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Los reportes de Insivumeh sobre el huracán ETA que CONRED no socializó

Antes de la tragedia provocada por la depresión tropical ETA, la Coordinadora Nacional de Desastres (CONRED) había sido alertada por el Insivumeh de los riesgos, pero no evacuó a la población. La falta de acciones provocó la pérdida de 53 vidas, más de 80 desaparecidos  e historias de familias que lo perdieron todo. El paso de huracanes, tormentas y depresiones tropicales que han terminado con cientos de vidas no han llevado a los gobiernos a implementar planes de evacuación para evitar estas tragedias. 

“Nosotros no recibimos información de alguna institución. Cuando sentimos, ya estaba pasando lo del derrumbe, porque estaba lloviendo muy fuerte”, explicó Alberto Ical Cal, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de la aldea Quejá, en San Cristóbal Verapaz, quien contó que ni la municipalidad ni la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) les avisaron de que debían evacuar ante una inminente tragedia.

La aldea Quejá en el departamento de Alta Verapaz fue la más golpeada tras el paso de la depresión tropical Eta. Más de cien viviendas quedaron soterradas por un alud producido el 5 de noviembre que, según datos oficiales, dejó ocho fallecidos y 88 desaparecidos. Sin embargo, no existe un dato real sobre cuántas personas vivían en esa comunidad que fue declarada como inhabitable.

Más de dos semanas después de que esta tormenta entrara en el país, la cifra de fallecidos llegó a los 53: 14 en Quiché, 13 en Izabal, 9 en Huehuetenango, siete en Chiquimula, 1 en Quetzaltenango y 8 en Alta Verapaz, en la aldea Quejá, con un área declarada camposanto en donde se estima que hay más de cien desaparecidos. Así, los muertos de esta tragedia habrían llegado a 150 en todo el país. 

Las muertes y desapariciones ocurridas por la depresión tropical Eta se pudieron evitar. Existen instituciones internacionales como el Centro Nacional de Huracanes de Miami que pronostica hasta con una semana de anticipación la ruta de un huracán, tormenta o depresión natural.  La Coordinadora Nacional de Desastres (Conred) ya había sido alertada por el Insivumeh (Instituto nacional de sismología, vulcanología, meteorología e hidrología) desde el 30 de octubre sobre el impacto que tendría Eta. Pero todas las recomendaciones de CONRED quedaron únicamente los mensajes a través de redes sociales, cuando la mayoría de personas que viven en áreas de riesgo no tienen acceso a tecnología y apenas internet. 


Se podría prevenir pérdidas humanas

El 31 de octubre, seis días antes del enorme alud que soterró la aldea Quejá, fue la primera vez que la Conred informó en un comunicado difundido en redes sociales sobre la conformación de la depresión tropical Eta, usando información del Centro Nacional de Huracanes. Horas más tarde, la insititución explicó que se formaba una tormenta tropical.

El uno de noviembre, Conred activó el Protocolo Específico de Lluvias en la República de Guatemala 2020, que incluye el Protocolo Operativo por Depresiones, Tormentas Tropicales y Huracanes. 

En este protocolo se recomendó a las personas que, de ser necesario, evacuaran a sus familias, se trasladaran a un albergue y se mantuvieran informadas “a través de las redes sociales de Conred y medios de comunicación de las condiciones meteorológicas en el país”.

En cuanto a las autoridades departamentales y municipales, se les recomendó informar a los líderes indígenas y presidentes de los Consejos Comunitarios de Desarrollo sobre la situación de las lluvias, algo que, según el presidente del COCODE de Quejá, nunca sucedió.

Al día siguiente, el dos de noviembre, Eta se convirtió en huracán y se reportó el primer incidente en el departamento de Quiché: un derrumbe sepultó una vivienda, no hubo heridos. 

