Es la funcionaria mujer de más alta jerarquía en el organismo Ejecutivo. Pero cómo se formó, a qué mujeres admira, por qué decidió involucrarse en la política, qué marcó su infancia y sus motivaciones sociales. Un retrato de la Vicepresidenta Karin Herrera.
Por segunda vez en la historia de Guatemala, el país cuenta con una mujer como Vicepresidenta de la República. Karin Herrera es química bióloga, cuenta con una maestría en Estudios ambientales, además es doctora en Ciencias políticas con énfasis en sociología. Formó parte del Consejo Superior Universitario representando a la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia y ha ejercido 30 años como profesora en esta facultad dentro de la de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
En ese camino académico y organizativo fue convocada e invitada a participar en el Movimiento Semilla, como candidata a Vicepresidente, junto al actual Presidente de la República de Guatemala, Bernardo Arévalo.
Actualmente, Karin Herrera es la funcionaria mujer de más alta jerarquía en el organismo Ejecutivo, y en caso de que faltase el Mandatario, es la primera en la línea de sucesión, por lo que tiene las mismas responsabilidades y cualidades del Presidente actual.
“Siempre estuve rodeada de mujeres que abrían brecha y que yo admiraba”
Al ser hija única, siempre buscó espacios propios; sin embargo, reconoce que estuvo rodeada de otras mujeres que admiraba. Desde el colegio hubo referentes como las monjas del Colegio Belga, en donde le inculcaron los proyectos de ayuda y de enseñanza.
Quiso entrar pronto a la universidad y luego de eso se quedó en la enseñanza en la USAC, ya que lo sentía como un sueño y vocación. Este deseo pedagógico surgió por la misma admiración que sintió por las mujeres que han estado en su vida, como su madre Galdis Aguilar.
“Durante la campaña hice cuenta de las mujeres que han estado en mi vida y una de esas es mi mamá. Una mujer que no tuvo las mismas oportunidades que yo tuve, pero que me procuró esas oportunidades que ella no tuvo”.
Dentro de la admiración a otras mujeres y personas, la Vicepresidenta comenta cómo para ella el contar también con una conciencia sobre lo que vivió el país durante el conflicto armado interno también le marcó.
“Yo viví en una colonia donde hubo gente que desapareció. Mi vecino desapareció, era hermano de mi mejor amiga de la infancia, desaparecieron mis vecinos de enfrente, médicos. Murió mi profesora Rosario Godoy, que gracias a ella leo el libro Masacres de la Selva, y me cambia”.
El libro fue publicado por el sacerdote Jesuita, Ricardo Falla, y en él detalla los asesinatos de la población civil en manos del Ejército y los hechos que ocurrieron en el departamento de Quiché durante el Conflicto Armado Interno en Guatemala.
“Mi mamá era una mujer muy esforzada y trabajadora, que procuró para mí todas las mejores oportunidades que ella no tuvo, pero también es cierto que era muy conservadora, y entonces, cuando leo ese libro, pienso que de verdad mi mamá cómo me apoyaba, porque me compró el libro, me dejó leerlo, escuchó mis opiniones, luego lo desapareció (el libro) porque nunca lo volví a encontrar ya que en ese momento era complicado”.
El apoyo que ha encontrado en muchas mujeres le ha motivado a ser parte de las luchas y causas de otras. Este mismo camino la llevó a querer hacer investigaciones en su área y conocer parte del país, lo que fue esencial para ella.
Dentro de sus investigaciones conoció la cuenca del Polochiq, en el nororiente de Guatemala, lo que representó un reto ya que no hablaba el idioma de la región, el q’eqchí. “Ahí me di cuenta de las barreras del idioma, todos eramos guatemaltecos pero no podíamos comunicarnos” y fue significativo debido a que tuvo que observar cómo quedó devastada la región luego del huracán Mitch en 1998. Lo que fue impresionante. Fueron momentos inolvidables, porque Herrera se dio cuenta de las necesidades de las personas, y que debía hacer algo más con las investigaciones que realizaba y que los datos fueran útiles para la población.
Los retos como mujer dentro de la Universidad
Cuando entró en la universidad de San Carlos en el año 1985, la población de la facultad de farmacia se caracterizaba por una población mayoritaria de mujeres, pero en 100 años de existencia solo había contado con dos decanas dentro de la facultad.
