El consentimiento sexual no se trata solo de decir “sí”: implica entusiasmo, comunicación y libertad para retirarlo en cualquier momento. En este episodio de Derecho al Placer, con Alejandra Andrino, Andrea Bonilla y Carolina Gamazo, exploramos cómo reconocer un consentimiento auténtico y por qué es la base de una sexualidad sana y respetuosa.
Este es el octavo episodio del podcast Derecho al Placer, sobre el consentimiento en las relaciones sexuales. Puedes escucharlos todos aquí.
Puedes ver el video de este episodio aquí:
TRANSCRIPCIÓN:
Alejandro Pérez: Hola, otra vez de Derecho al Placer de No Ficción. Estamos por terminar nuestra segunda temporada, este es el último episodio y vamos a hablar de un tema muy importante que es el consentimiento.
Partimos del hecho de que es básico para cualquier relación sexual, pero lamentablemente esto no siempre se cumple. Puede haber dudas sobre cómo entenderlo y cómo expresarlo y es por eso que contamos con la presencia nuevamente de nuestras expertas, Alejandra Andrino, Andrea Bonilla y contamos con la presencia de Carol Gamazo.
Las tres nos harán aportes muy importantes sobre este tema y empezamos con una pregunta que nos hace Inés de Villanueva y dice, “Un sí es suficiente ¿y si me arrepiento?” Es bastante breve, pero no sé. ¿Quién quiere empezar?
Andrea Bonilla: El consentimiento es el primer principio de un modelo de sexualidad sana que propone Wendy Mals y pues no siempre un sí es suficiente.
El consentimiento y el entusiasmo
Andrea Bonilla: Lo que uno tiene que buscar es entusiasmo en esa respuesta porque hay personas que han sufrido de abuso sexual y cuando se ven en una situación así, a veces se paralizan o creen que la respuesta que tienen que dar es un sí, aunque piensen, “No”.
Existe algo como consensuado o no deseado. Entonces, al buscar el entusiasmo y tener estas conversaciones con la persona, al principio pues minimiza las posibilidades de cometer un error en esta área y que si se puede quitar, pues en efecto, se puede quitar en cualquier momento.
O sea, tú puedes estar en el en el acto sexual como tal y de repente dices, “Ya no”, la persona no tiene que hacer ni un movimiento de más. Así como, “¿Ya no qué?” No, es como ya no es no. Ya no te mueves y preguntas, “¿Estás bien o no?” Y reafirmas ese entusiasmo.
La gente cree que buscar consentimiento quita la espontaneidad o quita el flow y no, al contrario, es darle esa sensación de seguridad a la persona que en algún momento te puede decir que no y se vale.
¿Viste el séptimo episodio? Puedes verlo aquí
Incomodidad y consentimiento
Alejandro Pérez: Nos preguntan también, ¿y si alguien dice que sí, pero se nota incómodo? ¿Eso sigue siendo consentimiento o no?
Alejandra Andrino: Yo te diría que no. Pero ajá, o es que eso ya es como un poco leer a la otra persona, ¿va? Pero y volverle a preguntar. Igual si está incómodo, yo creo que nadie quiere estar con alguien que está incómodo y mejor parar y ya reprogramarlo.
Andrea Bonilla: Verificas qué es esa incomodidad o esa incongruencia, porque si tú estás sintiendo a la persona así también hazle caso a tu intuición.
Alejandra Andrino: Sí, y bueno, tal vez ya más no tanto en el área de sexología, pero por ejemplo incluso en la clínica. O sea, normalmente cuando uno les hace algún procedimiento, pues firman el consentimiento informado y dice, “Si en cualquier momento ya no quieres, sea así.”
Un ejemplo, una T de cobre. Yo se lo digo, “Si en cualquier momento tú ya te arrepentís, me decís y paro.” Claro. O sea, es para todo, creo yo, no solo para el tema de sexualidad.
