A Martín Toc le retumba la idea de buscar la silla presidencial. Aún no tiene la edad, según la Constitución, pero afirma que está en “veremos” para una candidatura como diputado y que le llama más la atención el listado nacional que el distrital. No se considera de derecha ni de izquierda, ambos conceptos le ofenden, para él la lógica es lo comunitario o, como él dice, lo comunal.
Son las siete de la mañana en la aldea Paxtocá, Totonicapán. Todos ya están de pie, varios hombres laborando en el campo, pues la milpa necesita ser atendida. Allí, en ese lugar, reside uno de los políticos que en las próximas elecciones puede dar de qué hablar. Se trata de Martín Toc, expresidente de 48 Cantones de Totonicapán, un joven indígena que no ha pasado desapercibido. Un discurso en el que encaró al presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, en 2021 a raíz del regreso a Totonicapán de la silla de Atanasio Tzul, que hasta ese momento se encontraba bajo el resguardo del Museo Nacional de Historia, lo colocó en el radar de la política, y de los políticos.
Toc recuerda aún el discurso del 12 de julio de 2021, eran pasadas las 2:20 pm y él comenzaba: “Muy buenas tardes autoridades, buenas tardes señor Presidente, durante tres días pensé en estar o no estar, pero leo la historia de Atanasio Tzul y trato de entender lo que realmente él buscaba: el sueño de tener un país con justicia, un país de oportunidades. Para algunos es solo una silla, pero para Atanasio Tzul representaba el lugar donde él se sentaba a pensar y reflexionar. Hoy después de 201 años, los 48 Cantones seguimos más fuertes y convencidos de que este país merece una oportunidad donde nos sintamos libres”, dijo Tzul en aquella ocasión.
“Señor Presidente yo recuerdo cuando usted en la elección pasada caminaba solo en la ciudad de Totonicapán. En esa oportunidad seguramente nadie diría que usted sería presidente, yo lo vi en el parque de Totonicapán solo, y hoy la historia, y con el permiso de los abuelos, señor Presidente, denos la oportunidad de construir un país, un país para todos, el país que nos merecemos”, dijo Toc. Después de ese discurso, las llamadas telefónicas y los ofrecimientos a participar en la palestra política empezó aparecer.
Toc es joven, apenas tiene 37 años, nació en 1985. Y, según el artículo 185 de la Constitución, por ahora no puede optar a ser presidente, eso va pasar hasta que cumpla los cuarenta años.
Para Toc no hay prisa, para él los tiempos son los indicados y cuando llegan esos tiempos, de los cuales él habla, se deben aprovechar para hacer las cosas bien. Por el momento se está autoformando, no tiene ningún asesor político. Allí, desde su natal Paxtocá, la idea de ser presidente le retumba. No quiere ser alcalde municipal y una diputación es incierta.
«Por ejemplo, toda la vida hemos comido frijoles, pero ¿qué pasa si un día comemos pasta? ¿y si nos gusta? ¿Y luego regresamos al frijol?», Martín Toc.
En la mesa de su escritorio, que utiliza para trabajar, tiene una montaña de libros que desarma y convierte en un abanico de títulos: “Disidencia y disciplina”, de Alejandra Colom; “La gerencia efectiva”, de Peter F. Drucker; “Liderazgo que perdura en un mundo que cambia”, de John Haggai; “Crash: Cómo una década de crisis financieras ha cambiado el mundo”, de Adam Tooze. Y allí, medio escondido, un ejemplar de “Ensayo general de la violencia política en América Latina”, de Eduardo Galeano. “¿Por qué lee?” “Me quiero preparar, siempre me he autoformado”, cuenta Toc en la comodidad de su oficina, un cuarto blanco con escritorios, folders, equipo de cómputo, sillas y un legajo de hojas de papel bond.
Antes de comenzar con la entrevista, Martín Toc hace varias reflexiones en torno a la política nacional. Suena muy emotivo, sonríe poco y dice con potestad: “La nueva generación de indígenas tenemos más acceso a información, estamos viendo a futuro, y necesitamos replantear el desarrollo de nuestras comunidades con base a nuestra identidad”.
“Estoy sacando mis propias teorías y llego a la conclusión de que los gobiernos han sido creados como una forma de control global, no es esa idea de que los gobierno respondan a las necesidades de la gente”, dice Toc, quien asegura que no hemos tenido la oportunidad de vivir en un gobierno distinto, y democrático. “Por ejemplo, toda la vida hemos comido frijoles, ¿pero qué pasa si un día comemos pasta ¿y si nos gusta? ¿Y si luego regresamos al frijol?”, añade.
