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1.28°C: el incremento de temperatura en Guatemala desde 1980

Guatemala registra un incremento de temperatura de 1.28°C, en promedio, entre 1980 y 2024, según registros de los últimos cuarenta años. El país conocido con el cliché de la “eterna primavera” enfrenta la realidad del cambio climático y podría romper en menos de una década el límite establecido en la Convención Marco para el Cambio Climático.

Los cambios abruptos del clima global, en los últimos cien años, se atribuyen al exceso de gases de efecto invernadero producto de la actividad industrial. Se trata de un proceso conocido como “cambio climático antropogénico” por su origen en las acciones del ser humano. Esto está llevando a un fuerte incremento de las temperaturas en Guatemala.

Algunas regiones del planeta, como el istmo centroamericano donde se ubica Guatemala, son además consideradas especialmente vulnerables a los efectos de esta variación en la temperatura. Esto por su ubicación entre los océanos Pacífico y Atlántico, en la ruta de los ciclones tropicales anuales del Caribe y por la influencia de los fenómenos del Niño y la Niña, situación agravante reconocida por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).

Para este reportaje No Ficción usó los datos de 789 mil registros de las estaciones meteorológicas en 43 años y tres meses, entre enero de 1980 y marzo de 2024. Estos dan cuenta de un incremento de 1.28°C de variación en su temperatura promedio. Un aumento que se ha pronunciado a partir del 2015 y destacando que los cuatro años con temperaturas superiores al promedio se concentran el último lustro (2019, 2020, 2021 y 2023).  

Cerca de sobrepasar los 1.5ª

Esto es alrededor de un aumento de un 5.9%, sobre la temperatura media, o lo que es igual cerca de  0.03°C de incremento al año, sobre la temperatura media registrada en el periodo 1980-2024. Poco a poco, y con una cada vez más frecuente presencia de picos de temperatura, el tradicional clima templado de Guatemala registra con mayor frecuencia olas de calor. 

Guatemala está adscrita a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), adoptada en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y que tiene por meta la estabilización del aumento en la temperatura a no más de 1.5 °C para finales de siglo XXI. Los registros de incremento de temperaturas de Guatemala muestran que, en una década  este objetivo podría incumplirse.

Para Diego Encer, especialista del Instituto de Investigaciones de la Universidad del Valle, el límite de incremento de 1.5°C se ha quedado corto ya que el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero no ha disminuido de forma significativa, “de hecho se puede llegar a superar la barrera de los 2°C. Creo que la barrera del 1.5° se puede superar en el mediano plazo”, señaló.

Incremento de temperaturas, cálculos más recientes

El último informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), de marzo de 2023, da cuenta de un aumento de temperatura global de 1.1°C, por lo que los reportes para Guatemala de 1.28°C superarían este registro.

Entre las conclusiones del IPCC figura que existe “una probabilidad de más del 50% de que el aumento de la temperatura global alcance o supere los 1.5 °C entre 2021 y 2040 en los escenarios estudiados”, en particular con el ritmo actual de altas emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que este umbral incluso antes.

En este mismo estudio también se detalla que “algunos impactos climáticos ya son tan severos que las poblaciones ya no se pueden adaptar a ellos, lo que genera pérdidas y daños”. Por ejemplo, para una estimación de incremento de  2 °C, “el riesgo de fallas simultáneas en la producción de maíz en importantes regiones productoras aumentará drásticamente”.

A la fecha el IPCC calculaba que entre 3,300 millones y 3,600 millones de personas viven en países que son muy vulnerables a los impactos climáticos. Con denominados “puntos críticos globales” concentrados en regiones del Ártico, Centroamérica y Suramérica, así como pequeños estados insulares en desarrollo, el sur de Asia y buena parte del África subsahariana.

Campos de agua anegados por las fuertes lluvias en diciembre de 2023 en Ixcán, al noreste de Guatemala. Foto: Oliver de Ros

Un fenómeno global con agravantes locales

Si bien los países de Centroamérica se ven afectados por el fenómeno mundial de aumento de temperatura conocido como “Cambio Climático”, existen otros factores que hacen estas variaciones más severas que en otros países. 

Las características geográficas de Centroamérica como istmo, con una relativa estrecha franja de tierra de alrededor de 260 kilómetros en Guatemala entre dos grandes masas de agua la hacen particularmente vulnerable a los cambios de temperatura en el Atlántico y Pacífico propiciados por el calentamiento global. 

El principal de ellos, según explica César George, el jefe del área de Meteorología del Insivumeh, es el fenómeno de El Niño, una corriente cálida originada al oriente del Océano Pacífico que provoca alteraciones climáticas en el continente americano. 

La suma de factores como el fenómeno del Niño y el “Cambio Climático” en la temporada 2023-2024  provocó sequías, olas de calor, incendios forestales y precipitaciones extremas, detalla el informe El estado del clima en América Latina y el Caribe 2023 de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Entre los efectos del Niño están un aumento de las lluvias en Perú y países cercanos. Mientras que en Centroamérica el efecto es completamente contrario. La temporada seca se extiende y hay condiciones favorables para los picos de temperatura.

La secretaría general de la OMM, Celeste Saulo detalló en este informe en “el segundo semestre de 2023, las condiciones asociadas al episodio de El Niño impulsaron los registros de calor hasta niveles sin precedentes y exacerbaron numerosos fenómenos extremos”. Unas condiciones a las que se sumó el  “aumento de las temperaturas y al incremento de la frecuencia e intensidad de los peligros causados por el cambio climático debido a la actividad humana”.

