NARRATIVA – INVESTIGACIÓN – DATOS

Lev Tahor: Guatemala, la tierra prometida

En esta serie de tres capítulos, exploraremos cómo surgió Lev Tahor, un grupo ultraortodoxo, su doctrina y llegada a Guatemala. Recorreremos la historia de esta comunidad: su origen en Israel en 1988, su traslado a EE. UU. y Canadá, las denuncias de abuso y su llegada a Guatemala. Lev Tahor es una comunidad que dice seguir el judaísmo original, pero cuyas prácticas incluyen matrimonios concertados, aislamiento social y educación controlada dentro del grupo. En diciembre de 2024, las autoridades guatemaltecas allanaron el complejo de Lev Tahor en Santa Rosa.

TRANSCRIPCIÓN

Capítulo 1

Guatemala, una nación vulnerable a la explotación sexual

Bill Barreto:  El 20 de diciembre de 2024, tras casi seis meses de diligencias, agentes del Ministerio Público, la Procuraduría General de la Nación y la Policía Nacional Civil allanaron la sede del grupo judío ultraortodoxo Lev Tahor, en Santa Rosa, Guatemala.

Pronto los medios locales e internacionales se hicieron eco del operativo contra lo que el gobierno llamaba “un grupo sectario”.

“Durante el operativo fueron rescatados 160 menores de edad, 160 menores de edad, que presuntamente eran abusados por un miembro de la secta judía Lev Tahor. Este viernes por la mañana autoridades ejecutaron operativos en el kilómetro 94.5 de la aldea El Amatillo en el municipio de Oratorio Santa Rosa” (TV Azteca).

“En Guatemala, una nación especialmente vulnerable a la explotación sexual infantil, reside la mayoría de los miembros de Lev Tahor, una secta judía acusada internacionalmente de secuestro, crímenes sexuales y tráfico de menores”. (France 24).

Bill Barreto: Más de diez meses después de estos operativos, aún hay muchas dudas sobre este proceso. La duda persiste ¿quiénes son los integrantes Lev Tahor? ¿La forma de vida de esta comunidad representa un riesgo para sus hijos e hijas?”

Hola, mi nombre es Bill Barreto, soy periodista en No-Ficción. Quiero invitarlos a acompañarme en esta serie de tres episodios en la que exploramos los orígenes del grupo ultraortodoxo Lev Tahor y su presencia en Guatemala.

Hace casi una década, poco después de la llegada de Lev Tahor a Guatemala, pude conversarr con una persona que se había convertido a este grupo, me llamó la atención su devoción por adoptar una forma de vida muy diferente a la norma. Concebir una vida únicamente dentro de una comunidad cerrada con estrictas normas y un cierto repudio a todo lo exterior.

En este tiempo también he seguido esporádicamente las denuncias contra el grupo: las más graves de ellas, como fomentar los embarazos adolescentes, los abusos sexuales o el restringir la libertad de sus integrantes, sobre todo a las niñas y mujeres. Todo esto me hace preguntarme: ¿hasta qué punto puede llegar la tolerancia a una práctica religiosa?, ¿estas acusaciones están fundamentadas o parten de un prejuicio religioso? 

Shlomo Helbrans

Bill Barreto: El grupo Lev Tahor surge en Israel en 1988 alrededor de la figura del rabino Shlomo Helbrans. Este “Rebe”, como denominan dentro de las comunidades jasídicas a sus líderes religiosos, reunió a seguidores con la promesa de formar una comunidad apegada a las escrituras, a la fe judía original. La promesa de reunir a los “puros de corazón”, y de hecho Lev Tahor literalmente significa “corazón puro”.

Para entender un poco mejor esto, hablé con la antropóloga Claudia Dary, encargada del peritaje cultural solicitado por la Procuraduría General de la Nación al atender este caso. Su estudio buscaba perfilar al grupo, sus prácticas, costumbres, forma de organización social y dinámicas internas. Una radiografía de la organización para comprender cómo relacionarse con los integrantes y atender las necesidades de los menores.

