Las elecciones de este año en Chiquimula consolidaron el poder de dos dirigentes locales señalados de múltiples delitos, pero que parecen intocables. Por una parte, el diputado Boris España, que arriba a su cuarta legislatura, pese a estar incluido en la Lista Engel y enfrentar acusaciones de vender su voto en el Congreso y cobrar comisiones ilegales. Y, por otra, Esduin Javier, alias “Tres Kiebres”, el alcalde de Ipala, que será diputado pese la investigación en su contra por pertenecer a un grupo de narcotráfico llamado “Los Ipala”. Dos caciques al filo de la ley, que ponen en evidencia cómo la política clientelar se perpetúa en Chiquimula.
Texto: Bill Barreto / Foto: Juan Rosales / Edición: Asier Andrés
Un helicóptero recorre los cielos de Ipala, Chiquimula, en las primeras horas de la jornada electoral del 25 de junio. Es parte del plan de prevención de violencia electoral en el departamento, el cual tiene a cinco de sus 11 municipios calificados de alto riesgo por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Pero en realidad no hace falta.
Aunque hay policías en el perímetro de los centros de votación, hombres con sudaderos y chaquetas amplias custodian la entrada de cada mesa electoral.
A algunos les abultan los cargadores del arma. A otros se les asoma la culata. Nadie parece extrañarse por su presencia.
En efecto, ese día no habrá reportes de ningún incidente o intimidación en el municipio. Tampoco en otros lugares del departamento.
Todo sucederá según lo previsto por las dos figuras políticas más relevantes de Chiquimula.
El alcalde electo en Ipala fue Lusvin Javier, el hermano del alcalde saliente Esduin Javier, conocido por todos como “Tres Kiebres” o “3K”, como aparece en la propaganda electoral que prolifera en el municipio.
El hermano de “Tres Kiebres” obtuvo casi el 50 por ciento de los votos, muy por delante de sus otros cinco rivales.
En casi cada casa del pueblo se ve un sticker de los hermanos Javier.
La apuesta ha surtido efecto. “Tres Kiebres” fue el candidato a diputado distrital más votado en Chiquimula. Alrededor de 32 mil chiquimultecos votaron por él y representará por primera vez al departamento en el próximo Congreso.
Su hermano Lusvin, le sucederá en el puesto de alcalde.
La familia toma así el camino seguido por otros tantos poderes locales en el país. De una alcaldía, al Congreso y del Congreso a múltiples alcaldías en el mismo departamento para aumentar su influencia.
Los Javier, de hecho, intentaron esto último en estos comicios, sin mucho éxito.
Utilizaron el partido Cambio, la agrupación formada por los hijos del ex candidato presidencial, Manuel Baldizón, condenado por lavado de dinero del narcotráfico en Estados Unidos.
Ambos se postularon con Cambio y trataron de colocar a aliados en otras municipalidades de Chiquimula representando también al mismo partido.
Cambio trató de alcanzar la alcaldía de Olopa, postulando precisamente a un exconcejal de Ipala, Henry Lemus.
También buscaron la alcaldía de la cabecera departamental, con el exjefe edil Gianni Renato Suchini.
Sin embargo, no ganaron ninguna de las dos. Tuvieron en frente un a un poderoso rival, el otro gran líder político de Chiquimula: el legislador Boris España Cáceres.
La estructura España
España logró ser el segundo candidato más votado al Congreso en el distrito. Se quedó a menos de 2 mil votos de “Tres Kiebres” y ocupará una curul por cuarto periodo consecutivo.
Además, su estructura partidaria, esta vez utilizando la bandera del actual partido oficial, Vamos, ganó el pulso municipal en el departamento.
Un primo de España, José René Pinto España, obtuvo la alcaldía de la cabecera del departamento. Oscar Medardo Cardona, un ex trabajador del Ministerio de Agricultura, la institución de la que surgió España, ganó en Olopa. Y Noé Rolando Guerra, otro aliado de España, fue electo alcalde Camotán. Todos por la agrupación Vamos.
