La Sala de lo Contencioso Administrativo anuló en julio de 2022, un año después de que el oficialismo cooptara el poder judicial, una condena por nepotismo contra Nayib Bukele impuesta en 2016, cuando el actual presidente era alcalde de San Salvador. El fallo, al que ha tenido acceso Redacción Regional, lo exonera del pago de una multa por designar a su hermano Yamil como presidente del Instituto Municipal de los Deportes.
En agosto de 2016, un año después de que el entonces alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, designara a su hermano Yamil en el cargo público de presidente del Instituto Municipal de los Deportes (IMDER), el Tribunal de Ética Gubernamental (TEG) lo condenó a pagar una multa de 2,517 dólares por actos de nepotismo. El 27 de julio de 2022, un año después de que la Asamblea Legislativa eligiera magistrados para la Corte Suprema de Justicia afines al oficialismo, un fallo de la Sala de lo Contencioso Administrativo, al que ha tenido acceso Redacción Regional y hasta ahora inédito, absolvió al actual presidente de El Salvador.
El fallo de la Sala concluye con tres votos a favor y uno disidente que Bukele no violó la Ley de Ética Gubernamental (LEG), que en su artículo 6 literal h dice que todos los funcionarios están inhabilitados para “nombrar, contratar, promover o ascender en la entidad pública que preside o donde ejerce autoridad, a su cónyuge, conviviente, parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o socio”.
Los tres magistrados exculpan a Bukele, según la sentencia, porque lo que hizo el entonces alcalde fue “delegar”, algo que a su juicio no está prohibido por la ley, y no “nombrar” en el cargo a su hermano Yamil, quien, desde el 11 de junio de 2019, la segunda semana de mandato presidencial de su hermano, ocupa la presidencia ad honorem del Instituto Nacional de los Deportes.
Este último fallo pone fin a un proceso que duró seis años y contradice los argumentos de tres entidades contraloras del Estado que habían señalado los actos de nepotismo de Bukele: el TEG, la Fiscalía General de la República y una unidad de auditoría de la Corte de Cuentas de la República (CCR).
La institución que vigila el comportamiento ético de los funcionarios y persigue los actos de nepotismo, condenó en agosto de 2016 a Nayib Bukele luego de comprobar que él y Yamil eran hijos del mismo padre y que el entonces alcalde de San Salvador intervino en la designación de su hermano. Bukele apeló la decisión, pero el TEG rechazó sus argumentos y ratificó la condena en septiembre.
“Se ha comprobado con absoluto grado de certeza que el señor Nayib Armando Bukele Ortez, Alcalde Municipal de San Salvador, al haber delegado a su hermano para que lo representara como Director Presidente de la Junta Directiva del Instituto Municipal de Deportes y Recreación (IMDER), transgredió la prohibición ética de «Nombrar, contratar, (. .. ) en la entidad pública que preside o donde ejerce autoridad, a su cónyuge, conviviente, parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o socio, excepto los casos permitidos por la ley», se lee en esa condena del TEG, dirigido por Marcel Orestes Posada, un exmagistrado de la Sala de lo Contencioso Administrativo, la misma Sala que ahora exonera a Bukele.
En el momento de la condena, la Presidencia de la República estaba en manos de Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, el partido de la ex guerrilla salvadoreña, que llevó a Bukele a la Alcaldía de San Salvador para la gestión 2015-2018, luego de una primera gestión municipal en el municipio de Nuevo Cuscatlán (2012-2015). Ese mismo año, un informe de auditoría de la Corte de Cuentas determinó que la designación del hermano del alcalde había contrariado la Ley de Ética Gubernamental y el Código Municipal. El caso pasó a juicio de cuentas ante la Cámara de Primera Instancia, pero desde entonces se desconoce su estado. La CCR ahora es dirigida por Roxana Soriano de Viaud, una excandidata a diputada por Nuevas Ideas, el partido de Bukele.
En el primer semestre de 2017, Bukele solicitó que se revirtiera la sentencia a través de una demanda contra el TEG por supuestas ilegalidades en el fallo condenatorio y en su ratificación. El 11 de julio de 2018, 11 meses antes que Bukele asumiera la presidencia de la República, la Fiscalía General le dio la razón al TEG.
