En el marco del Día Internacional por el Aborto Legal y Seguro, que se celebra el 28 de septiembre, se realizó en Guatemala la actividad “Cine y cuerpos: Historias de resistencia y derechos” y el performance “Los hombres abortan sin poner el cuerpo” donde el arte se utilizó como una herramienta para conversar sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
La sala de cine se oscurece y aparece una figura en sombras, sentada en una habitación. Es Beatriz, pero su rostro permanece oculto. Su voz temblante, comienza a relatar su historia.
“Me dijeron que mi vida corría peligro si continuaba con el embarazo”, dice Beatriz. Padecía lupus desde los 18 años, y su enfermedad había empeorado tras quedar embarazada. “El bebé tampoco iba a sobrevivir”, menciona. Pero la ley en El Salvador no le permitía interrumpir el embarazo.
Mientras sigue contando, la sala permanece en silencio. “Los médicos no querían hacer nada… tenían miedo de ir a la cárcel”, explica, ya que en su país el aborto está completamente prohibido. Las mujeres enfrentan hasta 50 años de prisión y 12 los médicos .
El respiro de la audiencia al escuchar la frase de Beatriz, “Solo quería vivir”, dice, recordando cómo pidió apoyo de organizaciones feministas que la acompañaron en su lucha. Sin embargo, el 28 de mayo de 2013, la Corte Constitucional le negó el amparo para el aborto. Finalmente, el 4 de junio, le realizaron una cesárea. “Todo fue una tortura… emocional y física”, confiesa.
“Beatriz, un legado de la lucha por la vida” se llama el documental que retrata su historia. Una joven salvadoreña cuya lucha por un aborto terapéutico en 2013 marcó un precedente histórico en la defensa de los derechos reproductivos en El Salvador, aunque ella falleció en un acidente en el 2017.
Al finalizar en la pantalla muestra imágenes de activistas y protestas, exigiendo justicia por Beatriz.
Este corto se reprodujo el sábado 28 de septiembre, en el marco del El Día Internacional por el Aborto Legal y Seguro, que se se celebra desde 1990, cuanto tuvo lugar durante el V Encuentro Feminista en Argentina.
En el Salvador, el lugar de origen del corto documental, el aborto está completamente prohibido, incluso en casos de violación o riesgo para la vida de la mujer. Lo mismo sucede en Honduras o en Nicaragua. En Guatemala, donde solo está permitido el aborto terapéutico, diferentes organizaciones llevan varios años celebrando el 28 de septiembre con el objetivo de visibilizar las luchas de las mujeres por sus derechos sexuales y reproductivos.
Este año, mujeres autoconvocadas de diferentes puntos de Guatemala realizaron un performance y un cineforo utilizando el arte como una herramienta de expresión con la participación de jóvenes, artistas y activistas. Este espacio se convirtió en una vía para exponer las luchas de las mujeres por sus derechos sexuales y reproductivos en Guatemala y el mundo.
Proyectaron cortometrajes de historias de dolor, resistencia y, sobre todo, dignidad. Este espacio no fue solo para ver cine, sino para sentirlo, discutirlo y entenderlo desde una perspectiva humana.
La Balahna, el peso de una tradición
“Ya me aguanté tanto para caer en la mera hora”, dijo Catalina a su novio, quien esperaba tener relaciones por primera vez con ella. Estaban juntos en la grama, pero Catalina sabía que en su comunidad, para poder casarse, debía demostrar su “virginidad”. Esa prueba no era para ella ni para su pareja, era para cumplir con la sociedad.
“La Baláhna” (2022), un cortometraje de Xóchitl Enríquez, narra la historia de Catalina, una joven que al someterse a las tradiciones de su pueblo enfrenta la traición de su propio cuerpo al no poder demostrar su castidad. Esta historia, como muchas otras presentadas, refleja los profundos conflictos que las mujeres experimentan cuando sus cuerpos son controlados por normas sociales y culturales que atentan contra su autonomía.
Catalina se preparaba para participar en La Baláhna, una ceremonia ancestral en el Istmo de Tehuantepec, donde se asegura que la mujer no ha sido deshonrada antes del matrimonio. Aunque no tiene una traducción exacta, la palabra “Baláhna” se refiere a la virginidad.
Con emoción, Catalina se vistió de blanco, junto a su novio, ambos esperaban con nervios el momento de la ceremonia. Las mujeres de la comunidad cocinaban afuera, brindaban y seguían con las tradiciones. Mientras, adentro, las madres de la pareja preparaban el pañuelo blanco que demostraría si ella era “pura”.
Cuando llegó el momento, las madres entraron y, al salir, el ambiente cambió. No hubo la respuesta que Catalina deseaba. Su rostro reflejaba decepción. No entendía qué había pasado, y su novio, molesto, le dijo: “¿Y no que te habías aguantado?”
Catalina había puesto todo su esfuerzo para cumplir con las expectativas de la tradición, pero su cuerpo no respondió como esperaba. Ese silencio en la sala lo decía todo.
La sociedad y sus reglas, ahora Catalina debía lidiar con las consecuencias de no cumplir una expectativa que no dependía completamente de ella.
Además del documental sobre Beatriz y Catalina, la proyección incluyó cortometrajes como “Women Reply” de Agnès Varda.
Cine foro: Piezas clave para un diálogo
Cada obra visual abrió el camino a un diálogo, en el que participaron artistas guatemaltecas como Evelyn Price, Sucely Puluc y Cecilia Porras. Estas explicaron cómo el arte puede transformar la percepción social sobre los cuerpos de las mujeres.
Durante el conversatorio, se destacó cómo el cine y las narrativas artísticas permiten conectar emocionalmente con el público, generando empatía y promoviendo una mayor comprensión sobre los derechos reproductivos. También fue un espacio para hacer énfasis en que el arte puede ser una forma de resistencia poderosa ante la vulneración de los derechos.