La Conred siguió monitoreando incidentes y el rumbo del huracán durante las 24 horas. A través de sus redes sociales continuaron ofreciendo reportes. Por ejemplo, que en la madrugada del 4 de noviembre Eta disminuyó a tormenta tropical. Pero no hubo mayor información sobre el riesgo que tendría la saturación de los suelos, sobre la posibilidad de deslaves, sobre las inundaciones que esta tormenta ocasionaría en el país. Así, el cinco de noviembre, a la una y media de la tarde, a los habitantes de Quejá la avalancha de tierra los tomó por sorpresa. 

“Cuando vimos que el derrumbe empezó, tuvimos que salir corriendo de las casas. El derrumbe fue el día jueves 5 (de noviembre) a las 13:30 horas. Mi casa quedó en medio del derrumbe, pero cuando se vino la tierra tuve que sacar a mi familia”, explicó Ical Cal.

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Se reportan 53 fallecidos en todo Guatemala a raíz del huracán ETA y 88 desaparecidos solo en la aldea Quejá, San Cristibal Verapaz. Foto: Luis Echeverría.

Conred había sido alertada por Insivumeh del impacto

Sin embargo, Conred ya había sido alertada por el Insivumeh desde el 30 de octubre sobre el impacto que tendría Eta. Yeison Samayoa, director de esta institución indicó en una citación de la bancada UNE en el Congreso que dentro de sus acciones había enviado un informe a Conred informando sobre las posibles consecuencias de Eta.

“Estuvimos alertando sobre la evolución, el acercamiento de la tormenta y las consecuencias como la saturación de suelos que iba a provocar inundaciones y deslizamientos de tierras y también deslaves. Se alertó que esto iba a ocurrir en las principales regiones del caribe, Franja Transversal del Norte y toda la parte del suroccidente”, dijo el director de Insivumeh.

El funcionario agregó que se emitieron boletines desde el 30 de octubre y que el 3 de noviembre dieron una conferencia de prensa para informar sobre el panorama ante el ingreso de Eta. El diputado de la UNE, Carlos Barreda cuestionó a Samayoa con la siguiente pregunta:

-¿Por qué Conred no emitió la alerta roja y evacuó a la gente?

“Sería Conred quien tendría que dar respuesta a esa pregunta”, dijo Samayoa. Pero esa pregunta no fue respondida por el secretario ejecutivo de la Conred, Oscar Estuardo Cossío Cámara, porque no llegó a la citación. El director del insivumeh aseguró que tuvo conversaciones con personal de la Conred y le dijeron que las personas no quisieron atender el llamado a evacuar.

Esto se contradice con la información ofrecida por Alberto Ical Cal, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode), quien explicó a No-Ficción que en ningún momento recibieron alguna alerta de la Conred o del alcalde de San Cristóbal Verapaz. Contó que las autoridades se acercaron a ellos cuando la tragedia había ocurrido y había sepultado a familias completas.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres dio asueto a sus trabajadores el lunes 2 de noviembre. Al consultar al vocero de la institución, David de León, explicó que el asueto se encontraba autorizado por el gobierno central y que aún no había efectos de Eta en el país, sino hasta dos días después.

Al preguntarle sobre las evacuaciones, explicó que la Ley de Conred limita a la institución a solo hacer recomendaciones a la población y autoridades municipales. “En el caso de los deslizamientos y derrumbes es un tema complejo porque se ha crecido de forma no organizada. Recordemos que Conred hasta el momento, porque la ley así lo establece, sólo recomienda los procesos de evacuación para que lo ejecuten las autoridades municipales”.

A decir de la geógrafa, Marta Méndez la Conred debe tener más autoridad para evitar que los fenómenos climáticos se conviertan en tragedias. “Una oficina como Conred debería ser muy ágil y eficaz, abierta a actuar sin necesidad de mucha burocracia. Pareciera que estaban atados de manos, la Conred estaba avisada. Pareciera que el gobierno le ataba de manos”, explicó.

