Un juez la señaló de supuestamente obstruir a la justicia debido a que sustrajo e implementó pruebas en un caso de alto impacto. La FECI la señaló de haber solicitado información ajena a sus procesos. La fiscal Cinthia Monterroso, es la delegada de Consuelo Porras para acusar al presidente de elPeriódico y a su excolega, Samari Gómez.
“La Topo del Pacto de Corruptos”, así describió el periodista José Rubén Zamora en su columna del diario elPeriódico, a la fiscal Cinthia Monterroso, en julio de 2021. La fiscal trabaja en la sección 9 de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) como parte del actual Ministerio Público (MP) de Consuelo Porras. Ahora, un año después, Monterroso es la fiscal que estuvo a cargo de la captura del periodista Zamora y hoy es la responsable de llevar la acusación en su contra en el caso de supuesto lavado de dinero en el juzgado séptimo penal del edificio de tribunales.
Cinthia Edelmira Monterroso Gómez, conocida también como ‘la Topo’ del ‘Pacto de Corruptos’. Esta fiscal ha sido denunciada en la fiscalía de Asuntos Internos por el propio jefe de la FECI, Juan Francisco Sandoval.
— Jose Ruben Zamora (@ChepeZamora) July 24, 2021
Dando la razón al jefe de la FECI,
Tras la captura de su presidente, elPeriódico publicó el texto ‘Crónica de un viernes de locura’, en donde Zamora narraba cómo el MP y la Policía Nacional Civil allanaron su casa el viernes 30 de julio. Ese día, su captura estuvo comandada por la fiscal Monterroso, la misma que él había mencionado en su columna de 2021.
En esta última narración, Zamora contó que a pesar de la explosión de adrenalina que lo invadió, logró rápidamente empatía con los agentes policiales, descritos como ‘profesionales y respetuosos’ durante el procedimiento. Sin embargo, no logró lo mismo con la fiscal encargada del operativo. “Carecía de inteligencia emocional y, sobre todo, de modales”, como la describió el periodista.
Cuando la nuera de Zamora empezó a grabar con su celular todo lo que sucedía, la reacción de la fiscal, según el relato, fue “visceral y descontrolada”. Zamora escribió: “Perdió los estribos y amenazó a mi hija (nuera) con capturarla y le confiscó el celular, su pasaporte y el de los niños”.
El periodista intervino para defender a su nuera y sus nietos. Sin embargo, “la fiscal no cambió de opinión sobre la captura de María José (la nuera), sino hasta horas más tarde, cuando con aires de benevolencia y arbitrariedad entró a la casa para indicarnos que gracias a su sentido de tolerancia ya no capturaría a mi hija”.
Durante las horas que duró el allanamiento (entre las 18:30 a las 22:30 horas) la fiscal instaló un puesto de mando en el garaje de la casa y se mantuvo en comunicación con el MP. La orden de aprehensión en contra del presidente de elPeriódico no fue leída hasta que la fiscal Monterroso decidió ingresar a la vivienda, ya muy entrada la noche.
Así fue el primer encuentro personal entre Zamora y Monterroso.
Una fiscal con denuncias
Cinthia Edelmira Monterroso Gómez, 39 años, originaria de El Progreso, Champerico, Retalhuleu, también tiene denuncias penales en su contra. Cuando Zamora la mencionó en 2021 como “La topo de los corruptos” ella, por orden de la fiscal general Consuelo Porras, estaba heredando varios casos de alto impacto investigados por ex fiscales de la FECI. De hecho, una orden de captura en contra de Monterroso fue detenida por la jefa del Ministerio Público. Esta orden era consecuencia de la denuncia presentada por el exjefe de la FECI, Juan Francisco Sandoval. Para entonces la fiscal de la sección 9 contaba con dos denuncias más, ambas presentadas por la exjueza de Mayor Riesgo, Ericka Aifán. La juzgadora la acusaba del posible delito de obstrucción a la justicia desde julio de 2021.