Pero cuatro años más tarde, los magistrados Enrique Portillo Peña, José Ernesto Clímaco y José Luis Rivera le dieron la razón a Bukele.
El fallo del expediente 621-2016, de 17 páginas, se emitió en julio de 2022 y desde entonces ha estado en el anonimato. Ni la Corte Suprema ni Bukele ni el TEG se habían pronunciado al respecto. Redacción Regional intentó obtener una reacción del magistrado presidente, Néstor Castaneda, pero tras reiteradas solicitudes a su equipo de prensa no hubo respuesta.
Castaneda es un exmagistrado de la CSJ que en 2005 no se opuso al bloqueo de la Corte Plena a la Sección de Probidad, cuando esta intentaba investigar el patrimonio de los funcionarios del gobierno de Francisco Flores (1999-2004) ni acompañó a su compañeros de la Sala de lo Constitucional en un fallo que en 2010 derrumbó el mecanismo de la ‘partida secreta’ de Casa Presidencial. En su primer periodo (2017-2022) fue respaldado por el FMLN y por Gana, el partido que terminó llevando a Bukele al poder. Su reelección para el periodo 2022-2027 fue aprobada por la Asamblea oficialista dos meses y medio antes del fallo de la Sala, cuyo único rastro aparece en los “Reportes de documentos publicados” de febrero de 2023, un PDF de consulta pública en el que se ofrece un listado de todas las “jurisprudencias” emitidas en el palacio legislativo. El contenido del fallo, sin embargo, no tiene acceso público, hasta ahora.
En el escrito, los magistrados concluyeron que “el acto de delegación ejecutado no está contemplado en el precepto legal aplicado, siendo inaceptable la interpretación extensiva que hizo el TEG, puesto que –como señala el actor– el principio de seguridad jurídica garantiza la certeza que debe tener el destinatario de un mandato prohibitivo, para el caso «Nombrar, contratar, promover o ascender» a un pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad, y no, como se perfiló, el delegar una determinada función”.
En julio de 2022, dos de los tres magistrados de la Sala de lo Contencioso (Portillo Peña y Clímaco) que fallaron a favor de Bukelle habían sido elegidos 13 meses atrás por la Asamblea Legislativa dominada por el partido de Nuevas Ideas. Durante ese tiempo esa misma Asamblea destituyó a los magistrados de la Sala de lo Constitucional, y al fiscal general Raúl Melara (cuya institución había respaldado el fallo por nepotismo ante la Corte) y diseñó un órgano judicial a la medida del oficialismo.
Consultado por la Redacción Regional, el magistrado Clímaco (ahora presidente de la Sala) declinó dar explicaciones sobre el fallo. “Para eso no estamos nosotros, para estarles dando entrevistas. Nosotros, los magistrados, por eso fundamentamos nuestras resoluciones precisamente para que ustedes y el resto de la población entiendan cuál ha sido el argumento y el fundamento que se ha dado en cada una de ellas. Así que, definitivamente, en eso no le puedo dar ningún tipo de opinión”.
El magistrado Sergio Luis Rivera respondió de manera similar. “No quisiera hacer comentarios”, dijo.
Redacción Regional también intentó obtener reacciones del exmagistrado Portillo Peña (renunció al cargo a finales de 2022 aduciendo razones de salud), pero al cierre de este reportaje no atendió las llamadas ni los mensajes dejados en su celular.
La magistrada Paula Velásquez, que cuestionó la resolución y emitió un voto disidente, dijo a Redacción Regional que no tiene mayores declaraciones que dar y que todo lo que podría decir “está consignado en el voto”.
Un fallo “erróneo e incompleto”
Para los tres magistrados que fallaron a favor de Bukele, ‘nombrar’ y ‘delegar’, además de dos verbos distintos, son dos acciones distintas, una prohibida de manera expresa en la ley y, la otra, no. Para el TEG, sin embargo, no eran verbos excluyentes y por eso condenó a Bukele. Lo mismo interpretó la magistrada Paula Velásquez en un voto disidente en el fallo, al que calificó de “erróneo e incompleto”.