Dudas y consensuado no deseado
Alejandro Pérez: Y en esta misma línea alguien pregunta, ¿qué hago si tengo dudas de si la persona realmente quiere o solo está cediendo?
Alejandra Andrino: Que ahí es como más tema de mala comunicación de pareja o algo así, que en su que obviamente no es tu área para porque si ya tiene dudas algo le está viendo que no está segura la otra persona, ¿verdad?
Andrea Bonilla: Probablemente, ahora si es un temor como previo, eh ya hay muchos más eh a ver, es más común, no voy a decir que es la única, ¿verdad? No es la única, sino que es más común que sean los hombres quienes ofenden sexualmente.
Pero las mujeres también deberíamos de buscar consentimiento. Y entonces la gente se fuerza, el consensuado no deseado viene con la cultura, ¿verdad? El de desde que un hombre eh tiene que tener sexo porque siempre quiere tener sexo y si no es porque se duda de su orientación sexual.
Y no es este el caso, esos son los mensajes de la cultura. Los que nos dan a las mujeres es como es que si tú no se lo das, se va a ir con otra, ¿verdad? Total, ellos son más sexuales que nosotras, ¿verdad? Lo hacemos por ellos, o sea, hasta nos niegan el placer.
Entonces, el consensuado no deseado tiene que digamos como irse abordando, ¿por qué quieres esto? ¿Verdad? El sentarse con la persona, hablar del consentimiento es altamente excitante.
O sea, de verdad, no corta el el sentir o demás porque cuando uno empieza a decir, “Wow, eso estaría chillero hacerlo.” Uno empieza a generar deseo.
Y entonces, el tener ese tiempo, aunque sea una cosa casual con alguien, de decirle: “Mira, me gustaría compartir esto contigo, ¿qué piensas tú, qué sí quieres, no quieres y qué intentarías?”
La persona tiene esa capacidad y dice: “Wow, entonces sí estoy en un espacio seguro” y en un espacio seguro una persona hasta se atreve a explorar más.
Expectativas sobre la primera vez
Alejandro Pérez: Muy bien, aquí hay una pregunta, dice, es un poco larga, dice “sobre querer tener la primera vez con un hombre, entre comillas, experimentado, o sea, que ha estado ya con varias mujeres antes y temo no cumplir sus expectativas o no ser suficiente para él. Me da mucha inseguridad no saber qué ha ser en el momento del acto.
También siento que con el hombre que lo quiero hacer no tiene no llene mis expectativas, ya que quiero que mi primera vez sea especial con rosas y todo lo lindo posible, no en un hotel donde se pague 2 horas, una mujer de 21 años de Guatemala.”
Alejandra Andrino: O sea, incluso la pregunta dice, “jajaja”, de último. Okay, ya le están un poquito eso.
Yo la verdad es que estas preguntas pues no las había mandado, yo les estaba compartiendo que las esta la compartí en una historia y les pregunté qué creen que le puedo contestar. Me pareció lo que sí curioso es que de todas las personas que me contestaron que habrán sido no sé, unas 50, solo una me contestó: “Ella tiene derecho a pedir lo que quiera y va a ser muy bonita.” Fue la única.
El resto me puso “que sueñe, no va a ser así, no es como las películas”. O sea, no sé si eso dice que a la mayoría nos fue mal en la primera y solo a una le fue super bien de plano porque o no ha tenido relación, no sé. Pero sí la mayoría fue como “No, la primera vez la está idealizando mucho, mejor no ponerle tanto peso.”
Comunicación y expectativas
Obviamente, en un motel no creo que sea el mejor lugar o el mejor recuerdo que vaya a poder tener, pero sí eso de las expectativas que tiene, yo creo que nunca nada, ni siquiera un viaje, nada, es como uno lo piensa. Entonces, no sé cómo lo abordarías tú.