“A finales de los 80, para mí fue tan gratificante apoyar a la primera decana que tuvo mi facultad, la licenciada Lucrecía Gálvez de Ávila, eso me impulsaba, me hacía sentir energía y emoción, ya que era una mujer muy humana”.
Un cambio que notó la vicepresienta Karin en la decana de Farmacia fue que la veía con más rigidez en su rostro, lo que la impactó; pero no fue hasta que ella también formó parte del Consejo Superior Universitario, en donde se dio cuenta de lo que significaba ser una mujer dentro del Consejo.
“Si para mí en el año 2015 solo me encontré con 6 mujeres de 44, cuando llegó la licenciada Lucrecia, la única decana de 10, y la primera decana en la historia de la Universidad; comprendí entonces por qué la mandíbula de la Lic. estaba rígida, imagino que era ese peso”.
Después de esto, apoyó también a la segunda Decana de la facultad, la licenciada Ada Alvarado, que también representó un reto.
“Fue una candidatura complicada, difícil, pero que la ganó en una facultad de mujeres, porque cuando a una mujer le ven un puntito que puede ser real, o puede ser mentira, se le ve con una lupa… son las dos decanas que puedo decir que las conozco por sus esfuerzos y por el abrir brecha”.
Años después formó ella misma parte del Consejo Superior Universitario, en donde coincidió con otras mujeres y con algunas logra coordinarse en ideales y propuestas.
“Debo decir que estamos en un ambiente principalmente de hombres y que las propias mujeres necesitamos creer más en otras mujeres y darnos las oportunidades y aprovechar a apoyarnos, claro que no todas las mujeres han sido leales a esos espacios que se les han dado a través del voto o a través de una designación, pero hay muchas mujeres buenas que nos han abierto brecha a otras mujeres y es importante seguir caminando y apoyándonos”.
No estaba en mis planes ser vicepresidenta
El camino electoral y partidario para la actual Vicepresidenta comenzó en el año 2015, en donde apoyó al movimiento estudiantil, que se enfrenta a una asociación de estudiantes de la Universidad de San Carlos cooptada.
Y fue en las manifestaciones en contra de la corrupción, donde ella inició su camino que la llevaría a formar parte del Movimiento Semilla.
“Llego a la Plaza y al escuchar las vuvuzelas, siento mucha energía. Estaba monitoreando a la columna del movimiento estudiantil USAC ES PUEBLO y cuando les veo entrar, sentí emoción de pensar que estamos recuperando algo. La emoción del movimiento estudiantil vuelve a dar un paso al frente de la USAC, vuelve a salir a la calle por su gente, y me emocionó mucho ver a Landivarianos y a los de la Del Valle, Mariano, y dije qué hermoso es esto en el que toda la juventud coincide”.
Ese momento le sirvió para reflexionar sobre los representantes dentro de la Universidad de San Carlos que no están a la altura de las circunstancias y que velan solo por sus propios intereses, y es ahí donde ella decide participar como candidata en la elección del Consejo Superior Universitario.
“Al principio hubo gente que se burló de esa decisión, diciéndome que no era capaz y se reían, y aun así seguí adelante, dije lo más que puede pasar es que yo pierda… y gané porque me propuse ir, y fue titánico. Yo misma hice mi plan para cada día, sin regalar nada, y mi mensaje era el de “Yo quiero servir. Permítanme servir” y en ese espacio tuvimos la oportunidad de trabajar por la recuperación de la Asociación de Estudiantes Universitarios. Se logró que hubiera elecciones, y que ganara Lenina García, la primera mujer Secretaria de la Asociación de Estudiantes de la nueva época. Yo espero que esa lucha no se pierda”.
“Tuvimos una elección de magistrados para la Corte de Constitucionalidad en ese momento frente a los medios de comunicación, y nadie reclamó que no era válido. tuvimos varias oportunidades de participar en la comisión de Memoria Histórica, en donde se logró un monumento que tiene más de 800 nombres, que rinde tributo a esos San Carlistas que desaparecieron durante conflicto armado”.