La antropóloga destaca cómo el centro de la vida de un integrante de esta comunidad es servir a  Hashem, que literalmente significa “el Nombre”. Una forma respetuosa y común en el judaísmo de referirse a Dios. También me comentó como estas creencias incluso los volvieron antagonistas del estado de Israel, al considerar que su creación contraviene al mandato divino, son considerados antisionistas. Creen que Israel no debería pertenecer al pueblo judío hasta la llegada de su Mesías. Pero sus posturas han ido más allá: radicalizando alimentación, vestimenta, contacto con el mundo exterior…

“Los libros que escribe el líder de la secta, en este caso Shlomo, no sé si Narman ha escrito algo más, se vuelven más importantes que el texto fundante de la religión, digamos. Le eh lo que ellos dicen es que leían más el libro de Helbrans. Por ejemplo, uno que se llama en es se podría traducir al español como camino de salvación. Leían más ese libro que la Torá, incluso a veces ya leíamos poco la Torá y más el libro de Helbrans. O sea, que el el rabino, el rabí o el líder de la secta hace una interpretación del texto sagrado. Puede ser puede ser la Torá, en este caso, como han hecho algunos líderes de algunas sectas de afiliación cristiana de la Biblia, o sea, hacen su propia interpretación porque para ellos es la verdad” (Claudia Dary, Peritaje Lev Tahor).

Bill Barreto: Esta visión estricta de la Torá, llevó al grupo Lev Tahor a una migración de Israel a Estados Unidos en 1991, en Brooklyn, Nueva York. Después de su mudanza a EE. UU., Helbrans comenzó a crear un conjunto extremadamente estricto de reglas para sus 20 o 30 seguidores.

Según el documental Rabbi of the Pure Hearts: Inside Lev Tahor (El rabino de los Corazones puros: dentro de Lev Tahor), desde un inicio el grupo buscaba retornar a prácticas primitivas del judaísmo y el propio Helbrans declaraba.

“Queremos retroceder exactamente a como era el judaísmo original”. Helbrans sostenía que el objetivo de Lev Tahor era alcanzar la pureza máxima eliminando todas las influencias mundanas, algo que, decía, los distinguía de otras sectas dentro del judaísmo. Predicaba que la modernidad corrompe el espíritu.

Bill Barreto: En 1991, Shlomo Helbrans, de 28 años, trasladó su comunidad judía ultraortodoxa de Jerusalén a Nueva York. Allí, insistió en que sus seguidores vivieran un estilo de vida draconiano, incluyendo matrimonios concertados. Los miembros afirmaban que esto les exigía la Torá. Estos matrimonios eran concertados por el propio Helbrans. En la mayoría de los casos, el novio era mucho mayor que la novia.

Es importante señalar que existe una diferencia entre un matrimonio concertado y lo que se conoce como un matrimonio forzado. En un matrimonio concertado, ambos cónyuges dan su consentimiento para la unión, pero en un matrimonio forzado, una o ambas partes involucradas no tienen voz ni voto en la decisión de contraer matrimonio. Según los críticos de Lev Tahor, Helbrans defendía en realidad el matrimonio forzado.

Las mujeres sufrían como víctimas. Siendo adolescentes, no participaban en la elección de marido ni en el momento del matrimonio, según la acusación fiscalía estadounidense al señalar a Helbrans.

Shlomo Helbrans fue arrestado en Nueva York acusado de haber secuestrado a un adolescente que estaba estudiando con él para prepararse para su bar mitzvah. Fue denunciado por los padres del menor quienes lo acusaron de buscar, según la acusación: “intentar lavarle el cerebro”.

El líder salió de prisión en 1996, fue deportado de Estados Unidos a Israel en el año 2000 y ganó nuevos adeptos a principios de ese año en la provincia de Quebec, Canadá.

Pero el grupo fue denunciado, nuevamente, en 2013 por los servicios sociales de Canadá por negligencia infantil. Fue en ese año, relata Yoel Goldman, uno de los integrantes de Lev Tahor entrevistado en este podcast que planearon trasladarse a Guatemala.

La comunidad tz’utujil pide su retiro

Tras la muerte del rabino Shlomo en México  en 2017, su hijo Nachman Helbrans tomó el liderazgo imponiendo medidas aún más estrictas a los miembros. Lev Tahor, fundado en Israel en 1988,  fue conducido por casi tres décadas por Shlomo, el rabí que había creado los cimientos del grupo y se había rodeado de un pequeño conjunto de dirigentes, la mayoría con vínculos entre tres o cuatro familias.