Andrea Bonilla: Bueno, eh, a ver, yo preguntaría qué es lo que está queriendo, ¿verdad? Porque si quiere que se la lleven, yo que sé, voy a viajar, ¿no? Como que que sean París, Lahara, por Lahara, ejemplo justo me leíste la mente.
Eh, bueno, ¿qué edad tiene? ¿Verdad?
Y qué posibilidades tiene la otra persona, porque también le puedes hacer una presión muy grande y la otra persona no está en sus capacidades de darte eso, pero dentro de tu presupuesto, verá, y de tus posibilidades, porque si son menores de edad salir del país ni que fueran de alguna serie de televisión, ¿verdad?
Entonces, tomarse el tiempo es lo más importante, ¿verdad?
Una primera vez positiva
Tomarse el tiempo para conocer a la persona y para ver qué es lo que se quiere vivir y si es su primera vez, en efecto, o si es, o sea, aunque sea su primera vez con esta persona, se vale tomarse ese tiempo y darle ese significado.
Aún cuando se trate de un encuentro casual porque, a ver, yo lo escuché a una persona y me pareció fabuloso, me dijo: “Si vas a jugar conmigo, asegúrate que yo me divierta también.”
Entonces, aunque sea casual, tiene que tener esta connotación de respeto y un acto de “quiero que te la pases bien, quiero agradarte también”.
Y en una pareja, pues es un acto de amor, el tratar de brindarle una experiencia positiva y más que nuestra historia sexual sí influye en nuestra vida sexual actual.
Lo que pasa es que no nos tomamos el tiempo de entender cómo se dio esa cadena, entonces tal vez sí a la mayoría les fue mal, ¿verdad? Porque se dio en el carro o era como “hágalo rápido antes de que vengan mis papás y en el sofá de la casa.”
Fantasías y comunicación
Pero es el hecho que aunque se haya dado así, si la persona se tomó el tiempo, y que después tal vez si no se pudieron dar de esa manera las circunstancias, que haya otro momento donde se compense.
O sea, ¿qué te cuesta poner pétalos de rosa en la cama, no? Si es lo que tu pareja sueña. O sea, también cumplir una fantasía de la otra persona puede ser altamente excitante y beneficioso, aunque fuera un extraño y fuera casual.
Alejandra Andrino: Sí, lo que sí es, por ejemplo, que no llene mis expectativas, pero nadie va a llenar las expectativas de uno si uno no lo comunica. Totalmente. Entonces sí tendría que decirle a ella y decir que, mira, espera, chao, necesito esto, porfa.
Descubrir y dar placer
Andrea Bonilla: Claro, y también ponete esta parte de qué pasa si ajá, qué pasa si yo no ya no sus expectativas. Entonces, a ver, hay una parte instintiva que todos la tenemos por ser seres humanos, sabemos cómo, tal vez solo los pandas no son tan hábiles para tener relaciones sexuales, digamos, en el reino animal.
Eh, pero el ser humano sí tiene un instinto, ¿verdad? Entonces, es más como preguntarle a la persona “¿qué te gusta?” ¿Verdad? Entonces, yo me centro en darle placer a la otra persona, pero el objetivo del sexo es descubrirme mientras descubro a la otra persona, no el orgasmo.
Y entonces, si yo voy clara con esto, que voy a ir a descubrir la otra persona, mientras que me descubro a mí y en ese equilibrio hermoso de dar y recibir placer, se da un encuentro muy positivo.
Sensaciones y expectativas
Entonces también es eso, ¿verdad? Como de que, a ver, que no va a tener necesariamente o sí un orgasmo la primera vez.
También la sensación, ¿verdad? La vez pasada en otro episodio hablábamos de que nos dicen que la primera vez duele. ¿Qué pasa si nos explicaran: “Mira, va a ser una sensación diferente, porque tienes algo dentro tuyo que nunca has sentido. Has sentido tal vez el tampón, ¿verdad? Y la presión que puede hacer en esos músculos y sabes que ahí está. Cuando se desacomoda, pues es incómodo, pero cuando vas a tener relaciones sexuales vas a tener una sensación diferente.”