En sus alegatos, la magistrada Velásquez, que este año culmina su periodo de nueve años en la CSJ, le recuerda a la Sala que en el numeral 2 del acuerdo en el que el concejo de San Salvador “delegó” las funciones a Yamil Bukele, acordó “Nombrar a partir del 1 de mayo del presente año la Junta Directiva del Instituto Municipal de Deportes y Recreación, la cual estará integrada de la siguiente manera: NOMBRE (…) NAYIB ARMANDO BUKELE ORTEZ (…) CARGO (…) PRESIDENTE… (el resaltado es propio)”.
La “delegación” del cargo de presidente de la junta directiva del IMDER hacia el hermano del entonces alcalde, que según la Sala de lo Contencioso no viola la ley, fue el punto 3 de ese mismo acuerdo:
“El señor Alcalde Municipal NAYIB ARMANDO BUKELE ORTEZ delega la representación legal de la Junta Directiva del Instituto Municipal de Deportes y Recreación al señor YAMIL ALEJANDRO BUKELE PÉREZ, de conformidad con el Art. 16 de los Estatutos vigentes del IMDER; quien no percibirá salario, dieta ni emolumento alguno, siendo sus servicios ad honorem”, reza el acuerdo municipal del 1 de mayo de 2015.
Según la magistrada Vélasquez, “la facultad delegada por el entonces señor alcalde hacia el Sr. Yamil Bukele, aunque nominalmente se le denominó como ‘representación legal’, en realidad se delegaron todas las facultades que ostenta el presidente del IMDER (…)”.
La magistrada concluye que “(…) lo que se delegó realmente al señor Yamil Bukele fue el nombramiento que se hizo a favor del señor Nayib Bukele, como presidente del IMDER, con todas las atribuciones que dicho cargo implica y que, en efecto, fueron desarrolladas por el señor Yamil Bukele”, expuso, haciendo recuento de documentos adjuntos en el expediente en los que constan las funciones, atribuciones y decisiones que tomó el hermano del alcalde actuando no solo como representante legal sino como presidente en funciones del IMDER: “contratos de arrendamiento y mantenimiento de equipo y arrendamiento de vivienda” y “actas de sesiones de la junta directiva del IMDER donde el señor Yamil Alejandro Bukele Pérez firma como presidente de dicho instituto y se estableció que las presidía”, relata texto del voto disidente.
Expertos en transparencia y lucha contra la corrupción consideran que el fallo de la Sala es un retroceso en la lucha contra el nepotismo en El Salvador y abre las puertas para que cualquier funcionario tenga vía libre para practicarlo.
“¿Y al delegarlo no lo están nombrando? Lo que han pretendido es hacernos querer ver que nombrar y delegar no es lo mismo. La Sala de lo Contencioso es una sala de control de la actividad pública, de los actos administrativos. Es gravísimo que una institucionalidad de control cree un mecanismo para evadir la ley”, plantea Ruth López, jefa de la oficina anticorrupción y justicia de la organización Cristosal.
Las redes de poder del clan Bukele
El primer caso de nepotismo contra Nayib Bukele arrancó de oficio en el TEG a mediados de 2015, luego que salieran a la luz las designaciones de algunos de sus parientes con cargos en la comuna. En las denuncias, se le cuestionaba al menos dos casos más. Uno tenía que ver con la designación de uno de sus primos, Hassan Bukele Martínez, como secretario municipal, un ‘caficultor’ -según documentos reseñados en el Diario Oficial- que para entonces tenía 37 años; el otro, el supuesto nombramiento de Arena Ortega, su cuñada, como jefa de la Unidad de Cooperación externa de la comuna, quien hasta septiembre de 2014 se desempeñaba como consejera de la misión permanente de El Salvador ante la Organización de Estados Americanos. Ese mes, según un acuerdo de la Presidencia de Sánchez Cerén, fue designada a la unidad de comunicaciones de la Cancillería salvadoreña hasta diciembre del mismo año.
Al expediente se sumó, además, una denuncia contra el alcalde puesta por dos concejalas del partido Arena. Desde que el caso se conoció, Bukele se defendió alegando que la designación de su hermano Yamil era ad honorem (que no cobra salario). Cuando comenzó a ser investigado por el TEG, también alegó que él solo “delegó” su representación a su hermano.
