillo, menciona el director departamental. La pandemia de COVID-19 presentó un gran desafío, obligando a cambiar temporalmente la modalidad de entrega de alimentos a bolsas de alimentos no perecederos.

 “Queremos que nuestros niños no solo coman para llenar el estómago, sino para nutrirse de manera adecuada. Es un esfuerzo nacional que busca mejorar la calidad de vida de nuestros estudiantes”, explica.

Además de promover opciones saludables como frutas, ensaladas, y verduras, Oxlaj también menciona que este enfoque no se impone, sino que se alienta, destacando los beneficios de una buena nutrición para el desarrollo integral de los estudiantes.

Aunque estas recomendaciones han estado vigentes desde la promulgación de la ley de alimentación escolar en 2017, en 2024 se ha visto un renovado énfasis en la concientización sobre los hábitos saludables. Este cambio es impulsado por un reconocimiento creciente de que la alimentación balanceada es clave para el bienestar físico y mental de los estudiantes.

Las escuelas del área rural cuentan con mejor organización de los padres de familia para implementar el programa de alimentación saludable. Foto: Edwin Bercián.

En algunas escuelas privadas, se envían circulares a los padres con recomendaciones sobre alimentos saludables para fomentar buenos hábitos alimenticios en los niños. En Guatemala, la alimentación es crucial para el bienestar infantil, pero muchas escuelas carecen de agua, gas, utensilios y personal necesario para preparar los alimentos, lo que hace imposible una adecuada implementación de este tipo de proyectos  en ciertos lugares, mientras que en otros, sí es factible.

Este decreto estableció un presupuesto inicial de Q3.00 diarios por estudiante, incrementado a Q4.00 en 2019, y finalmente a Q6.00 para estudiantes de preprimaria y primaria en 2022. En 2023, se extendió el beneficio a estudiantes de niveles inicial y medio. 

Año 2022:

·         Niveles de educación preprimaria y primaria, asigna un rubro específico de seis quetzales (Q.6.00) por beneficiario.

Año 2023:

·         Nivel de educación inicial (Q.4.00).

·         Niveles de educación preprimaria y primaria (Q.6.00).

·         Nivel de educación media (Q.4.00).

Según MINEDUC los alimentos sin preparación fueron entregados a los niños en el período del año 2020 al 2023, acorde al siguiente esquema:

AñoNiñez beneficiadaDesembolsosCantidad de días cubiertos
20202,476,930 7200
20212,621,9167183
20222,654,5217180
20233,099,6737180

En este 2024, el Programa de Alimentación Escolar tiene como objetivo principal preparar y servir alimentos en los centros educativos. En algunos casos los miembros de la asamblea OPF aprueban  que los alimentos se preparen en casa siguiendo las “Opciones de Alimentos” definidas por la Dirección General de Fortalecimiento de la Comunidad Educativa (DIGEFOCE) y los lineamientos administrativos correspondientes. Según indica la MINEDUC

Estos son algunos de los beneficios y desafíos que enfrenta el Programa de Alimentación Escolar en Guatemala, que se ha vuelto esencial para la salud y el desarrollo de 3,102,708 niños inscritos en 35,494 centros educativos públicos. Según el Mineduc, el presupuesto vigente es de Q3,172,415,100.00 del 1 de enero al 31 de julio para los estudiantes en todo el país han sido beneficiados con estos productos, garantizando así una alimentación adecuada que apoya su bienestar y rendimiento académico.

Las escuelas de Guatemala enfrentan el desafío de alimentar de manera saludable a los estudiantes mediante el programa de alimentación escolar vigente desde 2017. Foto: Edwin Bercián.

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