Tómate el tiempo para reconocerla y que la otra persona se tome el tiempo para ver que tú estés bien. Si estás muy nerviosa probablemente no vas a lubricar tanto.
Autocrítica y comunicación
Entonces si tú respiras y quieres conectar con esta persona, vele diciendo cómo estás, eso es parte de una primera vez, este encuentro y aunque sea no la primera vez absoluta, ¿verdad?, sino que la primera vez con esa persona las expectativas cambian.
Entonces es creo tal vez este juzgarse, ¿verdad?
A sí misma a decir: “Si él ya tiene experiencia entonces qué le enseñaron las otras mujeres y dónde me quedo corta yo.” Entonces, te diría es como “¿Qué estás esperando tú de esto?” También es importante, verá cuál es tu expectativa y comunícalo.
Si tienes miedo a que no vas a poder satisfacerle, pues qué es esa satisfacción, ¿no? Entonces, la otra persona también te va guiando, “mira, esto me gusta, esto, no.”
La primera vez en una orgía
Alejandro Pérez: Pero bueno, y luego un hombre de Guatemala de 26 años nos pregunta qué tan recomendable es que tu primera vez sea en una orgía o es mejor tener tu primera experiencia con algo más íntimo.
Alejandra Andrino: Es que es que es hombre, fíjate, yo no había oído que era hombre. Tal vez era su fantasía, ¿ah? ¿Pudiera ser? Yo no conozco ninguna mujer, tal vez habrá alguna que su fantasía sexual sea que su primera vez sea en una orgía.
No sé si tú que ves mucho tema sexual. ¿Alguien bueno, lo ha dicho? No.
Andrea Bonilla: La verdad es que no, pero tal vez eh no no sé, no quiero asumir nada sobre este hombre, pero digamos las orgías son más comunes o habladas más comúnmente en círculos de diversidad sexual, ¿verdad?, donde se da esto y entonces a qué primera vez. Entonces el contexto eso también sí me ayudaría como a orientarme un poco.
Yo creería que, a ver, ¿por qué vas a ir a una orgía?
Precauciones y primeras experiencias
¿Querés tú genuinamente ir a una orgía o alguien te está diciendo “así hay que hacerlo”? ¿Verdad? En una orgía hay demasiadas personas y tal vez no sabes ni qué hacer y puede ser muy abrumante.
Entonces, te diría, tal vez ten experiencias sexuales primero que tú descubras que para ti son placenteras y la orgía tal vez para después.
Ahora, si alguien es swinger y quiere participar de sexo colectivo, pues también verá ahí como una primera vez para esto y las personas que llevan una vida ética con respecto a su swinger toman una cerca gradual, ¿verdad? Llegan con su pareja, conocen, no necesariamente se involucran, pero pueden ver a las personas que sí les gusta que los vean.
Entonces, es también otro tipo de acercamiento, ¿no? Pero creería más que que, a ver, que yo las orgías las tendría con mucha cautela y nuevamente preservativos, ¿verdad? Porque pasan muchas cosas y también el sexo oral puede ser conducente para alguna ITS y en las orgías creo que eso es, ¿verdad? Hasta la confidencialidad, pues, porque no sé cómo la maneja la gente.
Consecuencias y salud mental
Alejandra Andrino: Mira, que como me llegan pacientes de doctora, yo creo que tengo una verruga acá, revíseme. Y yo, no, no es verruga.
Es que dígame de verdad que no es verruga, porque como ya están, a veces ni siquiera tienen nada, pero están con el estrés, porque como no tienen sexo seguro, no tienen sexo responsable, andan con un estrés que les vuela la cabeza.
Sí. Que, “no, que este lunar es VPH”. Y yo, no, no es VPH.
“¿Está segura, doctora? Hagamos una prueba si quiere.”