Y sobre la "contratación de mi hermano en el IMDER" https://t.co/DKIYGUDxWH pic.twitter.com/Y3IevVkGMT
— Nayib Bukele (@nayibbukele) September 9, 2016
El expediente del joven político, que para 2015 todavía no había declarado públicamente sus intenciones para correr por una eventual candidatura presidencial, se manchaba por una supuesta falta a la ética.
En aquellos años todavía no había trascendido como fenómeno una práctica que ha acompañado a Bukele durante toda su gestión pública: la asignación en puestos públicos o con cargo de asesores a sus familiares, amigos, socios o exempleados de las empresas familiares. Por ejemplo, cuando asumió su primer cargo público en la alcaldía de Nuevo Cuscatlán (La Libertad), Bukele fue acompañado por su hermano Karim, sus primos Xavier y Francisco Zablah Bukele y Ernesto Castro, amigo, secretario privado y exsocio en empresas de alimentos y espectáculos. Durante su primera campaña y en la gestión de su primera comuna ellos se convirtieron en sus principales asesores y este modelo se replicaría más tarde en San Salvador, aunque esta vez sí hizo evidente la inclusión con cargos públicos de otros familiares. Cuando dio el salto a la presidencia, en 2019, esta práctica le acompañaría.
Ahora, los hermanos de padre y madre de Nayib Bukele gobiernan junto a él, aseguran fuentes cercanas al primer núcleo de poder del clan familiar y grandes empresarios que han tenido que tratar con ellos para hacer llegar mensajes al presidente. En el primer núcleo de confianza están Karim, Ibrajim y Yussef Bukele. Karim, es a juicio de cuatro fuentes cercanas a los círculos íntimos del clan, su principal asesor y estratega. A finales de 2019 fue parte de la delegación que viajó a Beijing junto al mandatario para sellar las relaciones diplomáticas con China; durante la pandemia fue el principal negociador de Casa Presidencial para garantizar los planes de la Casa Presidencial durante las cuarentenas y más reciente, en noviembre de 2023, en la recta final de la campaña presidencial de 2024, se robó el protagonismo al aparecer en una cadena nacional acompañando a su hermano durante la inauguración de la Biblioteca Nacional de El Salvador (Binaes), financiada por China.
El representante diplomático chino apenas participó en el acto, mientras Karim estuvo ante cámaras, comentando y conversando con su hermano lo que habían logrado durante toda la transmisión. Fuentes cercanas a este primer círculo de poder aseguran que la participación de Karim obedecía a un reconocimiento público por la concreción del proyecto de la Binaes y a su liderazgo en los planes de remodelación del centro histórico, una tarea en la que tiene más peso que el alcalde de San Salvador, el ministerio de Obras Públicas o que el ministerio de Cultura.
Yussef e Ibrajim Bukele también han sido delegados de Bukele en momentos clave de gobierno. Ambos fueron protagonistas en 2021 en discusiones con inversionistas extranjeros antes de la puesta en marcha de la Ley Bitcóin, según reveló El Faro. En el arranque de la administración, Yussef formaba parte del equipo que reunía perfiles y entrevistaba a potenciales candidatos de gobierno. Ibrajim, por otro lado, se ha convertido en un enviado oficial en misiones diplomáticas como “invitado especial” de la Cancillería salvadoreña. Fue recibido por el clan Zelaya en Honduras, en 2022, en un viaje en el que el Estado invirtió en él $1,694.86 en concepto de “valor del pasaje”. Antes, en agosto de 2019, también viajó de manera oficial a Turquía como parte de la delegación del Gobierno salvadoreño, con un costo para el Estado de $8,977.52 por pasajes, viáticos y otros gastos. En negociaciones sensibles en las que participan otros funcionarios del gabinete, “basta con que uno de estos hermanos haga acto de presencia, aunque no diga nada, para confirmar el compromiso del presidente con los proyectos”, asegura una de las fuentes.
