NARRATIVA – INVESTIGACIÓN – DATOS

Ilustración podcast Esto No es Normal. Por Diego Orellana.

El desastre de carreteras que tenemos

Guatemala ocupa el puesto 133 de 141 países en calidad de carreteras, solo superado por Haití en América Latina. El podcast “Esto no es normal” en su quinta edición, aborda la desastrosa situación de las carreteras en Guatemala, consecuencia de la corrupción, el abandono y falta de planificación.

El equipo de No Ficción, través de un análisis y ejemplos, expone cómo el Ministerio de Comunicaciones se ha convertido en un foco de malversación de fondos, Con la entrevista al ex Ministro de Comunicaciones, Félix Álvarado, se aborda el término de “tramocracia” para describir un sistema donde la construcción y el mantenimiento vial son moneda de cambio política, sin dejar de señalar la responsabilidad del sector privado en el deterioro de una infraestructura crucial para la vida de los guatemaltecos.

Radiografía de un Desastre Vial

Guatemala se ubica en el puesto 133 de 141 países en calidad de carreteras, superando únicamente a Haití en América Latina. La población enfrenta diariamente un “cóctel de estrés y cansancio” debido a baches, alumbrado deficiente, obras inconclusas, falta de señalización y deslizamientos. Tramos que deberían ser cortos se convierten en viajes de horas, como el trayecto de 30 kilómetros entre la Ciudad Capital y Antigua Guatemala, que puede tomar hasta tres horas. La desigualdad es palpable: mientras algunas rutas comerciales reciben mantenimiento, gran parte de la red vial es un “bache tras terracería”.


El CIV: Epicentro de la Corrupción

El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) es señalado como un verdadero “monstruo” y un “botín” para la corrupción desde el gobierno de Álvaro Arzú. Su presupuesto ha sido históricamente utilizado para financiar campañas políticas, pagar favores y enriquecer a funcionarios. La incapacidad del Estado para construir y mantener sus propias carreteras ha llevado a una tercerización de la construcción de carreteras que ha abierto las puertas a prácticas anómalas.


Casos Emblemáticos de Malversación

El equipo de periodistas de No Ficción repasa ejemplos contundentes de cómo la corrupción ha marcado la infraestructura vial:

  • Gobierno Patriota (Alejandro Sinibaldi): La contratación de la brasileña Odebrecht para la Carretera CA2 Occidente derivó en un escándalo de sobornos de 100 millones de quetzales para financiamiento de campañas.
  • Gobierno de Jimmy Morales: El polémico Libramiento de Chimaltenango, una “megaobra” que sigue en funciones a pesar de una historia opaca. Su ministro de Comunicaciones, José Luis Benito, fue vinculado a la obra al encontrarle 23 maletas con 22 millones de quetzales en efectivo.
  • Gobierno de Alejandro Giammattei: En 2024, se reveló que este gobierno pagó dos mil millones de quetzales por 88 proyectos suspendidos que nunca fueron terminados, un claro ejemplo de obras fantasma.

La “Tramocracia”: Un Sistema de Extorsión Vial

El exministro Félix Alvarado introduce el concepto de “tramocracia” para explicar la dinámica actual. La desincorporación de la construcción pública en los años 90 llevó a un boom de empresas constructoras y a un modelo de “múltiples contratos más pequeños”. Esto transformó cada tramo carretero en una “moneda de cambio” y una “cadena de favores”.

  • Cadena de Favores: Alcaldes y diputados distritales ejercen presión sobre el CIV para incluir sus tramos en el presupuesto, convirtiendo la obra pública en un sistema de extorsión mutua donde lo que menos importa es la calidad de la carretera, sino los beneficios económicos y políticos.
  • Corrupción Estructural: El sistema está diseñado para que la construcción y el mantenimiento se realicen no por planificación, sino por la demanda y presión de intereses particulares, a menudo corporativos, como grandes agricultores.

La Responsabilidad del Sector Privado

“No es normal” también subraya la corresponsabilidad del sector privado en el deterioro vial. Empresas, especialmente en la agroindustria, sobrecargan rutinariamente sus vehículos, destruyendo puentes y carreteras. El caso del puente de Nahualate, que colapsó tras más de 100 años de servicio, es un ejemplo doloroso de cómo la corrupción en su planificada sustitución (vinculada a Odebrecht) y la sobrecarga constante por parte de los grandes empresarios llevaron a su fractura.

Externalización de Costos: El sector privado, al no pagar impuestos suficientes y sobrecargar sus transportes, externaliza los costos de mantenimiento y reparación hacia la sociedad y el Estado, mientras obtienen beneficios económicos y políticos.

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