Bill Barreto: El grupo se asentó originalmente en el municipio de San Juan La Laguna, Sololá, en los márgenes del lago de Atitlán. Esto fue en el año 2014. Pero el choque cultural con los vecinos del municipio fue inmediato.

Los vecinos lo señalaban de no saludarlos al cruzarse en las calles, de caminar por las calles rezando en voz alta, de evitar todo contacto físico con personas del pueblo. La comunidad tz’utujil, tanto de cristianos evangélicos como católicos, mostraba rechazo a estas prácticas así como al rápido arribo de alrededor de 200 personas de Lev Tahor al pueblo.

En apenas tres meses después de trasladarse a este municipio, El consejo de ancianos, la organización comunitaria tz’utujil que vela por la resolución de conflictos entre vecinos, les pidieron retirarse por la falta de respeto a las costumbres y el rápido incremento de su presencia.

Tras una breve estancia en ciudad de Guatemala, el grupo Lev Tahor se reubicó en el departamento de Santa Rosa, en el municipio de Oratorio, a unas dos horas y media de la capital de Guatemala.

Fue en este lugar, donde el grupo permaneció más años, una década en total, antes que las fuerzas de seguridad guatemaltecas allanaran el complejo donde habitaban.

Visita a la finca del grupo en la aldea El Amatillo

Para conocer mejor cómo vivió este grupo, durante ese periodo, me trasladé al municipio de Oratorio en Santa Rosa. Primero visitamos la finca en la aldea El Amatillo.

Justo sobre la ruta CA8, a pocos kilómetros de la frontera con el departamento de Jutiapa, aparece a orillas de la carretera el complejo de la comunidad. Detrás de una valla verde y un portón blanco con rastros de cadenas colgando aparecen las naves de tres bodegas alargadas.

Nos indican, algunos miembros del grupo, que no hay un dirigente que pueda atendernos en ese momento, pero por medio del abogado que ha representado a varios integrantes de Lev Tahor, logramos entrevistar en la cabecera de Santa Rosa, Cuilapa, a Yoel Goldman.

En las oficinas de su abogado, Yoel viste la túnica dorada y café tradicional de los líderes, lleva la cabeza cubierta con el manto café y el peinado con rizos. Luce delgado y habla despacio mientras entra en confianza. Habla de forma entrecortada entre el ladrido de los perros del barrio y el rumor de la lluvia que cae sobre Cuilapa.

“Nosotros fuimos la embajada de Guatemala en Canadá. Y preguntan Nosotros preguntan por el internet cómo dice para nosotros venir aquí, que dicen por los problemas que nosotros tenemos en Canadá, si aquí no hay problemas con la educación, problemas con todo y decían: aquí es un país rico, se puede hacer mucho negocio. Ellos ofrecieron para venir”. (Yoel Goldman).

“Nosotros en otras palabras nosotros es una gran familia. Todos mezclados. Y ¿Y qué es la razón de la comunidad? ¿Qué es la razón de ese grupo para cumplir que dice la Biblia? Punto. Solo eso más. No hay nada otra razón. Pero sí, nosotros somos judíos ortodoxos. Y eso hay otros judíos que no me gusta cuando otro está más de ellos así, políticos siempre y por eso están siempre atacando y atacando”. (Yoel Goldman).

Bill Barreto: Goldman es uno de los dirigentes del grupo y actualmente está en proceso penal acusado del delito de maltrato a menores, usa una tobillera con control telemático y tiene la restricción de no salir del departamento de Santa Rosa.

Además, de la entrevista, Goldman se ofreció a permitirnos una visita a la finca donde estuvieron ubicados durante diez años las familias que integraban Lev Tahor en Guatemala. Allí, un integrante más joven del grupo, nos condujo por el complejo. Nos mostró las tres largas bodegas prefabricadas, de unos 40 metros cada una, que comprenden el núcleo de las instalaciones: dos en paralelo a la carretera y una en vertical a la ruta.

El joven, con el traductor del teléfono nos relata parte de su vida en la comunidad y nos pide no ser retratado de frente, nos permite recorrer la primera bodega: una biblioteca con textos jasídicos, un lugar de oración para los hombres y los restos de materiales con los que querían instalar una imprenta ocupan la mitad del edificio. La otra mitad, a la que nos pide no ingresar, es la que aparece en videos del allanamiento, hileras de cubículos separados con plásticos negros para formar las habitaciones donde vivían la mayoría de las familias.

