NARRATIVA – INVESTIGACIÓN – DATOS

Tres movimientos recientes para entender la narcocleptocracia

En el newsletter de esta semana analizamos tres estallidos recientes —un enorme decomiso de cocaína, el asesinato de un alcalde y una serie de ataques extremadamente violentos en la frontera con México— para entender cómo opera la narcocleptocracia en Guatemala: un sistema donde crimen organizado, corrupción estatal y abandono institucional avanzan de la mano.

Para recibir cada semana en tu correo electrónico un análisis de lo más importante de la semana, suscríbete aquí a La Instantánea

Querida comunidad de No Ficción, hoy vengo a hablarte de violencia. De violencia extrema, de esa que deja los pelos de punta.

Quizás el sábado pasado estabas atorada en un centro comercial tratando de comprar regalos para Navidad, pero mientras tanto en Masagua, Escuintla, estaban asesinando al alcalde Nelson Marroquín.

Y quizás estos días has disfrutado de los bellos atardeceres, o quizás te estabas quejando del tráfico, pero en Huehuetenango y San Marcos estaban calcinando hombres, quemando casas y autobuses, en medio de intensos fuegos cruzados entre el Ejército y el Cártel de Sinaloa y el cártel Guatemala-Chiapas.

Unos días antes, el 1 de diciembre el Estado había decomisado un gran alijo de droga en un rancho de una aldea de Iztapa y capturando a un viejo capo del narcotráfico. Y puede ser que este decomiso desencadenara los demás hechos, o puede ser que no,

Ahora vamos a desglosarlos.

Primer movimiento: Decomisan casi una tonelada de cocaína

El pasado 1 de diciembre fueron decomisados en un inmueble del rancho El Edén, en el Puerto de Iztapa, 867 paquetes de cocaína, casi una tonelada. Se trata de uno de los cargamentos más grandes del año. El alijo fue hallado durante una investigación sobre una embarcación que llegó a las costas del Pacífico desde Colombia.

¿Qué es lo importante de esta incautación? A quién capturaron. Una de las tres personas aprehendidas es Allende del Mar Sardeño, un viejo capo de la droga en la costa Sur, vinculado en el pasado al cártel de Sinaloa. Allende fue capturado en 2006 en Miami y su hermano, dedicado al mismo negocio, fue asesinado en 2013.

Según un reportaje de Plaza Pública, basado en cables de EE.UU, Allende del Mar Sarceño Castillo operaba desde finales de los 90 desde una red marítima de narcotráfico en la Costa Sur. Esta movilizaba desde su sede en Iztapa cargamentos en lanchas tiburoneras, fincas, bodegas y más de cien embarcaciones. Sardeño es señalado por investigaciones como el principal capo del Cártel Luciano y habría operado para el cártel de Sinaloa.

Tras su captura sus operaciones habían sido asumidas por Chamalé y después por Marjory Chacón, “La Reina del Sur”.

Según parece, cuando liberaron a Allende del Mar en Estados Unidos volvió a su pueblo y a su viejo trabajo: traficar cocaína. Y en Guatemala, como siempre pasa, nadie dio seguimiento a este viejo narcotraficante.

Segundo movimiento: Asesinato del alcalde de Masagua

Si de la incautación de droga los medios apenas han publicado información, del móvil detrás de asesinato de Nelson Luciano Marroquín el pasado sábado 6 de diciembre, se sabe aún menos. En el ataque, según Prensa Libre, fue herido “uno de los guardaespaldas”. (¿Por qué llevaba más de un guardaespaldas?)

Nelson Marroquín formaba parte del partido Vamos, que impulsó a la presidencia a Alejandro Giammattei. Una de las hipótesis detrás del asesinato es que Marroquín había presentado en septiembre una denuncia ante el MP, señalando la existencia de una red de corrupción enquistada en la comuna, específicamente en el área financiera.

Tras el asesinato del alcalde de Chuarrancho, Gerson Ajcuc Choc, Nelson Marroquín es el segundo alcalde de Vamos que muere de forma violenta este año en Guatemala.

Sabemos que varios alcaldes de Vamos tienen vínculos con el narcotráfico y Masagua está cerca del puerto de Iztapa. Pero este asesinato de momento, no ha sido vinculado oficialmente al narcotráfico.

Tercer movimiento:  La violenta incursión del ataque de Sinaloa en la frontera

Este es el hecho más grave en cuanto a intensidad y violencia.