No obstante, Monterroso era quien había actuado antes en contra de Aifán.
En 2019, cuando Ericka Aifán le corrigió sus argumentos de acusación en el caso Asalto al Ministerio de Salud -Cobro de comisiones ilícitas y contratación de 450 plazas como pago de favores políticos y plazas fantasmas en el que estaba involucrado el exministro, Jorge Villavicencio-, Monterroso reaccionó mal y colocó una denuncia penal y otra disciplinaria contra la ex jueza que hoy está en el exilio. La queja de Monterroso fue rechazada.
Aifán, poco tiempo después, notó que una de las grabaciones de una de sus audiencias, donde había participado Monterroso, había desaparecido. La exjueza decidió denunciar a la fiscal por obstrucción a la justicia y presentó pruebas acusando a Monterroso de la sustracción del CD con la grabación de la audiencia desarrollada en su judicatura. Aifán fue un poco más allá, y acusó a la problemática fiscal de suplantar pruebas en su contra con el objetivo de promover su destitución
🚨 #URGENTE Jueza Erika Aifán pide a la fiscal general Consuelo Porras que realice de manera urgente una investigación penal y administrativa contra la fiscal Cinthia Monterroso, para que las investigaciones de alto impacto no se vean obstaculizadas ⬇️. pic.twitter.com/O22TAgndYZ
— Alexander Valdéz (@avaldez_elP) July 22, 2021
Este intercambio de denuncias, como comentan abogados penalistas, surgió desde el inicio del proceso del caso Asalto a la Salud. Resultaba evidente que Monterroso como representante del MP y la FECI, tenía serias diferencias con la abogada que representaba a la extinta Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG), Amanda Liseth Trejo Hernández. Era imposible que ambas juristas se pusieran de acuerdo en los delitos que debían imputar. No se ponían de acuerdo si solicitar asociación ilícita, si tráfico de influencias o lavado de dinero, si cohecho activo…
Durante las audiencias, Trejo como delegada de la CICIG pedía a la entonces jueza Aifán la palabra después de cada intervención del MP, es decir, después de Monterroso, pero por razones de tiempo nunca se le otorgaba, según testigos. La CICIG quedó autorizada a intervenir hasta la fase intermedia, pero ya no pudo ser posible porque ese momento sucedió hasta septiembre de 2019, justo el mes cuando la Comisión fue expulsada del país por el ex presidente Jimmy Morales y su representatividad ante las cortes había sido anulada.
Monterroso y Aifán discutieron también legalmente respecto a los audios de las audiencias donde la fiscal había sido corregida en sus alegatos. Aifán presentó su informe escrito acompañado de las grabaciones realizadas en su tribunal. Monterroso, por su parte, presentó otros audios que no coincidían con los de las audiencias. Cuando Aifán pidió la revisión de todos los CD’s, el suyo había desaparecido. Por esa razón, por la desaparición de evidencia clave, la juzgadora denunció a Monterroso, por sustracción e implantación de pruebas.
Según periodistas que cubrieron el caso, a Monterroso se le llamó la atención por mal procedimiento judicial, ya que había pedido el embargo de las cuentas bancarias de los acusados sin imputar lavado de dinero, algo que contradecía la acusación. La información de las cuentas, como también denunció Aifán en su momento, desaparecieron del despacho del juzgado de Mayor Riesgo.
Una amiga ‘diligente’
Otra de las denuncias en contra de la fiscal Monterroso también fue presentada por la ex jueza Aifán.
Monterroso, un día de 2021, extrañamente había solicitado los registros migratorios de tres abogados defensores. Estos abogados representaban a Sergio Alfredo Herrera Acevedo, hijo del operador político y negociador de las comisiones de postulación para elegir nuevos magistrados de cortes de justicia, Gustavo Herrera, sindicado también en el caso Fénix por lavado de dinero (unos Q350 millones), a través del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
Uno de los abogados cuyo paradero le había interesado a Monterroso era Juan Guevara, esposo de una de sus amigas más cercanas. No Ficción tuvo acceso a un fragmento de la denuncia. La problemática fiscal aparentemente quería saber con quién había viajado el marido de su amiga.