En la segunda bodega prefabricada encontramos el horno industrial para cocinar el pan, las bandejas para distribuir los panes, algunos sacos de harina. La estructura parece una panadería abandonada: cazuelas, guantes, tanques de gran propano.

La tercera bodega luce cerrada y en el perímetro del complejo aún quedan algunas ovejas cafés pastando debajo de los árboles de morro. Es una tarde nublada y a nuestro guía se le acaba la batería del celular, la traducción del yiddish se interrumpe y por señas nos muestra los bordes del campo. Así como los restos de un establo donde tenían vacas, antes de que también eliminaran la leche de vaca de su dieta. Dejamos el complejo cuando la lluvia comienza.

Lev Tahor, un grupo ultraortodoxo sectario

Bill Barreto: Sobre este grupo religioso gravita siempre la calificación de ser una secta. Con esta palabra lo han calificado las autoridades guatemaltecas, estadounidenses o israelíes. ¿Pero qué significa realmente está palabra?

Aunque sociológicamente una secta no es más que un grupo religioso pequeño que se ha separado por tener creencias diferentes. Si profundizamos un poco más encontramos otras características. Suelen aislarse de otras estructuras sociales, de familiares, de amigos. Afirman que sus creencias son auténticas y cualquier desvío es una herejía. Sus integrantes se consideran perseguidos. Además, las sectas suelen tener castigos o medidas estrictas para los que no cumplan con las normas internas del grupo.

La antropóloga Claudia Dary, quién realizó un peritaje cultural sobre Lev Tahor, luego de múltiples entrevistas con sus integrantes, me explicó que la comunidad mantiene una tensión entre sus estrictas órdenes internas y las normas reconocidas en Guatemala. Una tensión que ha concluido en la intervención del Estado.

“Por qué una secta está en tensión con la sociedad en la que vive, porque se separa, porque genera ese antagonismo, porque vive de manera aislada, porque no acepta las normas ni sociales, ni algunos aspectos de las normas legales de la sociedad donde está inmerso, ¿verdad?

Porque algunos de estos señores me decían, “Pero si nosotros llevamos” y la señora decía: Sí, inscribí vimos a los niños a los de RENAP, todos tienen su inscripción aquí y allá, ¿verdad? Pero, sin embargo, digamos, también otro aspecto de la ley es que los niños no se deben casar antes de los 18 años de edad, de que no hay que obligar, etcétera, etcétera. Bueno, y ellos entonces lo que hacían era en la conversación era salir con ejemplos de la sociedad guatemalteca. Sí, pero ya está viendo que no sé cuántos lugares se casan de jovencitos y a ellos no los están llegando a apresar”. (Claudia Dary, Peritaje Lev Tahor).

Bill Barreto: Este es uno de los aspectos más preocupantes alrededor del grupo Lev Tahor. En las acusaciones realizadas por la fiscalía y en el seguimiento que la Procuraduría General de la Nación (PGN) se advierte sobre denuncias de matrimonios forzados, de adolescentes (hombres y mujeres) obligados a formar una unión y que incluso menores han quedado embarazadas.

“Nosotros empezamos a recibir denuncias en donde nuevamente eh se indica de que los niños están en peligro, de que hay, de que se  describió negligencia, de que no hay derecho a la alimentación, que no hay derecho a la educación, de que no hay acceso a la salud, incluso hacen referencia de que posiblemente hay niños que fallecieron porque no tuvieron acceso a la salud de forma oportuna, abortos porque no tienen un control prenatal y lo más grave que se hacía referencia a los matrimonios forzados y a los embarazos forzados entre adolescentes”. (Lucrecia Prera, PGN).

Bill Barreto: Prera relata cómo desde julio de 2024 comenzaron a recibir denuncias del entorno a Lev Tahor, que se sumaron a los antecedentes de condenas de otros integrantes del grupo en el extranjero y denuncias previas en Guatemala.

En octubre de 2024, un adolescente de 17 años, quien identificaremos como “S. Z.” abandonó el complejo de Lev Tahor y se refugió con un tío que previamente había dejado el grupo y vivía en una aldea vecina. Según registros judiciales posteriormente otros tres adolescentes lo acompañaron.

Tras meses de diligencias de la PGN, dentro del grupo comenzaron a darse fugas que según los integrantes habían sido motivadas por ofrecimientos de dinero, mientras que los testimonios de los ex integrantes hablan de frustración y temor por ser obligados a “matrimonios forzados”.