El cambio, en el transcurso de una vida humana

En este reportaje se usaron los registros de las estaciones meteorológicas en Guatemala en 43 años y tres meses, entre enero de 1980 y marzo de 2024, las cuales apuntan a que la temperatura media fue de 22.08°C. 

“Para observar tendencias en el clima hay que ver series de datos de veinte o treinta años”, señala el meteorólogo César George. Para este especialista, con 45 años de labor en el Insivumeh, esta ha sido una tarea de toda la vida y que ha podido realizar en tiempo real. 

Con una tendencia al incremento a partir del año 2015. A falta de los datos completos del año 2024 el año que mayor temperatura promedio había registrado había sido 2020 con 23.23°C., aunque las proyecciones apuntan a que el año en curso batirán los records de temperatura.  

La información de las estaciones meteorológicas del Insivumeh en el periodo de 1980 a marzo de 2024 analizadas dan cuenta de un  incremento en la temperatura promedio en el país en 1.28°C.

Para el meteorólogo César George, cuya vida profesional ha ido paralela al registro de estas temperaturas la tendencia al incremento de temperatura, con su variables ha sido clara desde los años 2000 y está directamente relacionada con eventos climáticos extremos como sequías e intensas tormentas. 

En los últimos 7 años: más calor que en los anteriores 43

“Hemos notado un incremento en las temperaturas que viene a favorecer en que la lluvia sea más fuerte en poco tiempo. Por ejemplo,  en años anteriores registramos en temporada de lluvias meses con 20 o 22 días de precipitaciones que ahora se concentran en ocho o diez días probando mayores riesgos”, explica sobre las consecuencias directas de estos cambios en temperatura.

A su vez, explica el meteorólogo, hay una relación directa entre altas temperaturas, acumulación de pastos y hojas secas y el incremento de incendios. Tan solo en la temporada 2023-2024 se registraron 2,550 incendios forestales por parte de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Conred, mientras que en el anterior año de mayores temperaturas registradas el 2020 se contaron 1397.

Los registros de temperatura registran que los años más cálidos respecto al promedio fueron los años 1998,2015, 2016, 2019, 2020, 2021 y  2023,  respectivamente. Es decir que en estos siete años ha hecho más calor que en los últimos 43 años, una conclusión que también apunta el estudio ¿Se ha incrementado la temperatura en Guatemala? del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Para el jefe del área de Meteorología de Insivumeh, César George, las variaciones climáticas han sido particularmente intensas en los últimos 20 años. Pero en particular en los últimos cinco años. Al concentrarse en ese último periodo y seleccionar los datos de las 25 estaciones meteorológicas con la mayor cantidad de registros continuos de temperaturas, de entre las 46 existentes, se advierte las zonas con mayor variabilidad climática.

En particular las estaciones de Todos Santos, Huehuetenango; Santa María Cahabón, Alta Verapaz, y San Marcos.  Zonas en donde se registraron las mayores variaciones de sus temperaturas promedio.

Los eventos extremos: sequías, inundaciones y heladas

Una de las evidencias del cambio climático es el aumento de los eventos extremos, los cuales se definen como eventos inusuales que se salen del promedio. Fenómenos como huracanes, heladas o precipitación intensa en medio de la canícula, o bien una sequía que se prolonga más de lo usual en un año en específico.

Como uno de esos eventos extremos el meteorólogo César George cita las temperaturas récord del año 2020 y posteriormente las consecuencias para una intensa temporada de lluvias. “En ese año contamos en uno de los departamentos más afectados, Alta Verapaz, 3,200 milímetros de lluvia, cuando promediaba alrededor de 1,600, y allí vimos desastres como el de la inundación de Campur y Quejá”, señala George. 

Mientras que estudios como Cambio climático y biodiversidad. Elementos para analizar sus interacciones en Guatemala con un enfoque ecosistémico, estiman que para el año 2050 el incremento promedio de temperatura podría alcanzar entre 0.5°C y 2°C, trayendo como consecuencia una mayor demanda de agua y baja

disponibilidad del recurso a causa de sequías y patrones irregulares de lluvias. 

Y se identifican como las posibles regiones más afectadas Petén, la Franja

Transversal del Norte, las cuencas del río Motagua, el río Cuilco entre Huehuetenango y San Marcos, y del río Selegua en Huehuetenango y así como las zonas montañosas. 

Emprender cambios para cambiar el incremento de temperaturas

Sin embargo, para especialistas como Diego Incer del Centro de Estudios Ambientales y de Biodiversidad (CEAB),  las variaciones locales de temperatura tienen más bien una relación indirecta, “ya que la mayor parte eventos meteorológicos como sequías o tormentas tropicales son influenciados por fenómenos como el Niño o la Niña, que impactan a un nivel global”, y los registros de la temperatura vienen a confirmar el impacto de estos fenómenos en el país.

Incer destaca que las características topográficas y ambientales de estos departamentos (Huehuetenango, Alta Verapaz y San Marcos) los hacen más sensibles al riesgo de eventos meteorológicos. “Lo que hay que hacer es disminuir el grado de exposición y vulnerabilidad de la población que se encuentra en estos departamentos”, detalla, una situación agravada por condiciones de pobreza y pobreza extrema. 

La situación de incremento de temperaturas que según los registros analizados a nivel nacional se concentra en los meses de febrero, marzo y abril. Estos aumentos en la temperatura son ya una realidad, advierte George: “Lo he visto al trabajar más de 30 años y el país tiene que emprender cambios y trabajar en la mitigación porque la situación se va a tornar más crítica”.

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