España, de esta forma, mostró que su poder sigue intacto, a pesar de la emergencia de “Tres Kiebres” como actor influyente más allá de su municipio. Y que su alianza con el oficialismo fue una buena decisión.
España tuvo aliados clave en el aparato estatal que le permitieron influir en el uso de recursos públicos.
Su primo José Rene Pinto España, el mismo que fue electo alcalde de Chiquimula, ha sido en los últimos años, director ejecutivo del Consejo de Desarrollo Departamental. Esta es una institución que administra fondos para obras públicas que se asignan a las municipalidades en el departamento.
Otro de los primos del diputado, Mario Roberto Cáceres Palma, ocupa la gobernación departamental. Esto le permite influir sobre múltiples programas que ejecutan los ministerios del gobierno central en el departamento.
Una fuente judicial de Chiquimula confirmó a No-Ficción que, en la semana previa a las elecciones, recibieron varias denuncias de coacción para el voto: beneficiarias de las bolsas de alimentos que entrega el Ministerio de Desarrollo Social dijeron que recibieron llamadas en las que se les advirtió que debían apoyar a Vamos, el partido oficial para que continuara el programa en el departamento.
Los resultados de los comicios del 2023 consolidan la posición de dos de las principales figuras políticas de ese departamento.
De un lado, “Tres Kiebres”, quien escala a una posición de influencia nacional y demuestra que puede captar votos en todos los municipios del Chiquimula y no solo en su feudo tradicional: Ipala.
Además, al convertirse en el único diputado de Cambio y evitar con ello la cancelación del partido, Javier se convierte en un aliado imprescindible para otro grupo de poder, el de los Baldizón.
Por otra parte, España. El diputado suma su cuarta legislatura con tres partidos diferentes y demuestra como su grado de influencia trasciende a una agrupación política. Su carrera ya sigue el camino de otros líderes que dominaron por décadas el departamento, como el diputado fallecido Baudilio Hichos.
En medio de ambos queda una población sin muchas opciones. Sus principales representantes son dos persistentes caudillos.
Ambos sobrevivieron al auge de la lucha contra la corrupción en los años de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Sobrevivieron también a una elección como la de 2023 en la que se produjeron eventos inesperados y una mayoría de población rechazó el sistema político, al menos en la elección presidencial.
Sus historias ponen de relieve cómo funciona el poder en Chiquimula.
Dos caudillos dispares.
Los personajes de esta historia son dos rostros de una misma moneda. Dos perfiles para un mismo fenómeno, dos historias que corren paralelas. Son dos hombres de orígenes dispares.
Tres Kiebres, es el migrante retornado que próspero y, según investigaciones de las fiscalía, se dedicó al negocio emergente más importante del departamento, el narcotráfico, participando en una estructura llamada “Los Ipala”. España es el político de carrera, que surgió de la burocracia estatal y llegó al Congreso.
Ambos, sin embargo, tienen en común un método: tejer amplias redes clientelares en el nivel local y utilizar el Congreso de la República para reforzarlas.
Ambos ejercen el poder como caciques. Establecen una relación personal con sus electores. Les otorgan servicios que son percibidos como favores. A cambio, reciben sufragios de unos votantes que prefieren no hacerse muchas preguntas sobre su modo de operar.
En Ipala, si alguien tiene un problema con sus vecinos, consulta a “Kiebres”, según dijo una vecina del municipio entrevistada durante la jornada electoral.
“En este pueblo no hay pandillas ni robos. El alcalde se encarga”, dijeron otros dos jóvenes veinteañeros a la espera de ejercer su voto.
“Arregló el camino de nuestra aldea que estaba abandonado tantos años”, comentó otra vecina tras emitir su voto.
“Ha resuelto problemas, por lo menos en mi aldea metió el agua (potable) en este periodo y arregló la calle que se inundaba en invierno. Cómo hizo su dinero, cómo hizo sus negocios no lo sé. Hay cosas que hay que dejárselas a Dios”, aseguró una vecina de alrededor de 60 años, que aguarda la salida de tres de sus hijas de de un centro de votación, mientras cuida a uno de sus nietos.