El secretario ejecutivo de la Conred es el general en situación de retiro, Oscar Estuardo Cossío Cámara, a cargo desde el 5 de junio. Fue director de la Escuela Politécnica en 2014 y fue viceministro de la defensa nacional durante la administración del presidente Jimmy Morales. Fue asesor en temas de seguridad de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia (SAAS) y delegado en la Comisión Presidencial de Centro de Gobierno.

Los fenómenos climáticos como los huracanes, tormentas y depresiones tropicales no son nuevos para Guatemala y la pregunta que surge es ¿Por qué no se actúa con prevención para evitar que miles de familias salgan afectadas?


La falta de voluntad política (corrupción)

Históricamente Guatemala ha sido golpeada por fenómenos climáticos que han afectado a millones de personas, especialmente a quienes viven en pobreza. Tras el paso de huracanes, tormentas y depresiones tropicales cientos de guatemaltecos han muerto y los gobiernos no han implementado planes de evacuación para evitar estas tragedias. Expertos consultados opinan que la falta de voluntad política, por los negocios oscuros y millonarios que generan las catástrofes, y la desigualdad son los responsables de que la prevención no exista en el país.

En 1998, el huracán Mitch dejó más de 250 muertos, en 2005 la tormenta Stan sobrepasó los 650 fallecidos y en 2010 la tormenta Agatha dejó más de 150 decesos. Actualmente la depresión tropical Eta provocó la muerte de 53 personas producto de las inundaciones y derrumbes ocasionados por las fuertes y constantes lluvias. En los siguientes días a esta tormenta, varios deslaves siguieron produciendo catástrofes, debido al colapso de la tierra. En Camotán, el fin de semana siguiente a la catástrofe en Quejá, fallecieron 2 personas y otras cinco desaparecieron después de que se cayera una ladera.

A pesar de que Guatemala se encuentra en una de las regiones más afectadas por fenómenos naturales, los gobiernos no se han preparado para afrontar estas situaciones. Un ejemplo de eso es que durante los últimos 22 años se han registrado fenómenos climáticos que han matado a decenas de guatemaltecos y los gobiernos no han respondido con acciones preventivas.

A decir de la doctora y socióloga, Karin Slowing, ex Secretaria General de Planificación (SEGEPLAN), la carencia de planes en materia de prevención para hacer evacuaciones a tiempo se debe a que los políticos ven las tragedias como una oportunidad para hacer negocios a través de los estados de calamidad y para impulsar una agenda en el congreso que busque impunidad.

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Sayaxché, que marca la frontera entre la Franja Transversal del Norte y Petén, una zona actualmente ocupada por plantaciones de palma africana, es una de las áreas más afectadas por ETA. (Foto: Conred) 

“No hay mecanismos institucionales activos para crear políticas preventivas. No hay mecanismos en el gobierno, no hay visión para hacer evacuaciones. El estado ya no opera en la lógica del bien común. Estas tragedias les ayudan (a los políticos y funcionarios) a seguir con los negocios, porque los estados de calamidad les permite seguir dando contratos y segundo, porque impulsan una agenda desde el congreso. Todo esto ocurre porque la atención de la gente está en las tragedias. Eso es súper conveniente entonces ¿por qué invertir en prevención?”.

La falta de voluntad de los políticos para fortalecer las instituciones se ve reflejado en que la Conred solo hace recomendaciones para evacuar y no tiene el poder para hacerlas. Para el ingeniero en recursos hídricos, Abraham Barrios, el poco interés de los políticos no permiten que instituciones como el Insivumeh y la misma Conred tengan mayores capacidades para actuar antes de que se presenten huracanes o tormentas.

“¿Qué pueden hacer las autoridades como el Insivumeh sin poder político, y, más importante, sin voluntad política? Porque, al final, el director de esas entidades trabaja para el ejecutivo. Y si la cabeza del ejecutivo no tiene la menor idea de lo que está pasando o sus prioridades son otras, no va a estar en la posición de escuchar lo que los otros dicen, suponiendo que le dicen algo”, explicó.

