El Zoológico La Aurora alberga aproximadamente 270 especies y 2,700 animales. Algunos, poco conocidos por el público, son vitales para los ecosistemas.
El Zoológico La Aurora , el más grande de Centroamérica , es un refugio de conservación para especies exóticas y poco conocidas que enfrentan amenazas en sus hábitats naturales. En este centro, que cumplió 100 años, los animales están distribuidos en zonas que representan los continentes: África, Asia, América y Oceanía.
Aunque los leones o las jirafas suelen captar la atención, hay otros animales que despiertan admiración por su rareza, belleza y papel ecológico. “Cada uno de los animales que habita en el zoológico recibe una atención especializada, con cuidados veterinarios, dietas específicas y espacios diseñados para promover su comportamiento natural”, explica Gabriela Galindo, gerente de mercadeo del lugar.
Entre los más destacados están el heloderma charlesbogerti, especie endémica de Guatemala a la que se le conoce como Lagarto Escorpión del Motagua o “Niño Dormido”, la abronia (especie de lagartija), el tití emperador, el tapir y el oso hormiguero gigante.
Algunas de las especies en el zoológico forman parte de programas de conservación avalados por instituciones nacionales e internacionales.
Tenemos esta nota: Más de 3 mil personas afectadas y 102 casas con daños severos en Santa María de Jesús
Cría en el lomo

Capaz de consumir más de 30 mil insectos al día, el oso hormiguero gigante tiene una lengua de más de 60 centímetros y garras potentes para romper nidos de termitas. En Guatemala ya no existe en vida silvestre debido a la destrucción de su hábitat.
Uno de los logros más recientes del Zoológico fue su reproducción en cautiverio. “La cría permanece en el lomo del adulto durante meses, algo que llama mucho la atención de los visitantes”, cuenta Galindo.
Este comportamiento no solo “enternece[2] ” comenta Galindo. “Es fundamental para la supervivencia de la cría, porque le permite aprender al observar cómo su madre controla las poblaciones de hormigas y termitas en su entorno”. Ello también demuestra la importancia del oso hormiguero como controlador natural de insectos en su ecosistema.
El heloderma

El conocido como “Niño Dormido”, hiberna gran parte del año. Se trata de un lagarto venenoso endémico del Valle del Motagua. Según comenta Galindo, solo quedan alrededor de 700 ejemplares adultos en vida silvestre.
El Zoológico La Aurora tienen un programa de conservación que busca su reproducción en cautiverio y eventual liberación en áreas protegidas. Este proyecto se realiza en alianza con el Consejo Nacional de Areas Protegidas (Conap) Universidad del Valle de Guatemala, Zootropic y el Zoológico de Atlanta.
¡No te quedes sin enterarte!
Recibe en tu correo nuestro boletín mensual con datos, análisis y fiscalización sobre las alcaldías.
“El público suele sorprenderse al ver a los helodermas. Muchos no sabían que esta especie es venenosa y nativa de Guatemala. Para el zoológico esta es una oportunidad para educar y combatir la desinformación que ha puesto en riesgo a esta especie”, indica Galindo.
El mono tití

Con una melena blanca y cuerpo ágil, el tití emperador, conocido como “tamarin” en idioma Maya, habita los bosques de Sudamérica. Aunque su estado de conservación es de “preocupación menor”, su población enfrenta amenazas por la destrucción del hábitat y el tráfico ilegal.
Es uno de los primates más pequeños del mundo. Son bastante ágiles y pueden saltar grandes distancias. Cumple un rol crucial como dispersor de semillas y controlador de plagas. “El público se asombra al ver su agilidad, su tamaño y cómo saltan de rama en rama”, comparte Galindo.
Las abronias

Las abronias son pequeñas lagartijas que habitan los bosques altos de Guatemala. De las 12 especies que existen en el país, 8 son endémicas, es decir, no existen en ninguna otra parte del planeta. Son frágiles y viven en espacios reducidos, a veces de menos de 20 km².
Desde 2024, el Zoológico La Aurora lidera un proyecto de conservación certificado por ALPZA, junto a Conap, la Universidad del Valle y Zootropic. El objetivo es reproducirlas en cautiverio para luego liberar las crías en la naturaleza.
“Este esfuerzo busca asegurar la supervivencia de las ocho especies endémicas de lagartijas arbóreas al establecerse colonias reproductoras en el Zoológico La Aurora. Las crías serán reintroducidas en sus hábitats naturales, con un seguimiento riguroso para evaluar el éxito del proyecto. Este avance destaca la importancia de la conservación in situ y ex situ, así como la restauración de hábitats y la educación comunitaria en la preservación de especies en peligro crítico”, señala Galindo.
Tapir
Conocido como “tixl” en idioma Maya, el tapir centroamericano es el mamífero terrestre más grande de la región. Habita los bosques tropicales y humedales, y cumple una función clave como dispersor de semillas. Por ello, se le conoce como “arquitecto del bosque”.
Sin embargo, este gigante herbívoro está en peligro de desaparecer. En Guatemala, su situación es crítica: la pérdida de hábitat, la caza y el cambio climático amenazan su supervivencia, a pesar de que juegan un rol esencial en la dispersión de semillas y el equilibrio de los bosques tropicales.
En el zoológico, estos tapires reciben un entorno adaptado a sus necesidades nocturnas y solitarias, con seguimiento veterinario personalizado que les permite alimentarse como es debido.
A todas las especies que viven en el Zoológico La Aurora se les recibe bajo lineamientos establecidos por Conap. Galindo explica que el centro se compromete con una atención integral desde el primer día. “Mantenemos una estrecha colaboración con esta entidad para asegurar que su manejo cumpla con los estándares de bienestar y conservación”, cuenta.
Además, cada especie tiene necesidades únicas que atiende el equipo de especialistas del zoológico. “Se elaboran dietas específicas de acuerdo con su edad, condición y necesidades. Cuentan con cuidadores que están al tanto de ellos y su entorno. Para el zoológico es muy importante velar por el bienestar animal de cada una de las especies”, concluye Galindo.
Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios. Los autores son los responsables del contenido.