La transición a la democracia recicló a viejos actores políticos, acostumbrados a la corrupción y a la impunidad. Pero hay casos que van más allá. La inmunidad para los diputados también sirvió para blindar a asesinos. A algunos de los peores, de los más temibles. De los que hicieron que un pequeño país llamado Guatemala se convirtiera en el lugar con más desparecidos en toda América Latina. Baudilio Hichos, diputado desde 1991 hasta 2016 con FRG-Gana-PP-UCN-Líder, ahora perseguido por corrupción por el MP y la CICIG, tiene una historia oculta. Así la descubrimos.
En 1988, tres años después del regreso de la democracia, Ana Elizabeth Paniagua tenía 25 años, una hija de 4 y 2 meses de embarazo. Era la capitana del equipo de atletismo de la Universidad de San Carlos. No estudiaba, pero pertenecía a la comunidad estudiantil como trabajadora y atleta. Con una hija pequeña, también se encargaba de los quehaceres de su casa.
El martes 9 de febrero, Ana se levantó a las 6 de la mañana. Antes de preparar el desayuno, decidió ir a comprar leche a la tienda en el sector de La Palangana, en la popular colonia Castillo Lara, de la zona 7 de Ciudad de Guatemala.
Fue a comprar leche probablemente con miedo. Sabía que la seguían. Se sentía observada. Tanto que unas semanas antes fue a una de las organizaciones de derechos humanos para contarles. “Se acercó al GAM junto con un grupo de estudiantes de la San Carlos y nos dijo lo que pasaba en el sector donde vivía”, explica la diputada Nineth Montenegro, fundadora en 1984 del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM).
“En ese entonces no se podía confiar en las autoridades, y el GAM se convirtió en una especie de refugio porque teníamos el apoyo de brigadas internacionales, aunque también fuimos víctimas de ataques”, dice Nineth. ‘Víctimas de ataques’ es una forma suave de decirlo. A Nineth, entonces de 27 años y con una hija de 2, las fuerzas estatales le desaparecieron a su esposo, Fernando García, sindicalista y cercano al comunista Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). Ella lo buscó en comisarías policiales, en los destacamentos militares y se llegó a encadenar al Palacio Nacional para que se lo devolvieran o le dijeran qué habían hecho con él.
Peor que un asesinato, una desaparición, por sus secuelas psicológicas para los familiares y amigos, es considerado un crimen de lesa humanidad. “La gente dice que a mí no me hicieron nada, porque no me agredieron físicamente, pero a mí me mataron también. Me mataron el amor”, recuerda Nineth Montenegro.
Durante esa época, la más dura de la represión militar-empresarial, el GAM ayudaba a las personas que se acercaban a ellos con lo poco que podían. Desde hacer conferencias de prensa, denuncias a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) o buscar ayuda para sacar de Guatemala a quienes temieran por su vida. En 1985, otra de las co-fundadoras del GAM, amiga de Nineth, Rosario Godoy de Cuevas, fue torturada y asesinada junto a su hermano y su bebé de dos años.
Como sucedió con Rosario, pero en otro momento, a Ana Paniagua, la capitana del equipo de atletismo de la USAC, también la secuestraron esa mañana del martes 9 de febrero de 1988. Hombres con pasamontañas y vestidos con pants la golpearon y la metieron dentro de una panel blanca con vidrios polarizados. Se la llevaron en la Panel Blanca. Así le contaron los vecinos a María Idelfonsa Morales, la mamá de Ana.
Ella se acercó al GAM el mismo día del secuestro de su hija. Creyó que era una captura por parte de las autoridades. En el GAM la acompañaron a presentar un recurso de exhibición personal para que un juez ordenara a las autoridades que dijeran dónde estaba para que la pudieran ver sus familiares. Pero en ninguna de las estaciones de policía hubo registro de Ana. Dos días después apareció su cuerpo, ya vuelto un cadáver, torturado y con varias heridas con cuchillo.
¿Pero quiénes podían ser las personas que tenían el estómago, los escrúpulos, para desaparecer, torturar y asesinar a mujeres y bebés por considerarlos enemigos del Estado?
¿Quiénes eran los que dirigían la estructura de la Panel Blanca?
Documentos en poder de Nómada dan cuenta que uno de ellos se llamaba Baudilio Hichos y fue diputado durante 25 años en el Congreso de la República de Guatemala en tiempos de democracia, en tiempos de paz.