“Tres Kiebres” y España comparten un territorio situado en la triple frontera con El Salvador y Honduras.
Se trata de un distrito pequeño, con alrededor de 260 mil empadronados, que aporta tres congresistas a un parlamento de 160 diputados.
Un distrito cuyo peso político se ha concentrado en una o dos figuras políticas por largos periodos de tiempo.
Clave por su posición geográfica, a menudo asociada al comercio y al trasiego ilícito, Chiquimula es también reconocida por su tradicional conservadurismo.
Fue, junto a Zacapa, uno de los departamentos que favorecieron la contrarrevolución de 1954 y que más tarde aportaron hombres a las filas de los grupos paralelos contrainsurgentes.
Con la transición a la democracia, a partir de 1985, sin embargo, las viejas estructuras asociadas a fuerzas militares o paramilitares, migraron hacia los partidos políticos.
La historiadora Matilde González-Izás, en su libro “Territorio, Actores Armados y Formación del Estado, escribe a este respecto: “en buena parte del nororiente, las políticas de la descentralización fortalecieron el poder de viejos caciques locales que habían alcanzado importantes cuotas de poder en el contexto de la Guerra Fría”.
En esta transición, sin embargo, también ha pesado la influencia del crimen organizado, según considera la académica.
“En principio, el narcotráfico modificó enteramente los parámetros convencionales de la corrupción. Los débiles o inexistentes controles de financiamiento de campañas electorales y la pérdida de la tradición y la lealtad partidistas abrieron las puertas a la influencia criminal en el Estado”, detalla González-Izás en ese mismo estudio.
Es en este contexto que se da la elección de 2023, en la que España y “Tres Kiebres” dominaron el departamento.
Javier: el sueño de un migrante al que los narcos no pueden matar.
El camino de Esduin Javier para llegar a la política ha sido tortuoso. A los 16 años perdió a su padre, un agricultor local, en un accidente.
El ahora alcalde de Ipala y diputado electo dejó los estudios y siguió el camino de muchos pobladores de áreas rurales del país sin mayores posibilidades. Migró a Estados Unidos de forma irregular y trabajó en la construcción durante siete años.
California, Maryland y Nueva York fueron los estados en los que Javier laboró.
Se dedicó principalmente a colocar el cemento de fundiciones y, según su propio relato, sufrió un accidente con un camión de volteo que le provocó una fractura en tres vértebras.
Esta es la versión sobre el origen de su sobrenombre, “Tres Kiebres”, que a él le gusta sostener en público. Sus adversarios políticos, sin embargo, aducen que el alias corresponde, más bien, a los tres intentos de asesinato a los que ha sobrevivido.
A su regreso a Ipala, Javier parece encarnar el sueño del migrante que ha vuelto a su país. Con los ahorros de su trabajo, medio millón de quetzales, creó una empresa constructora y comenzó a prosperar.
La compañía recibió el nombre de Constructora 3K y, primero, se dedicó al desarrollo inmobiliario en su municipio.
Javier adquirió terrenos, los lotificó y los vendió a otros vecinos, muchos de ellos familiares de migrantes que buscaban construir su primera casa con dinero de las remesas.
Después, el ahora diputado dio el salto a la obra pública y se asoció con otros empresarios de Chiquimula.
Uno de ellos fue Merlin Giovanni España Arrué, con quien fundó una empresa llamada Constructora y Maquinaria España, según reportes del Registro Mercantil.
Javier obtuvo contratos de uno o dos millones de quetzales por trabajos de mantenimiento en caminos rurales, principalmente.
En 2009, recibió uno de sus primeros contratos grandes. Fue uno de Q41 millones otorgado por el cancelado Fondo Nacional para la Paz (Fonapaz), una institución clausurada por sus múltiples señalamientos de corrupción.
Hasta ese momento, “Tres Kiebres” logró pasar desapercibido a nivel nacional. Pero la violencia le sacó del anonimato.
