Una sociedad fundada y dirigida por dos hermanos de Nayib Bukele compró por $1.3 millones un edificio art déco en el centro histórico de San Salvador dos meses y medio después de que el presidente ratificara una ley de exenciones tributarias a los nuevos inversionistas de la zona. En el inmueble opera hoy un restaurante de lujo mientras que propietarios del centro denuncian presiones de las autoridades para cerrar sus locales.
Dos meses y medio después de que Nayib Bukele sancionara una ley que exonera del pago de impuestos a la recuperación y restauración de inmuebles en el centro histórico, Lagencia, S. A. de C. V., una sociedad fundada y dirigida por dos de sus hermanos, Karim y Yusef Bukele, compró un edificio de más de 80 años estilo art déco de 506 metros cuadrados por $1.3 millones en en la segunda calle oriente, entre las plazas Gerardo Barrios y Libertad, dentro de una zona catalogada como patrimonio cultural de El Salvador desde 2008.
Según la escritura de compraventa, Karim Bukele, el segundo de los cuatro hermanos Bukele-Ortez, actuó como representante legal de la sociedad para comprar el 15 de julio de 2023 el edificio a la empresa Capital Inmobiliario Salvadoreño, S. A. de C. V.
Tres meses antes de la compra, las ministras de Cultura y de Turismo, Mariemm Pleitez y Morena Ileana Valdez Vigil, respectivamente, impulsaron una propuesta de ley con iniciativa presidencial que establecía exenciones fiscales a las inversiones y restauraciones de inmuebles en el centro histórico. La ley, aprobada por la Asamblea Legislativa dominada por Nuevas Ideas, fue ratificada por Nayib Bukele y publicada en el Diario Oficial el 17 de abril de 2023.
La empresa de los hermanos de Bukele compró este edificio en un contexto de reordenamiento del centro histórico en el que los vendedores informales y los propietarios de inmuebles y locales en las zonas afectadas denuncian decomisos de sus mercaderías, desalojos y acoso de agentes del Estado y de la municipalidad de San Salvador, dominada también por Nuevas Ideas.
En el centro histórico y sus alrededores, el gobierno promueve la atracción de inversiones millonarias que para los expertos evidencian la gentrificación de la zona, dónde ni siquiera los dueños históricos de negocios o inmuebles son bienvenidos. Los vendedores denuncian que hay constantes amenazas para que desalojen so pena de ser capturados bajo las reglas del régimen de excepción por el hecho de vender en zonas que para las autoridades están “liberadas”. Los dueños de locales o inmuebles, denuncian que agentes de la municipalidad o del Ministerio de Hacienda visitan sus recintos con nuevas disposiciones que, de no ser cumplidas, los obligarían a cerrar sus negocios o edificios.
A mediados de junio de 2024, la Autoridad de Planificación del Centro Histórico de San Salvador (Aplan) anunció un nuevo reglamento que impone multas a negocios sin licencias o permisos vigentes que operan en 70 cuadras del centro histórico, con la pena máxima del cierre de sus actividades. Para aquellos que invirtieron en la zona y sobrevivieron por décadas el asedio de las pandillas, que se repartían el control de las cuadras, ahora es el gobierno el que los afecta. “Pregunto que si yo puedo aplicar para poner un hotel o un espacio como los que se proyecta, pero el mensaje es que se venda, porque no cumplimos con el perfil”, dice el dueño de un inmueble ubicado en la zona de reordenamiento, a cinco cuadras del nuevo edificio de los hermanos de Bukele.
Antes de ser adquirido por Lagencia, el edificio albergaba en sus primeras plantas a El Imperio, un almacén de ropa de segunda mano, y al café Lero Lero, un espacio con sillas y mesas de madera en la azotea que cobró notoriedad por ser de los primeros en ofrecer una vista privilegiada del centro histórico. Desde mediados de 2024, con remodelaciones incluidas, las primeras plantas del edificio sirven de antesala a La Doña Steakhouse, un restaurante que opera en la azotea y se promociona a sí mismo como el primer restaurante de lujo en el centro histórico.
El edificio es parte de los 34 nuevos inmuebles que el clan Bukele adquirió entre 2019 y 2023, y que suman más de 363 hectáreas, entre terrenos con vistas exclusivas en el lago de Coatepeque; ranchos de playa en la Costa del Sol; y propiedades de lujo en San Salvador. El 92 % de estas propiedades las obtuvieron en 2023, el último año del gobierno legítimo de Nayib Bukele.
