En el newsletter de esta semana hablamos de Aldo Dupie Ochoa Mejía, alias El Lobo, máximo líder del Barrio 18 en Guatemala. Su historia refleja cómo el poder de las pandillas se entrelaza con la política, la justicia cooptada y la violencia que desangra al país.
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Hoy quiero hablarles del Lobo, uno de los personajes que mejor define lo que sucede en Guatemala a varios niveles. Aldo Dupie Ochoa Mejía, de 41 años, alias El Lobo, pertenece a la clica “Solo Raperos” y es el líder de la Rueda del Barrio 18. Es considerado la máxima autoridad en Guatemala del Barrio 18, la pandilla catalogada hace una semana como banda criminal transnacional por EEUU.
El Lobo simboliza el nexo entre élites políticas y estructuras criminales carcelarias. Simboliza las luchas de poder, la podredumbre del sistema de justicia, a un gobierno de Arévalo atado de manos y con poco margen de acción ante un sistema cooptado y criminal.
Ahora Aldo Dupie, el Lobo, quiere regresar a su guarida en Fraijanes II: ya no le gustó Renovación I y parece que nadie va a impedírselo. Incluso le apoyan algunos buitres, la Oficina Nacional para la Prevención de la Tortura le apoya, la PDH le apoya. Y la UNE, obviamente, aunque lo niegue, lo apoya. Si no, pregúntenle a la sobrina de Sandra Torres, María Marta Castañeda, alias: la esposa del Lobo.
Pero lo más grave es que la jugada del Lobo para regresar a su guarida será aprovechada por otros pandilleros. Y lo más grave aún es que ya lograron órdenes de jueces que se lo permitan. El ejecutivo no va a avanzar con un sistema de justicia cooptado. Pero empecemos por el inicio.
De Los Ángeles a Pavoncito: el ascenso del Lobo
Esta historia comenzó hace muchos años, imaginen, en Los Ángeles, cuando se conformaron las pandillas. Siguió cuando deportaron a estos pandilleros y los muchachos de familia de escasos recursos, como el mismo Dupie Ochoa, nacido en Jalapa y criado en el Limón, zona 18, les quisieron copiar.
Podríamos decir que continuó cuando asesinaron a Byron Lima en 2016, que es cuando se dan los primeros reportes del liderazgo del Lobo en el Barrio 18 y ya no hubo más reyes de las cárceles. Pero vamos a acercarnos en el tiempo y a hablar de julio de 2025, cuando realmente empezaron los vergueos intensos, después de unos años de extraña paz entre las pandillas.
El 29 de julio de 2025 tuvo lugar un evento trágico, que elevó el índice de homicidios en Guatemala, un alza que ya se evidenciaba desde inicios de año. Ese día, en el velorio de Jeiver Gabriel Vargas Ávila, un pandillero del Barrio 18 en la avenida Elena, zona 1, la Mara Salvatrucha asesinó a 8 personas y 12 resultaron heridas.
Unos días antes, el 23 de julio, tuvo lugar otro asesinato relevante: el de Edgar Higueros, uno de los líderes de los Caraduras. De esto ya hablamos en otro de los newsletter de La Instantánea.
Traslados y mano dura: el ingreso a Renovación I
Tres días más tarde, el Ministerio de Gobernación realizó uno de los primeros actos donde realmente demostró que iba en serio en la lucha contra las pandillas, que no les iba a dejar hacer a sus anchas, que iba a actuar con mano firme. Un poco al modo Nayib Bukele. Pero obviamente en el caos Guatemala, que es todo menos un país jerárquico, y el ejecutivo no tiene las todas de su lado, prácticamente no tiene ninguna.
El 31 de julio, el ministro de Gobernación Francisco Jiménez informó que diez de los principales líderes tanto del Barrio 18 como de la Mara Salvatrucha serían trasladados a un centro de máxima seguridad, el Centro Renovación 1.
Fue trasladado el Pato, el Diabólico, el Flaco, el White, el Viejo Zacapa, el Crazy, el Drimer, el Garrobo, el Sexy Boy.
Y el mero Lobo, Aldo Dupie, desde Fraijanes II, la prisión que era su feudo, a Renovación 1. Le aislaron, le quitaron su celular y su poder.