Monterroso, en su defensa, argumentó que buscaba encontrar al operador político Gustavo Herrera. No obstante, para entonces, varios medios de comunicación ya habían publicado que Herrera había logrado obtener la nacionalidad nicaragüense en octubre de 2020. Sin embargo, como destaca el documento, ella se ganó la denuncia penal y administrativa debido a que como fiscal no tenía autorización de investigar a los abogados defensores.
En esta misma línea, como amiga incondicional, como consultora fiscal de problemas de pareja, Cinthia Monterroso también fue denunciada a lo interno del Ministerio Público. A finales de noviembre de 2019, como recuerda el ex jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, Juan Francisco Sandoval, al nivel 4 del MP se presentó la dueña de una floristería. Sandoval dice que la señora quería saber por qué se investigaba a su pequeño negocio, si había algún caso de corrupción en su contra. Así todos los abogados de la FECI se enteraron que la fiscal de la sección 9, Cinthia Monterroso, había solicitado información a una floristería para confirmar métodos de pago mediante tarjetas de crédito y los nombres de las personas que recibían las flores. La fiscal estaba interesada en esta información ya que una de sus mejores amigas sospechaba que su marido le era infiel y, como dice Sandoval, “Monterroso utilizó su cargo público, consignó datos falsos en documentos del MP y fue denunciada en la fiscalía de Asuntos Internos por peculado, falsedad ideológica y abuso de autoridad”.
Con el caso de la floristería se descubrió que todos los “implicados” en la compra y recepción de las flores eran empleados del Ministerio Público en diferentes fiscalías.
Monterroso, la buena amiga, la consejera matrimonial, la fiscal que usa el MP para asuntos privados, volvió a tratar defenderse. Ella dijo esta vez, como se puede leer en el informe elaborado por la FECI en 2019, que “por la cantidad de actividades que tenía asignadas pudo haberse confundido de número de expediente. Que por haber estado asignada en la Fiscalía de Distrito Metropolitano, en sus oficios usaba machotes de esa fiscalía”.
Luego intentó denunciar a Sandoval en la Fiscalía de la Mujer argumentando que le gritó en una ocasión, pero su queja no fue recibida. Así que, denunció a las fiscales de esa unidad por incumplimiento de deberes por no atender su reclamo.
Desde octubre de 2019, no obstante, el ex jefe de la FECI, había pedido el traslado de la fiscal Monterroso a cualquier otra unidad. La solicitud fue presentada a Consuelo Porras y de la jefatura se envió a Recursos Humanos. Sin embargo, el departamento de Recursos Humanos no estuvo de acuerdo. Sandoval recuerda que no pudo realizarse el cambio debido a que el personal administrativo del MP alertaba sobre cómo se afectaría el salario de la fiscal, ya que perdería bonos monetarios por ser parte de la sección 9 de la FECI.
En julio de 2021, justo un día antes de su destitución y posterior exilio, Sandoval cuenta que presentó una objeción ante Consuelo Porras debido a que Monterroso asumiría los casos de alto impacto que el MP llevaba ante la jueza Ericka Aifán. El exjefe de FECI consideró que no era “pertinente” dejarle los casos que tenía el fiscal Carlos Videz, casos como Construcción y Corrupción y Red de Poder, Corrupción y Lavado.
En ese momento el vocero del MP, Juan Luis Pantaleón dijo que solo se trataban de “corrimientos” dentro de la FECI de personal que ya laboraba en la fiscalía. El MP no investigó el caso de las flores, tampoco la solicitud para investigar a abogados defensores y menos los audios desaparecidos de la torre de tribunales. Consuelo Porras, en cambio, mantuvo a Cinthia Monterroso en su puesto, ahora a cargo de la agencia 9.