Después de su participación en el Consejo Superior Universitario, Karin participó en el Colegio de Farmacéuticos y Quimicos de Guatemala para apoyar iniciativas en búsqueda de que los medicamentos sean más accesibles para la población, y contar con una ley de información sobre el contenido de los alimentos para que la población sepa lo que está comiendo.
“A raíz de esto viene la invitación para Semilla, pero estando en esta coyuntura de la Universidad de San Carlos, decido participar. Me invita Roman Castellanos para participar en el proceso de selección. No estaba en mis planes; yo de niña soñaba con ser maestra. Yo me colocaba frente a un pizarrón y me ponía hasta los zapatos de mi mamá con los taconcitos. Siempre tuve mis yesos y, pues, en mis planes no estaba ser vicepresidenta”.
“Cuando entré también pensaba en cómo ayudar a la Universidad desde esta posición, ayudarla con excelencia, para que se luche en pro de una ciencia de alto nivel, pero también quería que la ciencia llegue hasta el último rincón del país, porque uno ve las limitaciones, yo lo veo en mi facultad que hay cada vez más personas egresadas de colegios privados, entonces debería haber más también de escuelas públicas”.
El recorrido de campaña y la sorpresa de las elecciones
Luego del inicio de la campaña y el recorrido al país se ampliaron los objetivos de la Vicepresidenta, además de enfrentarse a lo que supuso la sorpresa electoral que se convirtió en una cultura democrática que cambió y llevó al movimiento Semilla a la Presidencia; lo que trajo también mayor criminalización y señalamientos de los sectores corruptos del país.
“Durante el recorrido de primera y segunda vuelta cambiaron mis perspectivas, yo entré por la ciencia, pero me di cuenta de todo lo que hace falta en el país es tanto, lo que se han perdido la oportunidad los gobernantes que han antecedido a trabajar; que me motiva a hacer un cambio para las mujeres, cambiar por ejemplo también el problema de la desnutrición y pienso que hay que trabajar y priorizar porque las necesidades son muchas”.
Nadie lo esperaba
“Nadie esperaba que nosotros ganáramos, inclusive ese día 25 de junio estábamos en un almuerzo. Alguien me dice: `yo por eso no acepté para ser candidata porque es lo que menos oportunidad tiene`, entones dije, bueno, al menos aprendí mucho en esta etapa”.
“Eso cambió a las seis de la tarde cuando empiezan a entrar los primeros resultados y sé que el que hayamos pasado es porque la gente percibe que es lo auténtico, y percibe quién puede ser bien intencionado y quién no. La gente se dio la oportunidad de volver a tener esperanza y la juventud fue un factor importante”.
Después de la segunda vuelta, llevada a cabo el 20 de agosto, los señalamientos aumentaron en contra de la población que luchaba por la democracia en el Plantón frente al Ministerio Público y la toma de calles que buscaban la defensa del voto, así como señalar a los sectores corruptos del país y denunciar la criminalización de defensoras y defensores de Derechos humanos, periodistas, y a mujeres como la Vicepresidenta, y otras mujeres parte del Movimiento Semilla.
“En la segunda vuelta, viene la parte política y en una sociedad en donde predominan los hombres en las funciones públicas cuando hay un cambio se busca atacar lo más vulnerable y entonces ven más vulnerables al sector mujeres, porque es una sociedad donde el sector justicia no defiende los derechos, y un Ministerio Público que abandona las causas que debe perseguir y criminaliza a quienes creen que pueden estorbar”.
A pesar de todos los intentos de golpe Estado, el 14 de enero el binomio presidencial del Movimiento Semilla tomó el poder Ejecutivo, el contar con una Vicepresidenta nuevamente en el país vuelve a marcar un hito en la visibilidad de más mujeres en cargos y puestos de poder representativo en el país.
“Lo que le digo a las niñas y las jóvenes es que crean en sí mismas, que a pesar de lo que les digan los demás que crean en ellas, que si ellas visualizan en el horizonte algo por lo que puedan trabajar, que lo hagan, pero que es fundamental, no pasarse llevando a nadie en el camino, que todo lo que hagan lo hagan de una manera limpia, que lo hagan de una manera consciente y transparente. Y saber que se tienen a ellas mismas. A veces contamos con otras, yo tuve la gran suerte de contar con una mamá fabulosa pero a veces no, entonces el motor debe estar dentro”.