P- El regreso de la Silla de Atanasio Tzul a Totonicapán fue un evento que trascendió. Además, su discurso contra la política y gobierno de Giammattei lo puso en el radar, no solo en las redes sociales, sino que también como un líder indígena joven y con nuevas ideas. ¿Qué hace ahora después de presidir a los de 48 cantones de Totonicapán?,¿qué le dejó ese año (2021)?
R- Cuando terminamos el servicio comunitario, tenemos una etapa de adaptabilidad a la realidad donde, después de un año asistiendo a la comunidad, uno regresa, en teoría, a la vida normal. El servicio comunitario es parte de la vida, pero no es algo que transforma tu futuro. El ritmo de llamadas y mensajes en el celular se redujeron, ya no hay presión, y uno regresa a lo que comúnmente hace.
Terminando el servicio, entre enero y febrero, la mayoría sentimos la resaca del servicio y podemos aterrizar a la vida normal.
Ahora bien, tengo un problema. En esta fase no he definido qué voy hacer, cuál es mi campo. Tengo una tendencia a pensar en negocios, por ejemplo: un proyecto de restaurante, un proyecto de ecoturismo en mi comunidad; pero también está la etapa política que no está muy clara. Hay una visión definida, pero eso hace que piense en la siguiente fase de mi vida. El tuit del 17 de enero 2022 le dio otro giro a mi realidad.
Les compartí mi número y correo para leer sus recomendaciones y lo importante que sean parte del equipo que vamos a formar. SALUDOS.
— Martín Toc (@Wechalal) January 17, 2022
Analizando el panorama político y el contexto democrático, vemos que los tiempos no son alentadores, ni este año ni para el otro. Además, los pueblos están actuando de manera dispersa. Por ejemplo, dentro de 48 Cantones hay una ruptura. ¿Qué pueden hacer los pueblos para que se cumpla la premisa: “Que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que nos seamos ni uno ni dos de nosotros, sino todos”?
Primero, 48 cantones tiene su propia dinámica interna, nos nombran para el desarrollo de nuestra comunidad y eso nos absorbe el tiempo. Dedicarnos a la comunidad, y a incidir a nivel nacional, es complicado por la falta de recursos, porque no los hay. No disponemos de un salario o fondos para movilización, eso no existe.
Dos: se depende de una asamblea, allí se dictaminan muchas cosas. En una asamblea todo es consensuado. Si las cosas no se hacen bien, te quitan. 48 cantones es tan difícil y fácil, tiene la fuerza de convocatoria, pero siempre se debe consultar.
Ahora, en lo que sucede en lo interno hay que indagar. Hay muchas especulaciones también, pero la asamblea siempre tiene conocimiento de lo que pasa, porque todo debe pasar por la asamblea, nada queda fuera.
48 cantones ha sido por años una fuerza que está allí, a veces despierta, a veces no. Y, en ocasiones, las respuestas son tardías a los sucesos coyunturales del país. ¿Qué ha pasado con 48 Cantones en los últimos años? ¿Usted cree que se ha filtrado la política tradicional? ¿O, a partir del suceso de Alaska, con el asesinato de 6 campesinos el 4 de octubre de 2012, los líderes han medido de cierta forma sus acciones públicas?
Bueno, 48 cantones se ha consolidado en sus comunidades, no estamos resilientes al actuar nacional, no se ejerce una posición política, es una posición de desarrollo desde lo local. Es un pequeño gobierno que atiende cosas de su comunidad.
¿Cómo se identifica; derecha, izquierda, centro?, ¿o ninguna de esas?
Hablan de izquierda y de derecha, yo no indago en esos conceptos ideológicos, esos son conceptos occidentales, de fuera. Yo me baso en que soy comunitario, me identifico como comunitario. Pero aquí, en Guatemala, es fácil que cuando te ven morenito, chaparrito, te dicen que eres de izquierda, o comunista, así lo percibo.
«Hablan de izquierda y de derecha, yo no indago en esos conceptos ideológicos, esos son conceptos occidentales, de fuera», Martín Toc.
¿Qué piensa de los líderes indígenas de Guatemala, por ejemplo, de la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, o los hermanos Pop, fundadores del partido indigenista Winaq? ¿Cree que se deben renovar esos líderes?, ¿o siguen vigentes?
Cada generación cumple una función dentro del ciclo de vida. Ellos habrán hecho sus luchas, y sus esfuerzos hacen que hoy tengamos más acceso y más visibilidad como pueblos indígenas.
Cada quien debe cumplir su ciclo, ellos más que nadie lo saben, y no es que alguien diga que dejen la silla. Lo cíclico es que vendrá nueva gente a ocupar los espacios y asumir el rol. Y ese es el desafío del nuevo liderazgo indígena, asumir la responsabilidad sin quitar a las personas. Hoy estás, pero mañana vendrán otros con más fuerza.