En los últimos días se han reportado 12 ataques armados en la frontera entre Huehuetenango y México, con un reporte de 9 asesinatos y más de una decena de hombres heridos. Esto se debería a la guerra abierta entre el cártel de Sinaloa y el Cártel de Chiapas-Guatemala por el control de la zona.

Durante la madrugada del 8 de diciembre, miembros del cártel de Sinaloa incursionaron en Guatemala y ejecutaron seis ataques armados contra el cártel Chiapas‑Guatemala.

Las autoridades informaron que los grupos criminales se enfrentaron en los municipios de La Democracia, Nentón, Cuilco y Santa Ana Huista, en Huehuetenango, y Tacaná, San Marcos. Al día siguiente la violencia siguió recrudeciéndose. En varios de estos municipios, las autoridades no han podido acceder hasta pasadas varias horas después de los hechos por oposición de los vecinos. Voy a enumerar algunos de los hechos que han pasado en los últimos dos días para que puedan dimensionar la gravedad de la situación.

Cuilco. Finca Flor de Café, Agua Dulce. Tres hombres fueron asesinados, uno carbonizado, y se hallaron 42 casquillos en una incursión del cártel de Sinaloa. El MP accedió a la escena de los hechos 13 horas después.

Santa Ana Huista. Agua Zarca. Sinaloa atacó a soldados y al cártel Chiapas–Guatemala, dejando un vehículo incendiado, drones, granadas, armas y un oficial herido.

La Mesilla, La Democracia. Cuatro viviendas fueron baleadas y varios vehículos perforados, mientras COCODES impidieron el ingreso de la PNC.

Nentón. Finca El Carmen, Chaquial,. Un enfrentamiento dejó un muerto, un herido, vehículos incendiados y unos 300 casquillos en la escena.

Nentón. Turicentro El Zapotal, Chacaj. Siete cabañas fueron incendiadas durante un ataque atribuido al Cártel de Sinaloa.

Nentón. Aldea El Espino. Dos ranchos fueron destruidos con maquinaria pesada, un picop fue incendiado y se hallaron mantas de Sinaloa con amenazas contra “Monchis”.

Tacaná. Cantón Esperanza, Tuicoche. Un hombre fue ejecutado y se localizó un microbús incendiado cerca del cuerpo, junto a mantas firmadas por el Cártel de Sinaloa. Las mantas, incluían mensajes como: “Gobierno de Guatemala, no protejas a Antonio Martínez, alias Toño, y Bladimir López Orantes, porque te van a calentar tu país. Vamos por ellos. Atte: CDS”.

Estos hechos extremadamente violentos tienen su origen en la extradición de Aler Baldomero Samayoa, alias el Chicharra, líder del cártel de los Huitas, un grupo histórico que aglutinó el poder en la zona por años.

Como te contamos en un reportaje de No Ficción, Estados Unidos acusa a Los Huistas de trabajar de la mano directamente  con los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, ambos declarados por el Departamento de Estado como organizaciones terroristas apenas un mes antes de la captura de Baldomero Samayoa.

Recuerden que la diputada Sofía Hernández directamente vinculada al cártel fue vicepresidenta del Congreso y logró meter a dos de sus hijos también como diputados.

Con la extradición del Chicharra, el cártel Chiapas- Guatemala, comenzó a pelear el control de la zona con el cártel de Sinaloa. En junio fue asesinado Baldemar Calderón Castillo, el “tio Balde”, líder de esta estructura. En los primeros días de junio fueron asesinadas en total 9 personas, entre ellas 5 policías mexicanos, lo que provocó una crisis diplomática, como te contamos en una Instantánea.

¿Se puede conectar el asesinato de un alcalde, con un decomiso de droga con fuego cruzado en la frontera? Es difícil cuando la información ofrecida es tan escueta. De lo que sí nos habla es de lo que se define como narcocleptocracia. Un estado débil, muy débil, donde el narcotráfico y el abandono del Estado convergen: estructuras criminales y las altas élites influyen para tomar control de instituciones, mezclando crimen con poder político y desvío de recursos.

Lo que buscan los grupos poderosos del Estado es saquearlo y favorecer su impunidad, y el bien común y el Estado de Derecho queda solo en la teoría bonita para llenar los libros de texto pero que definitivamente, no aplica en Guatemala, ni con los gobiernos corruptos ni con los que tienen buenas intenciones. El problema es el sistema, que está absolutamente podrido.


Suscríbete aquí

Te puede interesar

TEMAS