Bill Barreto: Pero no fue el único lugar dónde según varios testimonios se dieron estas uniones entre menores. Mendy Levy, de 21 años, un joven de origen israelí y canadiense, ex integrante de la secta Lev Tahor, quien vivió parte de su infancia en Guatemala, relata en el podcast Exponiendo el culto judío extremista Lev Tahor (“Exposing The Extremist _Jewish_ Cult Lev Tahor”), cómo fue su experiencia.

Traducimos un fragmento de su testimonio:


“Guatemala fue el infierno, un infierno real. Se mudaron allí, Lev Tahor, porque en Canadá no podían hacer lo que querían. En Guatemala las leyes son débiles, y vieron que podían actuar con total libertad. Comenzaron en la ciudad, rentaron un edificio grande, pero la policía aún se involucraba un poco. Entonces decidieron irse a un lugar aislado. Estábamos tan adoctrinados que pensábamos que podía leernos la mente con solo vernos. Te hablaban así desde que eras bebé. Y si no conoces otra cosa, lo crees.


También vivíamos en tiendas de campaña. Se volvió obligatorio casarse joven: a los 13 o 12 años. El rabino quería hacer todas las bodas el mismo día, el día del Mashíaj. Yo tenía 14 o 15 años y casi me obligan a casarme con mi prima. No lo permití, pero estuve muy cerca.

Bill Barreto: Mendy Levi logró escaparse de Lev Tahor a los 16 años; ahora a los 22 relata su experiencia en el podcast. Hoy, este joven, se dedica a la fotografía y vive en Canadá. Contacté con él vía mensajes de Instagram, pero me dijo que no estaba interesado en seguir hablando sobre Lev Tahor en este momento.

También en el caso de Guatemala hay denuncias de uniones forzadas entre adolescentes. Según detalla la encarga de Niñez de la PGN, Lucrecia Prera, fue en noviembre de 2024 cuando se reciben estas denuncias:

“En noviembre se escapan los cuatro adolescentes. ¿Ya? Y estos cuatro adolescentes si hace referencia donde los niños ellos vienen y nos dicen que si fueron forzados a contraer el matrimonio”. (Lucrecia Prera, PGN).

Bill Barreto: Por el contrario para Yoel Goldman estas denuncias son motivadas por dinero. Él lo relata así:

“Ellos prestaron por unos jóvenes que salieron de comunidad ¿verdad? Mira, vamos a dar eso, vamos a dar eso, vamos a dar eso. Ofrecieron dinero, ofrecieron, ofrecieron regalos. Si vas a hacer denuncia vamos a dar eso. Uno de los cuatro, un tiempo después, llamó a nosotros, disculpe, a mí me ofrecieron eso, me ofrecieron eso, me ofrecieron tanto dinero. Por eso, bueno, un patojo si van a ofrecer mucho dinero, ¿cómo no va a hacer? Si se dicen él, solo haces eso, solo decís eso y vas a recibir. Sus 20 000 pesos, sus 30, saber cuánto exacto. ¿Cómo un patojo no va a hacer? Y nosotros sabemos que no hay que no hay valor en eso”.

Bill Barreto: Alrededor del caso Lev Tahor hay al menos ocho personas procesadas por delitos que van desde trata de personas, maltrato hasta abuso sexual. Pero de momento solo una persona está en prisión. Siete en Guatemala y uno más que aguarda proceso en México.

Estos procesos plantean el conflicto entre las prácticas de un grupo religioso y su posible violación de la legislación nacional para la protección de los menores. Las denuncias de abusos son muy graves y sólo una investigación rigurosa podrá establecer todos los hechos.

Pero, en paralelo a las denuncias penales, hay procesos de custodia por las denuncias de abusos.

En nuestro próximo episodio trataremos este asunto con una familia de seis niños y una madre que recuperó su custodia. Aunque como grupo, Lev Tahor pareciera estar desarticulado, las familias de sus integrantes intentan retomar su forma de vida. Acompáñennos en nuestra siguiente entrega.

Este es un podcast producido por No Ficción.

Las entrevistas, el guión, la grabación y edición las realicé yo, Bill Barreto y la locución adicional de Alejandro Pérez. Con la revisión final a cargo Carolina Gamazo, como editora general.

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