Por años en todo el mundo, la violencia contra las mujeres ha sido el resultado de la construcción de una sociedad machista y patriarcal, y Guatemala es parte de esa realidad. Según el Grupo de Apoyo Mutuo, en 2022, durante los primeros cinco meses del año hubo un incremento del 48% en femicidios en comparación con 2021. Cada día, según el Ministerio Público y la alerta Isabel Claudina, 5 mujeres desaparecen. En lo que va del año, el Observatorio de las Mujeres del Ministerio Público, ha registrado 47,687 denuncias de delitos de violencia contra la mujer; 440 femicidios, 6,762 violaciones sexuales, 3,530 agresiones sexuales, por mencionar algunos. Número que ya rondaba por los 45,000 para mayo de este año; esto sin tomar en cuenta los delitos contra mujeres que no se atreven a denunciar y las denuncias que las autoridades no toman en cuenta. De enero a septiembre de 2022, el Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva reporta 1,632 partos en niñas de 10 a 14 años. En el Congreso de la República, de 160 diputados, solo 31 son diputadas, de las cuales solo 2 son mujeres mayas. Estas, son solo algunas de las evidencias de la violencia patriarcal contra las mujeres en nuestro país.
La violencia contra las mujeres afecta a toda la sociedad. Cuando una mujer es violentada también se ve afectada su familia, entorno y comunidad. Es un retroceso para todas y todos. Pero ¿la responsabilidad de eliminar esta violencia y desnaturalizarla es solo de las mujeres? Vemos a mujeres denunciando injusticias y violencia ante las autoridades o en el espacio público. A niñas en bicicleta y desde la música exigiendo sus derechos, a mujeres jóvenes exigiendo la búsqueda de justicia en casos donde la violencia ha encontrado impunidad. ¿Qué podemos hacer como sociedad guatemalteca para unirnos a esta lucha?
– Concientizar a las niñas que son sujetas de derechos y que pueden decidir sobre sus propias vidas.
– Trabajar de cerca con los niños, para que comprendan que son iguales en derechos que las niñas y no tienen autoridad sobre las niñas.
– Generar espacios de diálogo con niñas y mujeres jóvenes en donde puedan sentirse escuchadas.
– Garantizar el cumplimiento de los derechos, leyes y políticas públicas de niñas y adolescentes; a través de los acuerdos nacionales e internacionales suscritos por el Estado.
– Velar por el cumplimiento de la justicia en aquellos casos donde las niñas y mujeres han sido violentadas, así como promover la restitución de sus derechos.
– Fortalecer mecanismos que permitan que las mujeres se sientan seguras y vivan en libertad.
Romper pactos patriarcales de dominación sobre la vida de las mujeres.
Tejamos redes de acompañamiento, de amor, de respeto, de apoyo y de justicia por una sociedad donde las niñas puedan desarrollar sus proyectos de vida y ser mujeres con una historia libre de sufrimientos por la violencia de género.
Este es un mensaje del Consorcio Vidas Libres; integrado por Asociación Grupo Integral de Mujeres Sanjuaneras (AGIMS), Centro de Investigación y Capacitación de la Mujer (CICAM), Asociación de Estudios y Proyectos de Esfuerzo Popular (EPRODEP), Fundación Pedro Poveda (FPP) y Asociación de Servicios y Capacitación Técnica y Educativa (SERCATE) en el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Este es un espacio en apoyo a la difusión de la campaña #TejiendoRedes del Consorcio Vidas Libres en el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.