Ahora el indígena sacó su cabeza. Para algunos es ilógico que hoy en día un indígena quiera ser presidente, hasta esa idea parece absurda pero, ahora, ya hay.
Si nos ponemos a hacer un listado de partidos políticos que están en las luchas de los pueblos indígenas quizás sean dos o tres. ¿Qué les hace falta a los partidos políticos para poder aglutinar a los pueblos indígenas? ¿Cómo ve históricamente la participación política de los pueblos originarios en Guatemala?
Bueno, primero saber que no ha nacido un líder capaz de poder aglutinar a los pueblos, hace falta alguien.
Lo otro es reconocer la parte histórica. A los indígenas nos ha faltado tener confianza en nosotros mismos. Por ejemplo, creer que un indígena puede dirigir este país. Lo otro es reconocer que el sistema no nos ha permitido acceder a formación para ser competitivos, tenemos una desventaja histórica que no podemos ocultar.
Yo siempre uso el ejemplo de Nelson Mandela, por el hecho de que hay una historia marcada del pasado. Pero debemos entender el sistema. En vez de generar ese nivel de conflictividad, es el momento de replantear cómo resolver las necesidades urgentes de nuestra gente.
No se le ha visto participar públicamente con algún grupo. ¿Por qué no ha tomado partido en esta coyuntura? Ha estado un poco ajeno, ha sido más un líder opinando desde las redes… ¿Eso le funciona?
La decisión para ir con un partido político es muy especial, siento que mi cultura o la forma de mi crianza ha sido que todo debe de ir paso a paso. Medito las cosas y también tomar la decisión es algo formal. Hasta el momento tengo pláticas con dos partidos políticos donde siento que encajo. Quiero llegar a un espacio para construir el plan de gobierno y no donde me utilicen para sumar votos, a mí eso no me gustaría.
¿Puede decir con qué partidos políticos sostiene pláticas?
No. Porque eso me generaría compromisos.
Winaq, MLP y, a medias, URNG, han sido partidos que tienen una trayectoria de defender la postura de pueblos indígenas. ¿Usted se sumaría a uno de esos partidos políticos? ¿O hace falta una nueva figura y propuesta para poder aglutinar a los distintos pueblos?
Por el momento no, pero como no hay nada definido, lo que intento es conocer e indagar sobre ellos, conocerlos. El MLP es un movimiento antisistema, pero siempre digo que el desafío es llegar a gobernar con capacidad.
«Hay indígenas que quieren ser aceptados en algunos círculos, pero, ojo, también hay indígenas que utilizan el racismo y la discriminación, y eso les genera ingresos», Martín Toc.
Todavía no tiene la edad para ser presidente, según la Constitución, pero cuénteme si considera su candidatura y por qué quisiera ser Presidente. ¿Qué cambiaría desde el Ejecutivo? ¿Usted marcará alguna diferencia?
Sí llegara al cargo de presidente, la gran utopía de mi corazón es regresar como Mujica, volver tranquilo a mi comunidad. Yo valoro mucho no andar con temores, me gusta ir en un bus o en carro.
Bueno, me estoy preparando para el 2027 y, llegando, haría lo que dice la Constitución. Allí está todo. El problema es que no han cumplido lo que dice, es fácil: garantizar el bien común de sus habitantes, punto.
Yo no pienso en los votos como prioridad, pienso presentar propuestas de cómo queremos el país y cómo lo vamos hacer. Encontrar cosas congruentes y no un espacio de popularidad. Indagar en cómo funciona este país, esa es la necesidad de ahora. Tampoco estoy obsesionado por ganar. Voy a participar, pero voy a prepárame con la certeza de que si las circunstancias se dan, y pueda ganar, voy a tener la capacidad para estar ahí.
Ahora bien, la responsabilidad social la siento muy fuerte, hay mucha gente que me dice que tome una buena decisión. Otro tema es la diputación. Estamos en veremos, están las propuestas, pero no me veo como diputado distrital, quizás por listado nacional.
Es muy interesante hacer un mapeo de políticos, indagar en cómo están los líderes en Latinoamérica, por ejemplo los presidenciables. Observo, por ejemplo, a Pedro Castillo de Perú (Castillo es presidente de Perú desde 2021). Para mí lo de él fue muy impactante, y recuerdo la entrevista que le hizo Fernando del Rincón. Le preguntó: “¿usted no lo tenía previsto, usted no estaba preparado (para llegar a la presidencia)?”. Y la respuesta de Castillo fue: “Estamos a prueba y error”. Esa respuesta de Catillo me dejo en shok. Aquí el mensaje es: hay que preparase, que pueda pasar al ganar, hay que llegar preparados.