En 2010, su socio Giovanni España fue asesinado en un ataque con fusiles de asalto y lanzagranadas en el que también murieron cuatro de sus guardaespaldas..
El ataque se atribuyó al grupo de narcotraficantes mexicanos Los Zetas.
Este cartel incursionó en el país en esta época y se dedicó a asesinar a los narcotraficantes locales que no estuviesen dispuestos a colaborar con ellos o volverse parte de su negocio.
Primero mataron a uno de los capos de Zacapa, Juancho León, en 2008. Después, al que se consideró uno de sus sucesores, Giovanni España, en 2010. Y poco después, trataron de asesinar al propio “Tres Kiebres”.
En la crónica Ipala, elecciones en tierra de rudos, publicada en 2015 en Plaza Pública, el entonces candidato a alcalde negó que el atentado que sufrió tuviera que ver con una disputa entre narcos. Dijo que había sido víctima de extorsión por parte de Los Zetas y que estos trataron de asesinarle porque no pagó.
Javier relató así a Plaza Pública lo que, según él, le dijo por teléfono un líder de Los Zetas: “Así en palabras bruscas: ‘te habla la mera verga del comandante de los Zetas, el Z200. Necesitamos que apoyes a la empresa con US$350 mil”.
Un mensaje al cual, según Javier, le siguió un ataque armado que parece salido de una de las películas mexicanas de narcotraficantes que transmite su canal por cable en Ipala Visión.
Según su relato, un comando de los Zetas descendió en helicóptero en la Unión, Zacapa, mientras él se dirigía a supervisar una obra. Le dispararon, sin acertarle, con un lanzacohetes, mientras, con ametralladoras calibre 50, agujereaban su camioneta blindada.
Pese a esto, sobrevivió. Tres de sus hombres de seguridad murieron a su alrededor, pero él fue capaz de tomar el control de su vehículo y arrollar al comando de Los Zetas que le cerraba el paso.
Fue entonces, según su versión, cuando un camión del Ejército que transportaba dinamita lo auxilió.
Aunque fue detenido tras el ataque y estuvo 17 días detenido, Javier no fue acusado de delito alguno y recuperó su libertad.
Después, sufrió más ataques armados, lo que hizo aumentar aún más las sospechas sobre su relación con el crimen organizado.
Pero nada eso afectó a una carrera política que ya estaba en el horizonte.
Boris España, “gallo en cualquier gallinero”
En agosto de 2022 consultado por No-Ficción en los pasillos del Congreso sobre su futuro político el diputado España tenía claro que no se alejaría del Legislativo.
“Tengo varias ofertas, se han acercado a hablar conmigo varios partidos políticos”, decía el congresista tras presentar una iniciativa de ley que facilitaba el uso de armas para disolver manifestaciones.
“¿Sabes lo que dicen en mi pueblo? El gallo es gallo en cualquier gallinero. Y el perico es verde en cualquier lugar”, respondía España sobre la posibilidad de que cambiara por tercera vez sus colores y se postulara por el actual partido oficial, Vamos.
El historial político de España arranca en 2004, oficialmente, con su designación por parte del entonces presidente Óscar Berger, como gobernador departamental de Chiquimula.
Ingeniero agrónomo por la prestigiosa Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, España llegaba a esta posición con la experiencia de ser coordinador departamental del Ministerio de Agricultura (MAGA) en el gobierno anterior.
El programa de entrega de fertilizantes del MAGA a campesinos durante la administración de Alfonso Portillo (2000-2004) fue una primera toma de contacto para el político con las redes clientelares del departamento.
Con un clima seco y escasas tierras cultivables, la entrega de dos quintales de fertilizantes a los agricultores era una moneda de cambio que alcaldes y diputados ejercían con la población con éxito.
España llegó al cargo de gobernador departamental durante la presidencia de Berger y pese la llegada al poder de un nuevo gobierno, el de Álvaro Colom, en 2008, se quedó al frente del Programa de Apoyo a la Reconversión Productiva Agroalimentaria del MAGA entre el 2008 y 2010.
También encabezó el fondo del Consejo de Desarrollo Urbano y Rural Departamental de Chiquimula.