El edificio del centro histórico que compró Lagencia es la segunda propiedad de mayor valor de los nuevos inmuebles de la familia presidencial que tienen un valor de $9.2 millones, solo detrás de uno de los terrenos cafetaleros que en Santa Ana controla una sociedad dirigida por Nayib Bukele y que forma parte de las tierras de Hacienda Dorada, la finca donde se cultiva “Bean of Fire”, el café gourmet que promocionan desde sus redes sociales y las del Gobierno.
El 18 de septiembre, a través de una carta, se solicitó una entrevista con los hermanos Bukele para conocer los procesos de adquisición de sus nuevos inmuebles, incluyendo el del centro histórico, pero hasta el cierre de este reportaje no hubo respuesta. En esa misma fecha también se intentó obtener apoyo con las secretarías de Prensa y de Comunicaciones de la Presidencia, para llegar hasta la familia Bukele, pero tampoco hubo respuestas.
De venta de ropa usada a restaurante de lujo
El edificio #5 de la segunda calle oriente es uno de los grandes representantes del art déco en El Salvador. El edificio fue construido en la década de los 40 y fue conocido porque en los 70 funcionó el Banco de Londres y Montreal. Ahora restaurado, en los vitrales de la fachada luce adornos metálicos que imitan el mosaico que el artista Fernando Llort diseñó para la Catedral Metropolitana, una obra que representa al municipio de La Palma, en Chalatenango, y que fue destruido por órdenes de la Iglesia católica a finales 2011.
En la planta alta de ese inmueble ahora opera La Doña Steakhouse, un restaurante de lujo que se vende como “el nuevo hogar de las mejores carnes en el corazón histórico de San Salvador», con platos que van desde los $16.95 por una pechuga de pollo hasta los $34.95 por un plato de mariscos con carne. El restaurante es propiedad de Justo Sol, un empresario con diversas inversiones en la capital. Desde su inauguración en julio de 2024, este establecimiento ha sido visitado por influencers salvadoreños y también por figuras oficialistas. En una historia de Instagram del 13 de julio, el restaurante destaca la visita del abogado Óscar Alberto López Jérez, el ex presidente impuesto en la Corte Suprema de Justicia tras la destitución irregular de los magistrados de la Sala Constitucional el 1 de mayo de 2021. Recientemente, López Jérez fue reelecto nuevamente como magistrado en la Sala de lo Civil para un periodo de nueve años.
La terraza tiene una vista a un centro histórico “renovado”. Desde aquí se pueden ver las plazas Barrios y Libertad: la nueva Biblioteca Nacional, que donó la República de China y en cuya inauguración, a finales de 2023, transmitida por cadena nacional, se robó el protagonismo Karim Bukele, que acompañó a su hermano durante todo el recorrido.
El propio Karim ha reconocido de manera pública que tiene una influencia privilegiada sobre Nayib. “Soy asesor de mi hermano en el mismo sentido que cualquier persona puede asesorar a su hermano”, escribió en un intercambio de tuits con el periodista Edwin Segura el 3 junio de 2023, días antes de la compra del edificio en el centro histórico. En la conversación, Karim también reconoció que tiene la libertad de visitar a su hermano Nayib en Casa Presidencial cuando quiera. “No soy funcionario público. Prefiero cuidar mi privacidad. Quiero tener la libertad de visitar a mi hermano en su despacho”, agregó a través de Twitter (X).
Desde la azotea del edificio que compró a través de Lagencia, también se aprecia el Palacio Nacional, que tuvo un proceso de restauración criticado por la destrucción de baldosas históricas; y la iglesia El Rosario, otro de los principales atractivos turísticos de la zona. Tras estas locaciones se erige el imponente cerro de San Jacinto.
Karim y Yusef Bukele fundaron Lagencia el 30 de octubre de 2017 con un capital inicial de $2,000, que se repartieron en 20 acciones comunes y nominales de $100 cada una. Los hermanos establecieron que la sociedad puede dedicarse a cualquier actividad lícita, pero especificaron que su especialidad sería “la producción digital, agencia digital, conceptualización y diseño de campañas publicitarias” y, entre otras cosas, “podrá comprar (…) bienes raíces”.
Ese mismo día, decidieron que la sociedad sería administrada por una junta directiva de siete años, conformada por Yusef Bukele, como director presidente; Karim Bukele, director vicepresidente; Ibrajim Bukele, director secretario y Olga Marina Ortez de Bukele como directora presidente suplente. Estos son los hermanos y la madre del actual presidente de facto de El Salvador.