Los archivos hablan
En julio de 2005, personal de la oficina del Procurador de los Derechos Humanos encontró fortuitamente el segundo archivo histórico más grande del planeta, sólo después del que tenía la policía comunista en Berlín. El Archivo Histórico de la Policía Nacional –ahora parte del Ministerio de Cultura, financiado casi sólo con cooperación internacional y dirigido por Gustavo Meoño, exdirigente de la guerrilla del EGP y exdirector de la Fundación Rigoberta Menchú– rescató los documentos oficiales de la policía desde 1882 hasta 1997. La policía guatemalteca llegó a fichar a 1 millón de sus 3 millones de habitantes urbanos. Ahí se encontró, por ejemplo, la evidencia de que la Policía fue la que desapareció al esposo de Nineth Montenegro.
Nómada encontró documentos en el Archivo Histórico que retratan cómo funcionaba la Panel Blanca.
La Panel Blanca era una herramienta de uno de los cuerpos policiales del Estado, la Guardia de Hacienda, que en teoría era la oficina encargada de detener el contrabando en las aduanas y en el mercado nacional; el licor clandestino fabricado por indígenas, especialmente. Pero eso era en papel. En realidad era una de las oficinas encargadas de capturar, desaparecer, torturar y asesinar a sospechosos de ser guerrilleros.
Y en la época más oscura de Guatemala, cualquier razón era motivo para ser considerado guerrillero. Tanto que para ganar la guerra a unas guerrillas que en su apogeo llegaron a tener 15,000 efectivos –según la propia inteligencia militar–, el Estado y las fuerzas paramilitares decidieron asesinar a 200,000 personas y desaparecer a 45,000.
La ‘Panel de la muerte’ no sólo desaparecía impunemente a los ciudadanos incluso después de la transición a la democracia en 1985. También enviaba un mensaje al resto de la sociedad. Bajo un método conocido como la psicología del terror, el carro salía a detener personas de día o de noche. De acuerdo con un columnista de la época, Solares Jr., del diario El Gráfico, “era conveniente mantener el clima del terror como una advertencia, como un ‘cuidadito muchá’”. De esta forma, a pesar de la recién instaurada democracia, el lado más oscuro del Estado pensaba que estaba combatiendo a la insurgencia.
Entre quienes dirigían esa contrainsurgencia estaba Baudilio Hichos, que nació en 1953 en el Oriente mestizo de Guatemala, y su primer ingreso a la Guardia de Hacienda se dio el 1 de marzo de 1976.
Casi 12 años estuvo Hichos en la Guardia de Hacienda. Empezó en la frontera con Belice en Petén; siguió en Antigua Guatemala; en 1980 asciende a jefe I en Ciudad de Guatemala; después fue jefe II; y en 1987, lo nombran como inspector general y tercer jefe de toda la Guardia de Hacienda, como quedó registrado en los archivos.
Un correligionario suyo en el pasado dice que en la Guardia de Hacienda, Baudilio Hichos era consierado “un personaje sombrío, que estuvo toda la vida en la oscuridad y en la ilegalidad”.
“Las atribuciones que tenía alguien como Tercer Jefe se encuentran contenidas en el reglamento interno de la Guardia de Hacienda, que sería la Ley Orgánica de esa institución”, explica el experto en temas militares y exsecretario de la Paz, Héctor Rosada, a quien no le queda duda de la responsabilidad de Hichos desde el puesto.
De acuerdo con la Ley Orgánica de la Guardia de Hacienda, el Inspector General y Tercer Jefe de la institución tenía entre sus deberes el de “ejercer control directo sobre el equipo, uniformes y demás dotación del personal de la Guardia de Hacienda”. Además de “instruir a los Jefes Regionales y demás personal subalterno respecto a sus obligaciones, deberes y funciones para lograr mayor eficiencia”.
De manera que Baudilio Hichos tenía a su cargo la Panel Blanca, por ser propiedad de la institución y porque al ser el tercero al mando, estaba a cargo de las cuestiones operativas. Él era el que daba órdenes a las personas que se manejaban dentro de ese vehículo, como parte de las responsabilidades de su puesto.
Es decir, Baudilio Hichos era el que dirigía todas las operaciones de desapariciones, torturas y asesinatos que hacía la Panel Blanca.
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La búsqueda de justicia
Esa contrainsurgencia guatemalteca a la que pertenecía Hichos no perseguía sólo a los sospechosos de guerrilleros. En las ciudades también a sus familias y en el campo, borraba aldeas del mapa.
De acuerdo con el informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, al entierro de Ana Paniagua en Sacatepéquez se presentaron unos individuos armados en la Panel Blanca. Por varios días, después del sepelio de Ana, miembros de las fuerzas de seguridad vigilaron el hogar de la familia Paniagua. En una ocasión entraron a la casa y exigieron ver al hermano y a la hermana de Ana. Alberto Paniagua, hermano de Ana, declaró que, en varias ocasiones, la vivienda de los Paniagua fue atacada con granadas y disparos de armas de fuego. Tras este tipo de ataques, algunos miembros de la familia huyeron de Guatemala en 1988. El resto abandonó el país en 1993. En 1993, hace 23 años.