Pero la verdad que a veces nos juega un montón la mente y con sí. Y tanta información que hay ahora en redes sociales que es… yo lo comparo a como cuando yo estaba estudiando medicina.
Yo estaba estudiando medicina y leí cáncer de tiroides y yo decía: “Yo tengo cáncer de tiroides.”
Ahora algo así le pasa a toda la gente porque todos ven como síntomas y: “Ay, yo tengo eso. Yo soy.”
A veces uno se sugestiona demasiado y eso afecta mucho la salud mental, aunque también es cierto que hay quienes sí llegan con enfermedades.
Entonces solo como sí, que mejor.
El consentimiento en The Morning Show
Alejandro Pérez: Bueno, y ahora pasamos a la sección de Carol. Tiene algo para compartirnos también con respecto al tema del consentimiento.
Carolina Gamazo: Para hablar del tema del consentimiento, quería pues recordar una serie que a mí me gustó mucho, que se llama The Morning Show y que va de un programa matutino de televisión en Estados Unidos y aborda un caso de agresión sexual que sucedió de hecho en la vida real en un programa de televisión.
El caso me pareció relevante porque aborda el tema del consentimiento de forma muy sensible y de por qué a veces, aunque no haya violencia de por medio, si no hay un consentimiento, se considera agresión.
El caso se trata del presentador Mitch Kessler, que es como el presentador estrella del programa estrella que es este matutino. Y aborda la historia de Hannah Schoffel, que es una joven empleada.
El caso de Hannah en The Morning Show
Durante toda la serie nosotros sabemos que ha habido una agresión, el presentador lo niega, dice que no fue una agresión, que ella quería. Y cuando llegamos al episodio 8, lo que vemos es cómo sucedió desde la perspectiva de Hannah.
Esto sucedió en un viaje de trabajo a Las Vegas, en la que tuvieron que ir a hacer una cobertura de un evento traumático y al terminar la cobertura él la invita a ir a ver una película a su habitación.
Y lo que muestra la serie es que cuando ella quiere irse, Mitch se acerca y la besa. Y aquí es donde vemos que él empieza a tocarle, ella no grita, ella no dice directamente “no quiero”, ella solo se queda paralizada como inmóvil porque ella no quiere, pero no sabe cómo decirle que no quiere.
Poder, silencio y revictimización
Porque la cosa es que Mitch le había pedido que él integrara a su equipo hacía poco y él como era el presentador famoso, pues para ella era una oportunidad laboral muy buena. Lo que se ve es que ella no dijo nada de “no quiero” y solo se quedó paralizada, porque realmente estaba viendo que era una oportunidad de trabajo importante para ella.
Y también lo que se ve es que a Mitch no le importa lo que ella quiera, o sea, él ni la mira, él va a lo que él va y lo que ella quiera no importa. Y esto es lo que sucede muchas veces en las relaciones hombre-mujer, que los hombres pues ni siquiera están viendo qué es lo que las mujeres quieren o no quieren en ese momento y solo están viendo lo que quieren ellos.
Lo que sucede después es igualmente revelador: Hana, que sí se sintió muy mal, va a hablar con el jefe de la cadena a decirle que lo que ha pasado ha sido un exceso y que a ella no le ha gustado y lo que él hace es ofrecerle un ascenso.
Ella acepta este ascenso en un estado de shock y lo que se pregunta es: “Bueno, ¿así es como funcionan las cosas, no?”
Formación en sexología y ciencia cultural
Andrea Bonilla: En Guatemala, que yo sepa, hay muy pocos sexólogos formados profesionalmente. Por ejemplo, Yoshan Handy, que también es psicóloga y educadora, estudió en el IMEXEX, una institución con reconocimiento y respaldo académico.
Yo me formé en Australia, otra colega, Julisa, se formó en Cuba. Y está Luis Zambrano, que probablemente está viendo este episodio, que se especializó en el ISEP, en España. Sé también de dos personas más que actualmente estudian allí.