Los hermanos del mandatario y su madre además son fundadores y militantes de Nuevas Ideas. Karim ha sido jefe de las campañas presidenciales y la mano derecha de su hermano Nayib desde que incursionaron en la política. Previo a llegar a la Presidencia en 2019, fueron de los encargados de elegir el gabinete de Gobierno y, desde entonces, se han convertido en los principales asesores presidenciales. Karim incluso ha participado en misiones oficiales, el caso más emblemático fue cuando viajó ese mismo año a la República Popular de China para estrechar las relaciones entre ambos países. Mientras que Yusef, junto con Ibrajim, ha participado de reuniones en las que se discutió la creación de una criptomoneda.
La influencia de sus tres hermanos ha aumentado desde que Nayib llegó al Ejecutivo. Han sido clave en las votaciones legislativas, al punto de llegar en camionetas sin placas a pasar leyes a los diputados oficialistas, a negociar la ley de cuarentena durante la pandemia de covid-19 y se convirtieron en funcionarios sin cargo oficial que representan al país en misiones oficiales en el exterior.
En esa junta de Lagencia también participó otra pariente de los Bukele, Yamile Bukele Centeno, como directora vicepresidenta suplente; y Walter Edgardo Serrano Guevara, director secretario suplente.
Ese régimen de administración funcionó hasta 2023, pues una de las cláusulas que pusieron en la escritura de constitución fue que el presidente de una junta directiva solo podía celebrar contratos por hasta medio millón de dólares. El 24 de abril de 2023, casi tres meses antes de la compraventa del edificio #5, reformularon la estructura de la sociedad para que Karim Bukele funja como administrador único propietario y representante legal, “con las más amplias facultades de ley sin limitación alguna”; y Yusef, como administrador único suplente.
A partir de entonces, Lagencia incursionó en la adquisición de bienes y raíces, según el registro de propiedad salvadoreño. El 15 de junio, compró su primera propiedad: el edificio en el corazón del centro histórico por $1.3 millones. La otra fue el 25 de septiembre. Ese día Karim de manera personal le vendió una propiedad de 411.98 metros cuadrados, ubicada en la intersección de 81 avenida sur y la calle Padre Aguilar, a la sociedad en la que él mismo es representante legal a un precio de $82,889.51.
Estos inmuebles solo están inscritos en el Registro de la propiedad raíz e hipotecas a nombre de Lagencia, pero en el Registro de Comercio no hay rastros de las compras e inversiones que realizó la sociedad. En los archivos de consulta pública electrónicos y físicos del Registro de Comercio no aparecen los registros de balances de la sociedad desde 2017, cuando registró su capital inicial de $2,000. Además de ese registro de arranque de operaciones, el único registro que tiene sobre sus finanzas se encuentra en la renovación de matrícula del 7 de mayo de 2024. En el documento oficial, se establece que el activo de Lagencia “para la renovación del año 2023 asciende a $2,000”, a pesar de que ese año adquirieron dos propiedades que suman $1,382,889.51 y que, según el artículo 459 del Código de Comercio, deberían reflejar “los balances de fin de ejercicio, los estados de resultados y de cambio en el patrimonio, junto al dictamen de Auditor y sus anexos, de aquellos comerciantes que estén obligados a remitirlos al Registro de Comercio”.
“El artículo 441 del Código de Comercio establece que, al cierre de cada ejercicio fiscal, el comerciante, ya sea social o individual, debe reflejar la situación económica de su empresa a través del balance general y el estado de pérdidas y ganancias. Estos documentos deben ser presentados ante el Registro de Comercio, siendo la Superintendencia de Obligaciones Mercantiles (SOM) la encargada de verificar su cumplimiento. Sin embargo, la SOM tradicionalmente no ha ejercido esta función”, señala la jefa del equipo de anticorrupción y justicia de Cristosal, Ruth Eleonora López.
Los beneficios a los inversores del centro histórico
El 30 de marzo de 2023, la Asamblea Legislativa, con 64 de 84 diputados del partido oficialista Nuevas Ideas, aprobó la Ley de Creación de la Autoridad del Centro Histórico de San Salvador. Con esta ley también nació la Autoridad de Planificación del Centro Histórico, a cargo de Manuel Rodríguez Joachin, un militante de Nuevas Ideas, el partido que es dirigido por el primo de los Bukele Ortez, Xavier Zablah Bukele.