El secuestro de Ana Paniagua fue uno de los últimos de la ‘Panel Blanca’. En la madrugada del jueves 10 de marzo, días después de haber secuestrado (como mínimo) a otras 9 personas y asesinado a 7 de ellas, fue detenida la ‘Panel de la muerte’. Esa temible camioneta marca Ford Econoline 350.
En el kilómetro 12 de la carretera a El Salvador, la Policía Nacional le marcó un alto a una panel blanca, que reunía las mismas características del vehículo conocido por secuestrar y desaparecer personas. En el operativo dirigido por el jefe de la Policía, Julio Caballeros Signé, se apresó a 6 guardias de Hacienda que se encontraban dentro de la camioneta.
Tras la detención, se trasladó a los guardias a la Policía Nacional para ser interrogados. El director Caballeros Signé fue al Ministerio de Gobernación para presentar un informe de lo sucedido al ministro, Juan José Rodil Peralta, y al director de la Guardia de Hacienda, Óscar Díaz Urquizú. Al mismo tiempo, oficiales armados de la Guardia de Hacienda realizaron una operación para rescatar a sus compañeros detenidos, y llevarse la Panel Blanca. Rodearon el edificio de la Policía Nacional en la Sexta Avenida de la zona 1 hasta llegar casi a un enfrentamiento entre cuerpos policiales.
El ‘número tres’ de la Guardia de Hacienda y responsable de todos los movimientos, Baudilio Hichos, fue el encargado de dirigir el operativo para arrebatar la Panel de la custodia de la Policía Nacional antes de que fuera llevada a la oficina del Gabinete de Investigación y pudiera de ser presentada a uno de los testigos sobrevivientes. Así lo muestran los periódicos de la época.
Los periódicos reportaron cómo Baudilio Hichos logró su cometido. Se llevó la Panel Blanca. Por más de 12 horas no se supo nada de la camioneta, y según declaraciones del director policial Caballeros Signé, cuando la Guardia de Hacienda entregó el vehículo a la Policía Nacional, éste había sido lavado completamente, por dentro y por fuera, y había desaparecido todo lo que había en el interior, incluyendo una caja con ropa de civiles.
Estas capturas de los elementos de la Guardia Hacienda y la Panel Blanca provocaron la destitución del director, Díaz Urquizú. El subdirector de la Guardia de Hacienda, Byron Barrientos, se recicló y llegó a ser ministro de Gobernación en el gobierno del FRG y Alfonso Portillo en el año 2000. De hecho, por el robo de Q90 millones fue condenado a cárcel por 8 años. Y ahora está preso acusado de haber participado en masacres en Cobán y Chixoy.
El 26 de julio de 1988 –cinco meses después del secuestro de Ana Paniagua y cuatro meses después de haber ‘rescatado’ a la Panel Blanca para eliminar evidencias– Baudilio Hichos fue dado de baja.
Un año y medio después, en 1990, Baudilio Hichos participó como candidato a diputado por Chiquimula con la Unión del Centro Nacional (UCN), y desde entonces fue reelecto como legislador, principalmente con el FRG. Siete elecciones consecutivas.
Nadie nunca más volvió a mencionar que fue uno de los responsables de la Panel Blanca.
Baudilio Hichos se lo negó a Nineth Montenegro cuando compartieron la comisión de Derechos Humanos del Congreso en el año 2000. “Yo una vez le pregunte si él era el mismo Baudilio Hichos de la Guardia de Hacienda, y me contestó que ‘no’, que ‘nada que ver’”, cuenta la exactivista y diputada desde 1996.
La Panel Blanca sigue en la impunidad
Algunos de los compañeros de Baudilio Hichos en la Panel Blanca sí fueron llevados a un juicio, o a un simulacro de juicio. En julio de 1988 se inició el juicio contra los guardias de Hacienda y el director, Díaz Urquizú, en el Juzgado Séptimo de Ciudad de Guatemala. Durante el transcurso de las audiencias, el juez Julio Aníbal Trejo Duque fue secuestrado junto a su asistente, Carlos Morán Amaya. Dos días después, el cuerpo de Morán fue hallado sin vida y liberaron al juez Trejo. Éste decidió revocar inmediatamente la decisión del juez sustituto de enviar a los agentes de la Guardia de Hacienda a prisión y los dejó en libertad.