Xavier Zablah Bukele, uno de sus primos que lo acompañaron en su primera gestión como alcalde, apareciendo incluso en la inauguración de obras públicas, dirige el partido Nuevas Ideas, un instituto político en el que también se han vaciado sus familiares, amigos, socios y exempleados. Entre el partido y el gobierno, de hecho, comparten nombres que fungen como dirigentes políticos y, al mismo tiempo, como funcionarios públicos.
En enero de 2024, Redacción Regional incluso reveló que varios de estos funcionarios (que a la vez forman sus propias redes de poder con cargos repartidos en el Gobierno) fueron beneficiados con una línea de crédito de un banco estatal que otorgó más de $4.9 millones para que adquirieran terrenos de lujo, propiedades o recibieran fondos vía hipotecas de propiedades que ya tenían en su poder.
En la lista hay además 27 funcionarios, entre estos el presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro; su esposa, la ministra de Vivienda Michelle Sol y otros 11 diputados reelectos en las legislativas de marzo pasado. También aparecen tres primos del presidente: Xavier Zablah Bukele, su hermano Francisco y un primo más: Ricardo Andrés Hasbún Bukele, dirigente partidario.
“El reino del revés”
Yamil Bukele, tres años mayor que Nayib, no forma parte del círculo íntimo del presidente, pero antes de llegar a funcionario era incluido con cargos administrativos en las empresas familiares. En Obermet, una agencia de publicidad que llegó a ser dirigida por el propio Nayib, fungió como director suplente desde 2006 hasta 2012. En Manufacturas Humberto Bukele e Hijos, otra de las empresas fuertes del grupo familiar, fue secretario de junta directiva, apoderado legal y administrador entre 2010 y 2016. Esas dos entidades fueron contratistas durante los dos gobiernos del FMLN y llegaron a ganar $20.9 millones de dólares con entidades del Estado, según registros del sitio de compras públicas (Comprasal) del Ministerio de Hacienda.
A título personal, Yamil Bukele ha participado en otras sociedades: Apparel Corporation, Distribuidora Salvadoreña de Productos Alimenticios y de Consumo (Disalpac), Inversiones Fifteen, Liga Élite de Baloncesto y Corporación Unitex El Salvador. Esta última fue fundada por su primo, Xavier Zablah, líder del partido oficialista y por Humberto Bukele Kattán, padre del ex secretario municipal, Hassan Bukele.
Como funcionario, Yamil es el pariente que más fondos públicos ha manejado en las administraciones públicas de su hermano.
Entre 2015 y 2018, el IMDER en el que fue “delegado” para representar al alcalde de San Salvador recibió de la Alcaldía $3.2 millones en 71 cheques de tres bancos distintos en el periodo, según documentos de contabilidad de la comuna capitalina a los que tuvo acceso Redacción Regional. Esto es un promedio de $94 mil mensuales, el triple de lo que venía recibiendo mes a mes esa oficina en la administración anterior ($33,636.36), según la información disponible.
En una revisión de decenas de notas deportivas afines a la gestión del IMDER, destaca la utilización de las apuestas para potenciar la figura del alcalde. En noviembre de 2015, el presidente de LaLiga de España, Javier Tebas, firmó en San Salvador un convenio con el IMDER y la Alcaldía para potenciar el fútbol en la ciudad capital y beneficiar a niños y jóvenes. En la foto, el alcalde se robó los reflectores y en 2016, el IMDER inauguró un torneo deportivo bautizado con el nombre que más tarde tendría el partido que Bukele, sus familiares y amigos le quitarían a salvadoreños de la diáspora: “Nuevas Ideas”.
Exjugador profesional de baloncesto, Yamil siempre estuvo ligado a los deportes. En 2013, mientras su hermano menor cumplía su primer año como alcalde de Nuevo Cuscatlán, Yamil ganó por primera vez la presidencia de la Federación Salvadoreña de Baloncesto (Fesabal) e incluso lo mantuvo mientras dirigía el IMDER. En febrero de 2017, cuando el caso por nepotismo ya estaba abierto contra Bukele, una publicación de El Diario de Hoy (EDH) reveló que la Fesabal fue la federación que más fondos de apoyo recibió por parte del IMDER (un total de $49, 910) entre 2015 y 2016. Es decir que la institución dirigida por el hermano del alcalde, el IMDER, benefició a la Fesabal, la institución presidida por el hermano del alcalde.