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En Livingston, Izabal, sube medio metro sobre el suelo y se transportan en canoas. (Foto: CONRED)

Barrios agregó que otro de los problemas que existe en Guatemala es la falta de un plan de ordenamiento territorial. Lo mismo señaló Karin Slowing, quien fue directora de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan) en el gobierno de la UNE. Slowing recordó que en 2010 se registró la tormenta Agatha en Guatemala y se elaboró el “Plan de reconstrucción con transformación”.

Dicho plan implementaría políticas de ordenamiento territorial y un principio de no reconstruir el riesgo. Según explicó la doctora, se dejaron las fuentes de financiamiento elaboradas para implementar el plan, pero fue engavetada y en diez años no se ha retomado.

A decir de la geógrafa Marta Méndez en Guatemala existen desigualdades que se reflejan en las comunidades que viven en lugares de riesgo. Sin embargo, los políticos no tienen una voluntad para aprobar leyes como la de ordenamiento territorial.

“En el escenario guatemalteco hay todo un problema de desigualdades y una construcción social de pobreza que se evidencia recurrentemente en los fenómenos naturales. Eso es claramente una falta de voluntad política para responder a favor de las personas. La política en Guatemala se basa en el show porque se acciona ante la emergencia, pero no hay un tema de prevención. Esas cosas que no se ven pareciera que a la política no le interesa”. 

El ingeniero Abraham Barrios puso como ejemplo el huracán Katrina New Orleans, que destruyó la ciudad completamente en 2005. Los ingenieros habían anticipado, con un nivel espantoso de exactitud, la cantidad de agua que caería por el fenómeno natural, pero las autoridades ignoraron el escenario planteado.

“Sin que hubiera ocurrido Katrina, ellos (expertos) ya sabían exactamente lo que iba a pasar si caía un huracán de categoría 5 o 4, porque la geometría del terreno es fija y es medible. Entonces ellos sabían que tenían ciertas capacidades, sabían muy bien a qué elevación iba a llegar el agua si caía un huracán 4 o 5. Y ellos advirtieron, pero nadie les hizo caso por razones políticas. No les creyeron, no los tomaron en serio porque pasa que, si no lo ven, no lo creen”.

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En los Amates, Izabal, el agua ha destrozado puentes. (Foto: CONRED)

Una tragedia que ocurrió

“Yo me quedé bien traumado. Yo perdí a mi esposa, él (su cuñado) perdió a su esposa que es mi hermana. Yo perdí tres hijos, él perdió tres hijos y mi hermano también perdió esposa e hijos. Estamos en la calle ahora”, relató Rolando Cal. En total, perdió a 22 familiares en el derrumbe que sepultó a casi toda la comunidad de Quejá en San Cristóbal Verapaz.

Además de las 53 personas fallecidas en el país y los 88 desaparecidos según los reportes oficiales, las cifras que Eta dejó son: 10 mil 137 personas en riesgo, 900 mil 520 personas damnificadas, 183 mil personas evacuadas, 18 mil 46 personas en albergues oficiales, 164 mil 968 personas en albergues no oficiales, 96 personas desaparecidas, 18 personas heridas 2 mil 171 viviendas en riesgo, 16 mil 224 viviendas con daño leve, 36 mil 650 viviendas con daño moderado, 2 mil 119 viviendas con daño severo, 148 carreteras afectadas, 14 carreteras destruidas, 320 escuelas afectadas, 23 puentes afectados y 21 puentes destruidos.

El dato más reciente da cuenta que un millón 1 millón 170 mil 525 personas resultaron afectadas por la depresión tropical Eta. A la fecha el agua que inundó miles de casas en diferentes comunidades y aldeas a nivel nacional no ha bajado y con la llegada de las lluvias que provocó el Huracán Iota por su paso en Centroamérica, el pronóstico para las familias guatemaltecas es desalentador.

SANTA ELENA 02

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