La propuesta de ley fue aprobada en la comisión de hacienda de la Asamblea Legislativa, que dirige el jefe de la fracción de Nuevas Ideas, Christian Guevara, y posteriormente ratificada en el plenario con 64 votos de los diputados oficialistas y sus aliados.
La normativa tiene por objetivo “proteger, preservar y regular un área delimitada del Centro Histórico de San Salvador, declarándola zona cultural, turística y de desarrollo para el fomento actividades e inversión de capital”. En la misma normativa, se establece que la Autoridad de Planificación será la “responsable de calificar, aprobar y supervisar los proyectos y obras de rehabilitación, restauración, mantenimiento y desarrollo económico-social y urbano del Centro Histórico de San Salvador”. La nueva institución está adscrita al Ministerio de Turísmo, pero tiene la autonomía de “administración de su patrimonio y en el ejercicio de sus funciones”. También puede coordinar con otros ministerios, la Alcaldía de San Salvador, bajo la bandera del oficialismo, y cualquier otra institución que se involucre en actividades en el centro histórico.
La ley establece una serie de incentivos para los nuevos inversores. Por ejemplo, gozarán de “exención del impuesto sobre la renta por un periodo de diez años aquellas inversiones en construcción, remodelación, mejoramiento, ampliación, recuperación y conservación de inmuebles” en inversiones de $1,000 o más en inmuebles que tengan un mínimo 25 metros cuadrados. También están exentos de los impuestos municipales. Según Rodríguez Joachin han tenido inversiones que superan los $65 millones hasta el 17 de septiembre.
“En el centro histórico tenemos la ventaja de que todas las inversiones que se realicen en sectores de la gastronomía, de la cultura, el turismo, proyectos inmobiliarios y la recuperación y restauración inmobiliaria tienen exención de impuestos, tanto de las tasas municipales como de los impuestos fiscales del Ministerio de Hacienda, y que las ganancias que estas inversiones produzcan son exentan también del impuesto sobre la renta también en un periodo de 10 años. Es un esfuerzo de todas las instituciones del presidente Nayib Bukele”, dijo Rodríguez el 16 de agosto en una entrevista en el canal nacional.
Parte de las tareas que han hecho la Autoridad Planificadora y el propio Rodríguez Joachin ha sido la promoción de nuevas inversiones. En esa misma entrevista televisiva, Rodríguez promocionó La Doña, el restaurante de carnes que opera en el edificio de los hermanos Bukele, como “un restaurante de carnes que tiene una vista muy bonita en su terraza” parte de la nueva oferta gastronómica de la zona. Rodríguez no contestó a la solicitud de entrevista para conocer sobre los beneficios que ha otorgado la institución que dirige y sobre si la renovación del edificio de los Bukele fue beneficiaria.
La jefa del equipo de anticorrupción y justicia de Cristosal señala que en este caso existe un evidente conflicto de interés. “Se advierte el uso del poder público para intereses privados. Se terminan entrelazando el ámbito público y el ámbito privado en la búsqueda de beneficios personales”, dice.
Para López no se puede obviar que es el hermano del mandatario quien hizo la compra en nombre de la sociedad que dirige luego de que se aprobara una ley que exonera de impuestos las inversiones en el centro histórico. “Es un actor que no está externo de la administración pública, aun cuando no tenga un cargo nominal. Más allá del beneficio económico en el sector turismo que pueden traer las decisiones sobre el centro histórico, hay una distorsión total en la toma de decisiones”, dice.
Para Jessica Estrada, directora del Área de Transparencia de Funde, “hay un aparente conflicto de interés, aunque en la formalidad, y según nuestra legislación no podemos pensar que es una falta que pueda ser de alguna forma castigada o sancionada. Si bien se trata de una acción que puede ser ‘cuestionada’, lastimosamente no puede afirmarse que haya una ‘irregularidad’, porque todo queda revestido de ‘legalidad’”.