Según reportes de prensa de la época, 2015 marcó un “boom” en la Liga Mayor de Baloncesto. Ese año, la selección mayor de baloncesto finalizó sexta en el Campeonato Centroamericano de Baloncesto COCABA 2015
Cuando EDH reveló los apoyos del IMDER a la Fesabal, Yamil Bukele alegó que no había conflicto de interés en el caso porque la decisión de apoyar a las federaciones las tomaba la junta directiva y porque él se abstuvo de votar en esos procesos. “Yo no soy el que toma las decisiones, las decisiones las toma la junta directiva. Aquí yo no puedo tomar una decisión, yo simplemente soy una persona que preside ad honorem el Instituto Municipal de Deportes, pero la conforma un Junta Directiva, que toma la decisión si se aprueban o no se aprueban las cosas, no el presidente”, dijo a EDH. “Tengo mi voto, pero hay cosas en que yo me abstengo también. Por ejemplo, en las solicitudes y las peticiones de la Federación de Básquetbol me abstengo a votar. Los demás miembros para eso están, pero yo no puedo votar”, agregó.
Su hermano, el alcalde, fue descrito actuando de manera similar en agosto de 2016, cuando el TEG comprobó que Nayib Bukele y Hassan Bukele Martínez eran primos, pero desestimó el caso porque no había pruebas de que el alcalde hubiese intercedido para que su pariente ostentara el cargo de secretario municipal. Según la entidad, fue la síndica de la comuna, Ana Xochitl Marchelli Canales, una pieza del FMLN en el concejo, quien propuso al primo de Bukele para el cargo. El TEG da como un hecho que Bukele se abstuvo de participar en esa votación. Dos años más tarde, un altercado entre Bukele y esa misma funcionaria, en una reunión de consejo, provocó la expulsión del alcalde de las filas de ese partido.
Al saltar al gobierno, su primo Hassan Bukele dejó de figurar con cargo público, pero fue beneficiado junto a otro hermano de Nayib, Emerson Bukele, como beneficiario de la seguridad del Estado, según revelan documentos filtrados por el colectivo Hacktivista Guacamaya Leaks publicados por Revista Factum.
En el caso de su cuñada, el Tribunal desestimó la denuncia porque no encontró pruebas de la existencia de la plaza a favor de Arena Ortega. Sin embargo, en una imagen publicada por el mismo Nayib semanas antes de dejar el cargo de alcalde, en 2018, ella aparece como parte del “equipo de transición” que entregó la administración municipal a Ernesto Muyshondt, el alcalde electo ese año. En la actual gestión, Arena Ortega se presenta como asesora en asuntos internacionales y bienestar social de la Presidencia “ad honorem”.
En 2016, sobre la designación de su hermano mayor, Yamil, el TEG concluyó que sí existía una violación a la ley de ética.
El 8 de septiembre, un molesto Nayib Bukele dijo en Twitter que acataría el fallo, aunque se quejó por la decisión: “Me dijeron que en el reino del revés, nadie baila con los pies; que un ladrón es vigilante y otro es juez, y que dos y dos son tres…”, ironizó, citando El reino del revés de la artista María Elena Walsh, junto a un enlace en youtube que recoge una versión de la canción. Sin embargo, se desdijo pronto y apeló, aunque 12 días después el Tribunal ratificó su condena y Bukele recibió la primera mancha oficial en su carrera política por haber violado la Ley de ética para funcionarios públicos.
En 2017, Bukele elevó su apelación ante la Sala de lo Contencioso Administrativo, que admitió su demanda, suspendió de manera temporal la sanción y también congeló el caso durante seis años, tiempo en el que El Salvador cambió: Nayib se convirtió en presidente en 2019, su partido ganó la mayoría del congreso en 2021 y desde entonces acumuló más poder al lograr el control de los tres poderes del Estado con ayuda de Nuevas Ideas, que en mayo de ese año golpeó a Corte Suprema de Justicia. En julio de 2022, año y medio después, la Sala de lo Contencioso le dio la razón al ahora presidente, que desde 2019 continúa desafiando a la ley.