¿Cree en la refundación del Estado? ¿Qué opina de las propuestas de un Estado Plurinacional?
Debato el Estado Plurinacional, es que ya lo somos, no entiendo por qué queremos que nos reconozcan. ¿A quién le debemos pedir permiso que somos un Estado Plurinacional? Somos ya un Estado Plurinacional, no necesitamos que este sistema nos lo diga en un papel.
Cuando hablan de la refundación del estado, lo primero es que no hemos intentado aplicar los acuerdos que se han establecido desde la Constitución Política de la República, hay que hacer el esfuerzo por aplicar la Constitución para luego decir si funciona o no.
En estos tiempos ¿Qué piensa del racismo en Guatemala?
Yo lo he sentido, sé de qué círculo soy y a cual no voy a pertenecer. Soy indígena, soy moreno, esa es la certeza de dónde estoy y dónde no voy a pertenecer. Estoy tranquilo y no me complico en aspirar que me acepten en un espacio.
Jugué un año en la selección de voleibol de Totonicapán. Sentí la excusión, primero se ríen porque eres bajito, pero ya he madurado mucho. Hay indígenas que también discriminan, por ejemplo, desde el posicionamiento económico, si tenes un buen carro o no.
Hay indígenas también que quieren ser aceptados en algunos círculos, pero, ojo, también hay indígenas que utilizan el racismo y la discriminación, y eso les genera ingresos.
«¿A quién le debemos pedir permiso que somos un Estado Plurinacional? Somos ya un Estado Plurinacional», Martín Toc.
¿Qué opina del comentario del presidente Alejandro Giammattei sobre un grupo indígena que planean derrocar? (El pasado 26 de mayo el presidente Alejandro Giammattei en una publicación de la Fundación Heritage acusó al embajador estadounidense en Guatemala, William Popp, de reunirse con líderes indígenas para derrocarlo).
Él no se quita de la cabeza a los indígenas, Giammattei lo que demuestra con eso es miedo.
Hay una elite indígena. ¿Ven a Martin Toc como alguien que los quiere desplazar?
Bueno, si queremos hacer algo necesitamos trabajar juntos, no hay de otra. Es decir, somos indígenas, pero eso no significa que vamos a estar de acuerdo en todo. Pero sí, siento que hay un sector que piensa eso. Ven la amenaza, pero también la fortaleza de Martin Toc.
¿Qué opina sobre la élite tradicional de Guatemala, sobre todo en su faceta de sector empresarial organizado? ¿Se le han acercado con alguna propuesta o ha tenido pláticas para llevar a cabo un proyecto de país?
Bueno, la élite tradicional tiene intereses en común, y eso los hace estar unidos. Hemos platicado con ellos, pero ha sido de manera sana, y en ningún momento de presión. Me han escuchado, los he escuchado, y siempre les digo lo que pienso. Soy de palabra y siempre les digo que pongan las cosas sobre la mesa.
Muchos piensan que Martín Toc es la estrategia del sector privado para bajarle votos a Thelma Cabrera. Fueron conclusiones que la gente hizo. Pero hay que ser más lógicos, si fuera cierto, debieron hacer el análisis de mi edad.
En Bolivia el MAS llevó a un indígena a la presidencia (Evo Morales), ahora bien, Guatemala es el país con el mayor porcentaje de población indígena, más del 42% ¿Por qué no ha sucedido algo así aquí?, ¿hay algo que esté fallando?
Lo que hace falta es un poco de tiempo para que nos podamos unir, todo tiene su tiempo, así lo dice el Pop Wuj. Desde la cosmovisión maya se dice: todo llega a su tiempo. Ahora es de prepararse para que cuando llegue el tiempo, se aproveche el momento.
Interesante, mi primera notificación de TSE.
— Martín Toc (@Wechalal) March 29, 2022
Mucho por aprender de las leyes de este hermoso país. pic.twitter.com/H1SjLoMtzc
El pasado 29 de marzo le llegó una notificación de parte del TSE para que usted aclarara unas publicaciones que había realizado en su perfil de Facebook ¿Qué publicaciones eran? ¿Hizo la aclaración? ¿Qué opina del TSE y de su papel respecto a las elecciones del 2023?
No entiendo lo que pasó con el Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero quizás vieron mi ejercicio comunitario como campaña anticipada. Eso es lo que entiendo. No lo sé, yo envíe la respuesta en los cinco días de plazo, después ya no supe nada.
¿Cree que Guatemala vive un retroceso democrático? ¿Considera que hay una cooptación sistemática de los tres poderes del Estado y de varias instituciones clave como el Ministerio Público?
No hemos vivido en democracia como tal para entender la diferencia.