En público, el juez Trejo dijo (obviamente) que no le hicieron preguntas sobre la investigación de la Panel Blanca y que fue tratado bien. Sin embargo, pocos días después dijo en privado a la periodista Jean-Marie Simon que durante su secuestro le dijeron: “no investigués nada” y le recordaron que sabían dónde encontrar a su familia.
Otros familiares de víctimas de la Panel Blanca llevaron el caso en 1991 a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “El ‘caso de la Panel Blanca’ es un ejemplo paradigmático de violaciones groseras de derechos humanos infligidas contra la vida, la seguridad e integridad personales y las garantías judiciales de los individuos”, dice entre sus conclusiones la sentencia de la CIDH en 1994. Una sentencia contra el Estado de Guatemala, que le exige que continúe con el proceso de investigación, que identifique, juzgue y castigue a los culpables, y que se indemnice a las víctimas.
Para llegar a esta sentencia se sacrificaron más vidas. El 11 de septiembre de 1994, cinco días antes de la audiencia final, Óscar Vásquez, uno de los sobrevivientes del caso de la Panel Blanca en 1988, fue asesinado junto con su hijo. El sobreviviente Vásquez y su familia habían sido blanco de una serie de ataques en contra de su integridad con anterioridad. Sus atacantes en una ocasión, incluso, le preguntaron que “por qué se quejaba de violaciones a los derechos humanos”. El Estado, en plena democracia, no garantizó su vida.
Uno de los responsables de la Panel Blanca, Baudilio Hichos, sigue libre y sin cargos por estos asesinatos. No pudo asumir su curul el 14 de enero de 2016 porque el MP y la CICIG lo investigan por un caso de corrupción en el IGSS de Chiquimula.
El caso de la Panel Blanca no ha sido oficialmente cerrado 28 años después. Pero son muy pocos los avances que se han logrado en la fiscalía de los Derechos Humanos. Hilda Pineda, la fiscal encargada del caso, explica que “está abierto y avanzando. No puedo dar muchos detalles, pero sí puedo decir que todos los testigos que necesitábamos ya nos dieron sus declaraciones”.
Hichos, Nineth, Ana Paniagua
Nómada intentó por todos los medios conocidos, durante más de seis meses, ponerse en contacto con Baudilio Hichos y con su abogado, Otto René Marroquín. Desde que inició el proceso del MP y la CICIG por el caso de corrupción, prácticamente dejó de asistir al Congreso en 2015. Nadie sabe cómo localizarlo en la Ciudad de Guatemala o Chiquimula. Tampoco se presentó a ninguna de las citaciones a la Corte de Constitucionalidad para conocer sobre su proceso por corrupción.
Para Nineth no es fácil recordar lo que vivió. Desde el principio de las entrevistas insistía en que había olvidado muchas cosas porque su mente decidió bloquear esos recuerdos. Por momentos se le quiebra la voz, se le humedecen los ojos y trata de disimularlo mientras cambia la dirección de su mirada. Parpadea más rápido, y repite la frase: “esa es una buena pregunta”.
De Ana Paniagua solo recuerda momentos, y situaciones. Cuenta sobre el primer encuentro que tuvieron junto al resto de estudiantes de la USAC y la visita a la casa de Ana. También habla del asilo que le ofrecieron en el GAM, y de la posibilidad de sacarla del país, pero no recuerda la razón por la que no aceptó.
– ¿Qué hubiera pasado si Ana Panigua se hubiera quedado en el GAM?
– No tengo idea. Tal vez se hubiera salvado.
Culpa de la Panel Blanca, dirigida por tres personas, entre las que estaba Baudilio Hichos, Ana Elizabeth Paniagua no cumple 53 años este año y su historia está en el olvido. El hijo que esperaba en su vientre tendría ahora 28 años, y su hija puede ser que tenga 32, pero ha crecido lejos de su país y sin su madre.
La exactivista y diputada Montenegro no sale del estupor al recordar el caso, la violencia de la época y cómo parte de la sociedad guatemalteca juzga la historia sin conocerla. Concluye así:
– Es más fácil poner de acuerdo a la sociedad guatemalteca en temas dinerarios que en temas de vidas humanas. Tienden a ideologizarlas y se les olvida el valor de la vida. Lo más impactante de todo esto es que Baudilio Hichos no debería de estar preso sólo por lavar dinero, por corrupto, sino también porque es un asesino.
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La hija de Ana Paniagua, de la que pocas personas tenían contacto, leyó este reportaje y se comunicó con Nómada para contar la historia de sus papás y la de su vida. Aquí, la entrevista con María Elisa Meza Paniagua: A mis papás no los mataron, ellos viven en mí.