Alejandra Andrino: En cambio, hay otros que solo hicieron diplomados cortos, muchas veces abiertos a personas que ni siquiera son psicólogos o médicos. Un diplomado no garantiza una formación sexológica completa.
Andrea Bonilla: Y aquí es donde entra algo clave: la sensibilidad cultural. Porque la ciencia hermana de la sexología —la hermana mayor y más linda— es la antropología.
Es la que nos recuerda que la sexualidad siempre está atravesada por la cultura. Que no basta con el conocimiento médico o psicológico: hay que reconocer los contextos sociales y culturales de cada persona para poder acompañar de manera efectiva.
Alejandra Andrino: Exacto. Sin ese enfoque, corres el riesgo de dar una recomendación técnica que la persona no podrá integrar a su vida, porque su cultura o sus creencias se lo impiden.
Alejandro Pérez: Muy bien, con esto llegamos al final. Gracias nuevamente a Alejandra, Andrea y a Carol. Nos vemos en el siguiente programa de Derecho al Placer. ¡Muchas gracias!Carolina Gamazo:Derecho al Placer es una producción de No Ficción. Puedes encontrar todos los episodios en las plataformas de podcast de No Ficción: Spotify, Apple Podcast, Podbean, así como en nuestras redes sociales como @nofictiongt, o en el especial Derecho al Placer dentro de nuestra página web www.noficcion.com.
Cultura institucional para proteger a los agresores
Y la serie lo que muestra es esta cultura institucional y pacto de silencio que contribuye a la revictimización de las personas afectadas, haciendo que el trauma se mantenga.
En el caso de Hana, llevándolo a consecuencias trágicas, que no voy a hacer un spoiler por si la queréis ver.
Y esta serie de televisión es un recordatorio de que lo más importante es entender que el consentimiento va más allá de las palabras explícitas y yo lo quería traer a colación, pues como un ejemplo de la importancia de que sí haya un consentimiento explícito al momento de mantener relaciones sexuales.
Aprender a reconocer el consentimiento
Andrea Bonilla: Totalmente. Y el entusiasmo porque justo eso le pasa a alguien, ¿verdad? Que se paraliza y no sabe qué hacer o ha estado tan quebrada psicológicamente esta persona por su propia crianza que no saben.
Te voy a dar un ejemplo, yo tuve una chiquita de 5 años que me cuenta en los últimos 5 minutos de la sesión, que es así como ya, ya nos íbamos, ¿verdad?, un viernes y me dice, “Es que no te conté que me pasó tal cosa.” Y empezó a describirme cómo su primo la toca.
Entonces, yo paro de recoger juguetes, verá, con ella y tengo que empezar pues a abrir la sesión otra vez, verá, no puedo dejar esto así como, “Ah, bueno, ya se te acabó el tiempo, chao, bye.”
Y entonces le digo: “Mira y cuéntame y dónde estaban, qué, dónde estaban los adultos, qué estaba pasando, ¿no?” Y empezó a contarme más cosas, claro, yo sin demostrarle el miedo que puedo sentir de que me esté contando esto, ¿no?
Lo difícil de decir que no
Y en eso me dice: “Sí, que estábamos en la sala y me dibuja dónde está la sala y dónde está el comedor, dónde están los adultos.” Y dije, “Bueno, ¿y tú gritaste?”
Me dice: “No, Andrea. En la casa no se grita.” Y entonces la ley estaba tan metida que ella no podía gritar.
Entonces, si te enseñan en dónde sí, en dónde no, tú puedes ir haciendo estas excepciones y el cómo decir que no.
Y también muchos casos legales, digamos, se basan en que si dijiste no explícitamente y es como pues no tenés que gritar “no” para que se sepa que es un no.
Pero eso es lo más difícil, entonces sí valdría la pena como que nos familiarizamos con en cualquier situación que no solo es en lo sexual.