“Como villana, con gusto asumo el papel”
“Si el precio que tengo que pagar por elegir mi bienestar es quedar como villana, con gusto asumo el papel y les brindo mi mejor interpretación”, autor Sandy Luna, “Me representa!”, escribió la fiscal Cinthia Monterroso en su muro de Facebook el pasado 23 de julio. Ese fue el mensaje que dejó como un statement seis días antes de allanar la casa de José Rubén Zamora
Monterroso se graduó de licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad de San Carlos de Guatemala en 2015 y según su información personal tiene una maestría en Derecho Constitucional y Derechos Humanos por parte de la universidad Galileo.
Su revisor de tesis de la licenciatura e incluido en la dedicatoria como uno de sus amigos, fue Erick Rolando Melini López. Él trabajó en distintas fiscalías en el MP y estuvo detenido en agosto de 2016 por supuestamente secuestrar a tres personas en un hotel de zona 13.
Según la policía, en el vehículo en que se trasladaba el asesor de tesis de Cinthia Monterroso encontraron US$190,000 en efectivo, un fusil Ak-47 y uniformes policiales. Sin embargo, semanas después, Melini quedó en libertad porque el MP carecía de indicios suficientes para vincularlo con el caso.
Monterroso, con este historial, forma parte de la nueva generación de fiscales a cargo de Rafael Curruchiche.
La segunda vez que Zamora y Monterroso se vieron fue en el juzgado séptimo de primera instancia penal, el primer miércoles de agosto, cuando ella leyó los cargos en su contra: “lavado de dinero, conspiración para el lavado de dinero y chantaje”. Esta vez Monterroso sí trató de embargar las cuentas del acusado, para no cometer el mismo error ante la ex jueza Aifán. Sin embargo, el juez Freddy Orellana decidió, tras una petición formal de la FECI*, que no era viable congelar las cuentas de elPeriódico y una semana después las liberaron.
La última jugada legal de Monterroso fue procurar que José Rubén Zamora se viera obligado a cambiar a todos sus abogados. La fiscal, el día de primera declaración, esperó a que el juez diera inició a la sesión y entonces, al presentar los cargos en contra del periodista, también implicó a los representantes de Zamora en el caso de lavado de dinero. No podrían defenderlo. Tendrían conflictos de interés. Y Zamora tuvo que pasar varios días más en prisión preventiva, a la espera de nuevos abogados.
Monterroso ingresó a la FECI en 2016, como auxiliar fiscal en la agencia 6, pero la cambiaron porque supuestamente alertó a un amigo suyo, abogado de Marlon Monroy alias ‘El Fantasma’ condenado en Estados Unidos por narcotráfico, de que la CICIG lo escuchaba y fue trasladada a la agencia 4 y en 2018 la ascendieron como agente fiscal en la recién creada agencia 9; la mayor parte del tiempo ha estado a cargo de los casos Fénix y Asalto al Ministerio de Salud. A pesar de las quejas, denuncias de parte de Sandoval y Aifán y del intento de trasladarla para otra fiscalía ella mantiene su puesto y ahora está a cargo de sostener las acusaciones en contra de uno de los periodistas más prominentes del país.
Se solicitó información a comunicación social del MP para determinar cuántas denuncias y sanciones administrativas tiene a la fecha Monterroso, entre otros datos de su carrera en esa entidad, pero no respondieron las preguntas.
Los periodistas han intentado consultar a Monterroso en distintos momentos respecto a todo su historial de señalamientos: Implantación de pruebas, uso indebido de su cargo, investigar a otros abogados sin autorización, pero la fiscal ha guardado silencio. En los tribunales, al finalizar las audiencias, ella corre a ocultarse en los ascensores y no permite ser cuestionada, tanto por el caso Zamora como por su papel actual dentro de la FECI.