El 10 de junio de 2019, cuando aún estaba pendiente la resolución definitiva de la Sala de lo Contencioso, un Nayib recién estrenado en la Presidencia volvió a darle un cargo público a su hermano Yamil. Esta vez lo nombró, a partir del 11 de junio y hasta el 31 de mayo de 2024, como director presidente y director ejecutivo del Instituto Nacional de los Deportes (INDES).
A juzgar por los expertos, en este nuevo caso, la afrenta contra la ley de ética gubernamental fue todavía más grave. Casa Presidencial, a juzgar por los documentos, también se dio cuenta e intentó enmendar un segundo error en este nombramiento. El 19 de junio, en el acuerdo 105, modificó el acuerdo 48 “en el sentido de incorporar que dicho nombramiento es con carácter ad honorem”.
“El problema actual es que se quiere justificar que, porque los cargos son ad honorem, entonces no violan la ley, cuando lo cierto es que esos funcionarios tienen el poder de disponer de los bienes y los recursos públicos. Es indudable que la lucha contra el nepotismo va más allá de que le paguen o no le paguen a un funcionario, sino que estriba en la cooptación de plazas y en la creación de funcionarios por parentelas en instituciones de control que sean incondicionales”, dice Ruth López.
Al frente del INDES, desde junio de 2019 hasta abril de 2024, Yamil Bukele ha manejado cientos de millones de dólares a través de un presupuesto que ha superado a carteras como Desarrollo Local, Medio Ambiente, Turismo o a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
En el presupuesto aprobado para 2019, el hermano del presidente administró en la segunda mitad del año el remanente de un presupuesto de $12.4 millones. Para 2020, el primer año con un presupuesto total para el nuevo gobierno, la cartera recibió un incremento y llegó hasta los $19.7 millones, de los cuales más de $2.2 millones fueron para mejorar escenarios deportivos. En 2021, un año después del epicentro de la pandemia, la cartera tuvo un recorte y se mantuvo en poco más de $17 millones.
El salto vino a partir de 2022, cuando duplicó la entrada de fondos del gobierno con una partida de más de $27 millones (que se mantiene hasta el presupuesto de 2024), más la administración de $122 millones dólares para la mejora de escenarios deportivos. 115 de estos fueron otorgados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) a través de un programa para mejorar infraestructura deportiva de cara a los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023.
En este último capítulo de los hermanos Bukele, Yamil se convirtió en protagonista por la inauguración de estadios, piscinas y gimnasios en donde las obras de construcción aún no habían sido finalizadas para cuando arrancaron los juegos. El INDES, según investigaciones periodísticas, contrató de manera irregular y en tiempo récord a empresas que incumplían las normativas y que no lograron cumplir con los plazos establecidos para finalizar las obras antes de la inauguración de la justa deportiva, programada para mediados de junio de 2023, según reveló Factum.
El día de la inauguración, Nayib Bukele compartió palco con su hermano Yamil en el remozado, pero inconcluso Estadio Jorge Mágico González de la capital. A un costado del recinto en donde antes existía una piscina olímpica los trabajadores cuidaban un toldo. Escondían una montaña de ripio y desechos de una obra aún en construcción. En el evento, Bukele aprovechó los micrófonos y los reflectores internacionales para hacer una arenga proselitista. Él ya estaba en campaña para su reelección inconstitucional, consumada el 3 de febrero pasado.
“Dicen que hemos gastado cientos de millones en escenarios deportivos y sí, es cierto. Muchos fueron construidos desde cero y muchos otros reconstruidos, como este, para esta fiesta deportiva. (…). Lo logramos porque no nos detuvimos a escuchar a quienes decían que era imposible. Nunca los hemos escuchado y nunca lo haremos. (…) Incluso piden sanciones internacionales, dicen que vivimos en una dictadura. (…). Vayan a la calle y pregúntenle a la gente qué opina de este gobierno”, dijo Bukele.
Su hermano, Yamil, desde el palco, aplaudía.
*Este es un primer capítulo de una investigación regional sobre las prácticas nepotistas de los gobernantes centroamericanos, apoyada por IWPR y el Consorcio para Apoyar al Periodismo Independiente en la Región (CAPIR).