Aquí su influencia subió un escalón. Pudo comenzar a influir en la asignación de obras de infraestructura en las alcaldías.
El salto de España a la política nacional llegó cuando se postuló con el Partido Patriota (PP) a una diputación por Chiquimula en las elecciones de 2011.
España obtuvo su curul y se integró al entonces partido oficial, durante la presidencia de Otto Pérez Molina.
En 2012 el aún novato diputado Boris España se estrenaba como congresista en la facción del PP a fin a la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti. Era lo que se conocía como un “Roxyboy”
Es por esta cercanía a la figura de Baldetti que a España le alcanza su primera acusación por corrupción.
La investigación fue presentada en 2019 por la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y recibió el nombre de Subordinación del Legislativo al Ejecutivo.
En esencia, según la investigación, España fue uno de los diputados que, entre 2012 y 2015, coordinaba el reparto de sobornos en el Congreso a cambio de votos para ciertas leyes, como una que benefició a la compañía telefónica Tigo.
Poco después, estalló otro caso impulsado por la FECI y CICIG que de nuevo salpicó al diputado España.
Se trata del proceso conocido como Asalto al Ministerio de Salud. La investigación detalla que el congresista, durante el gobierno del PP, propuso al entonces ministro de Salud, Jorge Villavicencio, un funcionario también afín a Baldetti, la construcción de un hospital en Esquipulas, Chiquimula.
El proyecto, de Q84.68 millones, fue licitado y adjudicado a la empresa Arco Proyecciones S.A.
Según las declaraciones testimoniales recogidas en la investigación, el proyecto se aprobó a cambio de una comisión del 20 por ciento del valor del contrato, unos Q16.93 millones.
Este soborno se repartió entre los altos funcionarios de la cartera de Salud y el propio diputado España. A él le correspondió una comisión del cinco por ciento, alrededor de Q4.23 millones.
La fiscalía solicitó retirar la inmunidad de España para poder ser procesado por estos dos casos.
Sin embargo, quienes tenían que decidir sobre la cuestión eran los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Los mismos magistrados que España ayudó a designar con sus votos en 2014 y que decidieron que el diputado conservara su inmunidad.
Un alcalde y diputado llamado 3K
Un nuevo ataque armado marcó el inicio de la carrera política de Javier.
A mediados de 2013, el empresario salió ileso de otro intento de asesinato gracias a la protección de su equipo de seguridad.
“Tres Kiebres” señaló entonces al diputado de Líder, Baudilio Hichos, un veterano legislador de Chiquimula, de estar detrás del ataque.
La confrontación con Hichos definió esta etapa para Javier.
Hichos era un auténtico caudillo local. Fue un alto mando de la Guardia de Hacienda, un cuerpo de seguridad fronteriza que también se implicó en desapariciones forzadas por motivos políticos y limpieza social. Sus actividades llegaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso conocido como de la Panel Blanca.
De la policía, Hichos pasó a la política. Se mantuvo 25 años en el Congreso, siempre representando a Chiquimula y siempre saltando de partido en partido. Primero la Unión del Cambio Nacional (UCN). Después, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) y al fin Líder.
En 2015 Javier se postuló a la candidatura de alcalde de Ipala, por el comité cívico MILPA.
De esta forma, desafió a un aliado de Hichos, el alcalde de Ipala durante 17 años, Roel Pérez Argueta, quien se postulaba por Líder, al igual que Hichos.
En este contexto ocurrió el ataque contra “Tres Kiebres”.
Sin embargo, este intento de asesinato no solo no logró intimidarlo, si no que quien comenzó a denunciar amenazas de muerte fue su rival. Pérez Argueta llegó a anunciar incluso que se retiraba.
Javier siempre negó estas acusaciones y aseguró que todo surgió después de que, en uno de sus mítines, él logró duplicar el número de asistentes convocados por su rival.
Para entonces, su nombre ya era abiertamente asociado al narcotráfico a nivel nacional.