O sea, es como: ¿Querés té? Yo no te voy a forzar a que tomes té, no querés. Y una persona que está inconsciente no puede dar su consentimiento.
Parar y hablar
Alejandra Andrino: Yo duda, ¿qué le dirías a una, o sea, la pareja de alguien que tiene dudas y tiene, o sea, si está el consentimiento todavía, ¿qué le dirías como para, hablalo? Porque…
Andrea Bonilla: Justo eso. ¿Verdad? Justo eso, pará y hablalo. O sea, el sexo se retoma después, verá.
Alejandra Andrino: Tengo tengo duda, mejor paro. O sea, sí, si la otra persona está de acuerdo, pues.
Andrea Bonilla: Totalmente, así como, exactamente.
Andrea Bonilla: O sea, si tú le ves también un rostro como que no está ahí, verás, como que no se está moviendo, lo sentís y decís tú, “¿Qué está pasando?” ¿Verdad? ¿Estás bien?, ¿querés que siga?
O sea, esa parte es importantísima y aunque sea, ponte que, a ver, que yo no soy muy fan de muchas series, eh, pero con la serie Pretty Little Liars o Pequeñas, bonitas, mentirosas, no sé cómo traducir eso, bueno.
Eh, hay una escena, o sea, hay mucho abuso sexual que la serie normatiza y romantiza, pero hay una escena que es la que salva para mí la serie y es la primera vez de esta personaje que se llama Hannah con su novio que no me acuerdo cómo se llama y él le pregunta: “¿Tú estás lista para la primera, para la primera vez que van a tener relaciones?” Y ella le dice: “Yo sí, ¿y tú?” y se sienta a escuchar el consentimiento de él.
Entonces creo que eso era valiosísimo, que no podemos asumir de que porque es un hombre siempre quiere.
Alejandro Pérez: Entonces con esto estamos llegando eh al final del programa y eh, antes de irnos, quisiera invitar a todos y todas a descargar y escuchar nuestros más recientes podcast en No Ficción.
Eh, tenemos Los últimos días de la primavera y El acceso a la educación intercultural en Guatemala. Pueden seguirnos en Spotify, Apple Podcast, iBooks, Anchor, Podbean y en todas las plataformas de podcast.
Eh, les agradecemos por su atención.
Les agradecemos también a Alejandra, a Andrea y a Carol y esperamos vernos, tal vez más tarde que temprano, esperemos. No sabemos todavía y gracias por su atención y por acompañarnos todo este tiempo. Hasta la próxima. Gracias.
Carolina Gamazo: Derecho al Placer es una producción de No Ficción. Puedes encontrar todos los episodios en las plataformas de podcast de No Ficción: Spotify, Apple Podcast, Podbean y en nuestras redes sociales como @nofictiong o en el especial Derecho al Placer dentro de nuestra página web www.no-ficcion.com.
Andrea Bonilla estudió psicología en la Universidad Rafael Landívar y Sexología en Curtin University en Australia. Luego de su regreso a Guatemala se ha dedicado a trabajar en diversas áreas que involucran a la sexualidad. Actualmente tiene su clínica privada, es catedrática universitaria de la Universidad Francisco Marroquín y estudia una licenciatura en Criminología y Criminalística en la Universidad Da Vinci de Guatemala. Andrea también es actriz y se dedica a la divulgación en temas vinculados a sexualidad, colaborando con diferentes medios.


Alejandra Andrino es médica y cirujana egresada de la USAC, con una maestría en Ginecología y Obstetricia realizada en el Hospital Roosevelt. Fue la encargada de Sección de Atención a Víctimas de Violencia Sexual del Ministerio de Salud. Con premios y reconocimientos a nivel internacional. Fundó Medifem GT para que las personas de Guatemala y de cualquier país puedan informarse sobre la medicina femenina. Hoy su cuentas en redes sociales @medifemgt suman casi un millón de seguidores.