La investigación del caso Furgones fue la que llevó al descubrimiento del caso La Línea en abril de 2015. El caso Furgones se trata de un caso de defraudacón aduanera en Puerto Quetzal, en 2009 que salió a la luz en 2013. En este, se determinó la existencia de una red dentro de la SAT que cobraba coimas a cambio de disminuir los impuestos de entrada. En este caso están acusadas 7 personas por contrabando aduanero y falsificación de documentos.
La denuncia presentada por la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) en 2012 relataba que del puerto en el Pacífico guatemalteco salieron, al menos, 50 contenedores más de los registrados, sin pagar ningún impuesto. Los vistas de aduanas aliados con los agentes de seguridad del puerto dejaban pasar los camiones a cambio de un soborno. A este proceso se le llama “fly” Según la investigación del MP la estructura logró defraudar 6 millones 200 mil quetzales en ocho meses.