En un informe de 2015 llamado el Financiamiento de la Política en Guatemala, la CICIG mencionó a Javier como un caso de estudio sobre la relación entre crimen organizado, constructoras y elecciones.
“Hay participación directa de integrantes de grupos criminales como candidatos a cargos de elección, un caso paradigmático en estas elecciones es el que se presenta con Esduin Jerson Javier Javier, conocido como ‘Tres Kiebres’”, dijo el comisionado de CICIG, Iván Velásquez.
A pesar de ello, Javier arrasó en su primera participación. Ganó con el 70 por ciento de los votos. Después se reeligió en 2019. En esos comicios solo un candidato se atrevió a competir en su contra. “Tres Kiebres” casi triplicó los votos de su rival.
Dos años después, en 2021, la fiscalía contra la narcoactividad presentó un caso en el que se acusaba al alcalde de integrar una estructura llamada “Los Ipala”.
Este grupo, según la investigación, cometió un triple crimen en Ipala en 2020, además de dedicarse a traficar drogas y lavar dinero.
La fiscalía solicitó que se le retirara la inmunidad al alcalde para ser procesado. Javier, sin embargo, logró retardar el proceso hasta el siguiente ciclo electoral, el actual.
En estos comicios, “Tres Kiebres” vio la oportunidad de saltar al Congreso y dejar la municipalidad en manos de su hermano Lusvin.
La muerte de Hichos, quien también fue acusado en un caso de corrupción CICIG y falleció en la pandemia, abría las puertas a la emergencia de un nuevo cacique en el departamento.
Javier estaba listo para dar el paso a escala nacional. La oferta para ocupar una diputación llegó del nuevo partido de un viejo conocido.
El partido es Cambio, una agrupación formada por los hijos de Manuel Baldizón, el mismo político que creó Líder, el partido que amparó a Hichos en sus últimos años.
Boris España un diputado que sobrevive
Tras el vendaval de casos de corrupción que condujeron a la caída del gobierno del PP y la posterior cancelación de la agrupación, el diputado España hizo su primer cambio de partido.
El legislador logró reelegirse por primera vez en 2015 por el PP. Pero poco después de asumir, se declaró independiente y se volvió el subjefe de un bloque de congresistas sin bandera a la espera de un nuevo fichaje.
Primero se acercó a los integrantes del Movimiento Reformador (MR), agrupación del exministro del PP, Alejandro Sinibaldi. Pero como este se encontraba prófugo de la justicia por casos de corrupción, buscó espacio en el partido Todos. Esta agrupación es dirigida por el diputado Felipe Alejos Lorenzana, quien también está señalado en casos de corrupción, pero ha logrado mantener su inmunidad.
España logró su tercer periodo en las elecciones de 2019 representando al partido Todos.
Es durante esta última legislatura que España se erige en una de las fuerzas del llamado “pacto de impunidad” para evitar el avance de los casos de corrupción que impulsaron CICIG y FECI.
Un “pacto” del que él mismo se ha beneficiado y que le ha conducido, entre otras cosas, a evitar que las CSJ sea renovada, a pesar de que lleva ya cuatro años con su periodo vencido.
Además, irónicamente, tras dos intentos de retirarle la inmunidad por casos de corrupción, España integró junto a otros colegas de Todos, la comisión de Reformas al Sector Justicia entre 2020 y 2021.
Con estos antecedentes, el legislador fue incluido en junio de 2021 en el programa de sanciones estadounidense contra figuras corruptas o antidemocráticas conocido como Lista Engel,
El Departamento de Estado justificó su inclusión por considerarlo “implicado en actos de corrupción, incluidos sobornos e interferencia con los procesos públicos, que menoscabaron la estabilidad de las instituciones democráticas de Guatemala”.
Ahora, en 2023, tras ser el electo por su tercer partido para su cuarto periodo, el diputado España se encontrará en el Congreso con un nuevo representante de Chiquimula. El legislador incluido en la Lista Engel y dos veces acusado por CICIG, representará al departamento junto a un hombre acusado de narcotráfico y conocido como “Tres Kiebres”.