Evelyn Price, una de las artistas presentes, dijo que el arte es una herramienta que promueve la reflexión y fomenta el pensamiento crítico. Este proceso permite a la sociedad desmantelar discursos dominantes y abrir camino hacia la incidencia en políticas públicas, especialmente en temas como el aborto y la salud reproductiva. Para ella, el arte no solo es una forma de expresión, sino una herramienta que toca la sensibilidad de las personas de maneras únicas, creando un impacto profundo y duradero.
Por otro lado, Sucely Puluc enfatizó que el arte ayuda a “confrontar las lógicas de poder” que controlan los cuerpos de las mujeres, basadas en la vergüenza y el miedo. A través de sus narrativas, busca reivindicar el gozo y el disfrute del cuerpo, creando un espacio de autonomía y resistencia. Según Puluc, el arte no es solo un acto de creación, sino un mecanismo para generar empatía.
Finalmente, Cecilia Porras compartió cómo el arte ha sido para ella una forma de rebelarse contra los discursos opresores desde su infancia. Para ella, es una vía de expresión liberadora. Su enfoque destaca el poder de la memoria colectiva, que a través del arte deja un registro de la existencia y resistencia de las mujeres.
En años anteriores, organizaciones como Incide Joven, o Bloque de jóvenas han impulsado actividades como marchas para visibilizar la necesidad de garantizar un acceso seguro y legal a los derechos reproductivos.
Los hombres abortan sin poner el cuerpo
Además, durante la conmemoración del Día Internacional por el Aborto Legal y Seguro se realizó en la sexta avenida de la zona 1 el performance “Los hombres abortan sin poner el cuerpo”. Fue una acción colectiva donde mujeres, con los pies descalzos, escribieron esta frase en la 6ta peatonal de zona
Este performance surgió de una reflexión de la artista craedora, cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato, sobre cómo los hombres evaden la responsabilidad en el tema del aborto. Ella explica que la frase vino a su mente mientras leía y pensaba en cómo expresar este mensaje de una forma diferente: “Los hombres no enfrentan las consecuencias físicas, ellos no ponen el cuerpo, pero nosotras sí”.
Para ella, el arte es una herramienta poderosa para generar nuevas reflexiones. 1. “Escribimos con los pies para simbolizar la vulnerabilidad en la que vivimos, usando nuestro cuerpo como medio de expresión”.
65 mil abortos inducidos en Guatemala en 2006, según el último estudio realizado
Según un estudio de 2006 del Instituto Guttmacher y CIESAR, se estimaban 65 mil abortos inducidos al año, reflejando la gravedad del problema que persiste hasta la actualidad.
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) registró en 2020, 28 análisis forenses relacionados con abortos complicados en mujeres entre los 10 y 39 años, según un reportaje publicado en No Ficción.
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El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social reportó que en 2018, de 425 muertes maternas, 25 fueron por abortos, y en el primer semestre de 2019, de 179 muertes, 8 fueron causadas por aborto. Para 2020, del total de 149 muertes maternas, 5 por aborto.
En Guatemala, la legislación sobre el aborto está contenida en el Código Penal de 1973, donde se establece como delito interrumpir un embarazo, con seis meses a tres años para las mujeres y de tres a doce años para quienes lo practiquen, dependiendo de las circunstancias. El único caso permitido es el “aborto terapéutico”, autorizado cuando la vida de la mujer está en peligro y dos médicos lo certifican. Sin embargo, según la politóloga Jeraldine del Cid, la penalización no ha reducido su práctica y los procesos judiciales por este delito han sido escasos en las últimas dos décadas.
En 2018, la Comisión de la Mujer del Congreso de Guatemala se reunió para analizar una propuesta de ley (iniciativa 5376). Esta buscaba proteger a las niñas y adolescentes que han sido víctimas de violencia sexual, explotación y trata. Esta ley, presentada por el bloque Convergencia, fue rechazada por los congresistas. Estos argumentaron que contenía artículos que no cumplían con las leyes del país y podían ser inconstitucionales. Especialmente uno que permitía el aborto en casos de violación.
Durante las audiencias, más de 100 organizaciones civiles expresaron su preocupación. Ese año, se reportaron más de 61,000 embarazos en menores, de los cuales alrededor de 2,000 fueron por violación. En el primer trimestre de 2024, la cifra de menores embarazadas ascendió a 25,031 nacimientos de madres adolescentes.
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En el 2022, la “Ley para la Protección de la Vida y la Familia” (Ley 5272) fue aprobada por el lesgslativo, el expresidente Alejandro Giammattei pidió al Congreso que archivara (Decreto 18-2022), argumentando que violaba la Constitución de Guatemala y convenios internacionales. También advirtió que, si no se archivaba, la vetaría. La ley fue duramente criticada por promover el odio y la discriminación, además de no garantizar de manera efectiva la protección de la familia y la vida
En 2020, en Argentina, 30 años después de que se realizara el V Encuentro Feminista, se logró que el aborto fuera legal. En otros países latinoamericanos, como Uruguay y Cuba, el aborto es legal bajo ciertas condiciones, permitiendo a las mujeres acceder a este derecho de manera segura. Sin embargo, en otros países de la región, como El Salvador y Honduras, el aborto es prohibido, incluso en casos de violación o riesgo para la vida de la mujer.
Desde 2009, INCIDE ha trabajado en la defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos desde una perspectiva feminista y juvenil, en años anteriores han realizado marchas pequeñas por el 28 de septiembre, esta vez fue un performance y un cineforo utilizando el arte como una herramienta de expresión, con el único objetivo de visibilizar las luchas de las mujeres por sus derechos sexuales y reproductivos.