El nuevo centro de los Bukele
La revitalización de estas cuadras ha sido la megapuesta de Bukele desde que llegó a la Alcaldía de San Salvador en 2015. “TODOS los intentos anteriores de reordenamiento del Centro Histórico fallaron, porque no tomaron como base al ser humano”, afirmó durante el inicio de su administración en la capital. En abril de 2016, anunció que las cuadras que rodean la plaza cívica Gerardo Barrios fueron liberadas, durante ese anuncio su hermano Karim Bukele estaba a sus espaldas. En esa primera fase aseguró que iba a invertir unos $100 millones. Durante su administración en la comuna capitalina, dos de sus empleados fueron acusados por la FGR de pactar con las pandillas para poder entrar a las comunidades a hacer campaña y para realizar obras en el centro una vez ganaron. Los encargados fueron el actual alcalde Mario Durán y el actual director de reconstrucción del tejido social del gobierno, Carlos Marroquín. Este último también ha sido señalado como el principal nexo de las pandillas con la administración presidencial de Bukele.
En esos tiempos, Bukele y su administración lograron un entendimiento con los vendedores informales que se ganaban la vida en esas cuadras. Fueron trasladados a otro punto del centro capitalino de manera pacífica, a diferencia las tácticas que usaban las administraciones comunales anteriores que cuando los desalojos terminaban en batallas campales con muertos y heridos.
En 2018, Ernesto Muyshondt ganó la Alcaldía de San Salvador bajo la bandera de Arena. A principios de 2019, anunció su versión de la renovación del centro histórico. Dijo que la nueva fase que impulsaría su administración iba a incluir la construcción de dos mercados. Sin embargo, la pandemia y cuarentena por covid-19 frustraron los planes del ahora exalcalde. Muyshondt terminó su periodo en mayo de 2021 y el 19 de junio de ese año fue capturado, acusado de diversos delitos por la fiscalía impuesta por el oficialismo. Desde entonces ha pasado recluido en el Centro Penal La Esperanza, conocido como “Mariona”, una de las prisiones donde los privados de libertad son torturados y varios han muerto en el marco del régimen de excepción.
El 1 de mayo de 2021, Mario Durán asumió como nuevo alcalde de San Salvador. Durán fue el concejal que más protagonismo tuvo durante la administración de Bukele en la capital y es uno de los principales señalados de pactar con las pandillas para que pudieran ejecutar los proyectos en el centro histórico.
Reelecto hasta 2027, en 2022 Durán anunció que invertiría otros $100 millones en la segunda fase de revitalización. “La inversión de la revitalización del #CentroHistóricoSS fase 2 será más de $100 millones para recuperar nuestro patrimonio cultural y dejar un legado histórico a los salvadoreños y capitalinos. El tesoro de la ciudad quedará como se merece: impresionante”, aseguró en redes sociales.
Con Bukele en la Presidencia, los desalojos en el centro regresaron a la represión. Los agentes de seguridad metropolitana y de la Policía Nacional Civil se volcaron a decomisar sin distinción cualquier venta que ingresara al circuito turístico del centro histórico, justo donde está el edificio de los Bukele con el restaurante de lujo. Y los negocios formales con décadas de estar instalados en esa zona comenzaron a sentir el miedo de ser desalojados.
En agosto de 2022, la Dirección de Obras Municipales, una institución que nació para centralizar las obras de las alcaldías y potenciar las imagen del oficialismo, inició trabajos en el centro histórico. Uno de los principales tramos que intervino la institución que viste los colores de Nuevas Ideas fue la calle Rubén Darío, un tramo que conduce a la segunda calle oriente, donde está localizado el edificio que compraron los hermanos Bukele Ortez.
El 1 de junio de 2024, en el discurso de inauguración de su segundo mandato ilegítimo, Bukele habló del centro histórico que cambió para marginar a los vendedores informales que se ganaban la vida en esas cuadras que ahora están pensadas para las inversiones millonarias de cadena hoteleras y restaurantes de lujo. “Ya no hay temor acá de estar acá en el centro, pero no a esta hora de día, no, a las 2 de la mañana, incluso tomándose fotos o grabando videos con los celulares”, dijo a menos de 300 metros, a unos escasos cuatro minutos caminando, de donde una sociedad de sus hermanos hizo la compra millonaria de un edificio.
En ese mismo discurso en el que anunció la posibilidad de dar medicina amarga en el área económica, así como hizo con la seguridad, Bukele agregó: “Quiero agradecer a mis hermanos que han estado siempre a mi lado en todo este momento de la política y en todo este Gobierno y me han apoyado en cada momento de mi vida”.
Detrás de Nayib Bukele, sus hermanos aplaudían y celebraban con una sonrisa a menos de 300 metros, a unos escasos cuatro minutos caminando, del edificio que compraron un año antes.