NARRATIVA – INVESTIGACIÓN – DATOS

Francisco Jiménez fue destituido como ministro de Gobernación tras la crisis provocada por la fuga de 20 pandilleros del Barrio 18 de la cárcel Fraijanes II. Foto: Edwin Bercián.

La Instantánea: La caída de la cúpula de seguridad

En el newsletter de esta semana, analizamos la mayor crisis de seguridad del gobierno de Bernardo Arévalo: la fuga de 20 líderes del Barrio 18 de la cárcel Fraijanes II provocó la destitución del ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, y la caída de toda su cúpula de seguridad. Esto deja en evidencia la fragilidad del sistema penitenciario y de la gobernabilidad en Guatemala.

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Hola comunidad de No Ficción. Todo parece que el Barrio 18 derrotó a Arévalo en gobernabilidad esta semana. Y es que…

La cúpula de seguridad de Guatemala ha caído. 20 pandilleros del Barrio 18 lograron derrotarla.  

Cayó el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez.

Cayó la viceministra Antinarcóticos y de seguridad fronteriza, Claudia Palencia.

Y cayó el viceministro de Seguridad, José Portillo.

El más alto organigrama de la gobernabilidad interior de Guatemala quedó diezmado, ante su jefe, el presidente Bernardo Arévalo, que tras varios días de silencio, aceptó las deserciones.

El Barrio 18 y el escape (aún muy poco explicado) de 20 de sus máximos líderes de la cárcel Fraijanes II configuró este reciente escenario al que los analistas políticos ya les ha gustado llamar como “la mayor crisis del periodo Arévalo”.  

La fuga implicó al más alto “gabinete político” de la pandilla. Jefes máximos de al menos 8 clicas importantes de las 74 que pertenecen al Barrio 18 en Guatemala, como comentó el jefe de la Policía Nacional Civil (PNC), David Boteo.

En vísperas de su caída, Jiménez y parte de la cúpula de Gobernación, comentaron que previo a la fuga de pandilleros, se había dado una advertencia, “no explícita”, sino más bien, “información que se convirtió en una alerta”.

“Un cálculo de probabilidad”, le llamó Jiménez. Y dijo: “Este producto de inteligencia nos indicaba que existía una voluntad clara de los pandilleros de evadirse, pero carecíamos del dato preciso sobre el lugar. De haberlo tenido, habríamos actuado de inmediato.”

Desaliento penitenciario

Meses, semanas, 2024, 2025, han pasado ya casi dos años del gobierno de Bernardo Arévalo y las estadísticas han perfilado un incremento en los homicidios en Guatemala. Enero: 252, Febrero: 252, Marzo: 275, Abril: 261, Mayo: 304, Junio: 255, Julio: 272, Agosto: 283, Septiembre: 242, según los datos de la PNC.

El ahora ex ministro Jiménez siempre fue testarudamente insistente, durante los 22 meses a cargo de Gobernación, que una buena parte de los datos de homicidios en aumento correspondía a la rivalidad entre pandillas: “Disputas por territorios, sicariato, control de cárceles y narcomenudeo”, decía, remarcaba.

El sistema penitenciario del país, en este tiempo, bajo su cargo, mostró siempre una triste continuidad, bastante desalentadora, respecto a la historia reciente de los presidios en general.

En menos de dos años, han asumido tres directores distintos del Sistema Penitenciario. Se ha invertido en infraestructura, como la reforma de la prisión Renovación 1 para aumentar su seguridad. Pero los resultados no han logrado revertir del todo las estadísticas.

A finales de julio, Jiménez decidió trasladar a la cúpula del Barrio 18 y de la Mara Salvatrucha al centro de máxima seguridad Renovación 1, ubicada en Escuintla. Y la reacción en las cárceles, de los subordinados, fue virulenta: motines, secuestros de guardias penitenciarios, amenaza de atentados, presiones legales.

La oleada de requisas, operativos sorpresa y allanamientos, durante agosto y septiembre, funcionaron como paliativo. Pero también, como la cúpula de seguridad nunca pudo aclarar, pudieron funcionar de fachada para la fuga de los 20 pandilleros del Barrio 18.

Reformas sin recapturas

Con Arévalo ausente (de viaje por Europa, de cumpleaños, y de visita con el Papa), Jiménez intentó responder de diversas formas.

Destituyó a los directivos y subdirectivos de cuatro cárceles a nivel nacional: Fraijanes II y Mariscal Zavala, en Guatemala; Renovación 1, en Escuintla; y el Centro de Detención de Puerto Barrios, en Izabal. Además de la destitución del director del Sistema Penitenciario.

Dijo que la Inteligencia civil del ministerio se había dedicado a perseguir a actores sociales antes de 2024.

Dijo que no iba a renunciar.

Dijo también que no hay claridad de quiénes son los reos que están en el sistema penitenciario, porque se recortaron los fondos para un censo.

Cuando regresó Arévalo, el ex ministro guardó silencio. Su renuncia y la de dos de sus subordinados (Seguridad y Antinarcóticos) fueron tramitadas y aceptadas.

Tras la caída de Jiménez y la cúpula de seguridad, Arévalo anunció un plan integral para retomar el control de las prisiones con apoyo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y las  Agencias de EE. UU. Ordenó la construcción de una nueva cárcel de máxima seguridad con capacidad para 2,000 reclusos. Y requirió un censo para la población penitenciaria.

Pero Bernardo Arévalo olvidó o decidió omitir, sobre todo, dar a conocer su plan para recapturar a todos los pandilleros prófugos del Barrio 18 que lo derrotaron en seguridad y gobernabilidad.

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