Conexión política: María Marta y la UNE
Supongo que muchos de los que lo lean lo sabrán, pero Aldo Dupie Ochoa, el mero mero de la estructura criminal internacional, está casado con María Marta Castañeda Torres, sobrina de la sempiterna candidata de la UNE y primera dama Sandra Torres. María Marta es hija de Gloria Torres. La suegra del Lobo, tampoco está de más recordarlo, fue una de las personas de confianza del expresidente Álvaro Colom.
Lo que se sabe es que María Marta Castañeda ayudaba al Lobo con las extorsiones, o que estaba complotada con él para extorsiones, sicariato y narcomenudeo. María Marta, que está acusada de encubrimiento propio en el asesinato de Byron Lima y declaró haber estado en reuniones donde se planificó su muerte, también está implicada en el asesinato de una fiscal. Por todo esto, a la mera mujer del mero líder y sobrina de la candidata de la UNE, la capturaron el 27 de agosto.
El día de su captura, Edwin Mayen, abogado tanto de María Marta como del Lobo, contó que había sido capturada en tribunales. El 2 de septiembre, Edwin Mayen fue asesinado a balazos en la zona 1.
Mientras tanto, la conflictividad desatada por los traslados de los máximos dirigentes ha estado presente en el país. Ha habido motines, y más motines, y hasta un guardia del Sistema Penitenciario resultó fallecido. También hubo más víctimas por la disputa territorial entre el Barrio 18, los Caraduras y la Mara Salvatrucha.
El 7 de septiembre, Gobernación dio otro gran golpe: un gran allanamiento en El Gallito, donde se logró capturar a 13 integrantes de la MS, en el enclave de los Caraduras actualmente controlado por la Salvatrucha.
La jueza Batún y el retorno del Lobo
Pero mientras tanto el Lobo seguía moviendo las pitas. A él no le gustaba su nueva guarida, y está claro que quien ha dirigido esta estructura criminal durante 15 años y es el yerno de una de las figuras más influyentes de la UNE no iba a quedarse de brazos cruzados.
El 18 de septiembre, el ministro de Gobernación Francisco Jiménez informó que la jueza Lisbeth Mireya Batún Betancourt ordenó el traslado de Aldo Dupie Ochoa Mejía, alias “El Lobo”, de Renovación 1 a Fraijanes II.
¿Y cómo logró volver a su guarida? La jueza habría utilizado informes de la Oficina Nacional de la Prevención de la Tortura y de la PDH para argumentar que las condiciones de prisión del Lobo no eran las más idóneas ni respetuosas con los derechos humanos.
Luego se descubrió que el delegado de la región sur de la Oficina Nacional de Prevención de la Tortura que realizó el informe donde decía que Aldo Ochoa estaba en Renovación 1 en condiciones infrahumanas, se trataba de Bryan Javier Morales Aguilar, quien fue candidato a alcalde por la UNE en Pueblo Nuevo Viñas, Santa Rosa.
Tanto la UNE como la PDH y la Oficina de Prevención de la Tortura se han desligado de esos informes y han indicado que en ningún caso recomendaban el traslado de prisión del Lobo. Pero la jueza Batún los consideró suficientes para ordenar su retorno a Fraijanes II.
El Lobo todavía no ha regresado, hay varias impugnaciones judiciales presentadas por el Ministerio de Gobernación que tratan de impedirlo.
Justicia cooptada, Estado en jaque
Ya saben ustedes que si Guatemala cojea de un pie, es del sistema de justicia. Según una nota de Prensa Libre, varios pandilleros trasladados a Renovación I lograron que jueces dictaminaran su regreso a otros penales. La jueza Batún, por ejemplo, habría autorizado el traslado de Emmanuel Abraham Gatica Fuentes, Byron Giovanni Ortiz Colindres y Edvin Danilo Guerra Dardón. Mientras que Matazetas obtuvo la orden de otro juez.
Esto muestra la debilidad del sistema ejecutivo frente al corrupto sistema judicial, y cómo pese a decisiones que buscaban frenar la conflictividad —como el aislamiento de pandilleros de alta peligrosidad— estas pueden revertirse con resoluciones judiciales.
La lucha entre las pandillas sigue, entre ellas y contra el propio Estado. El caso de El Lobo, Aldo Dupie Ochoa, solo muestra que en Guatemala no se puede distinguir entre estructuras criminales y partidos políticos, pues son uno solo. Tampoco se puede avanzar mientras el sistema de justicia siga capturado.