Desde Quetzaltenango y Huehuetenango, una estudiante, maestra y madre de familia, comparten su experiencia sobre la importancia de hablar abiertamente de la menstruación. Coinciden en que tanto en el hogar como en las aulas es fundamental tratar este tema para que las niñas lo comprendan sin vergüenza. Para ellas, normalizar la menstruación fortalece la confianza y promueve una educación libre de tabúes.
Este reportaje forma parte del especial 28 días, una serie de entrevistas con mujeres que comparten su visión sobre este ciclo menstrual.
Hablar de la menstruación de manera abierta y educativa es clave para que las niñas vivan esta etapa con confianza. Sandy, estudiante de 15 años, cuenta cómo el apoyo de su familia la ayudó a entender su cuerpo y sentirse preparada. La maestra Maricela destaca la importancia de abordar el tema en las aulas desde un enfoque educativo y libre de prejuicios, mientras que Elsa, madre de familia y miembro de la Colectiva Actoras de Cambio, relata cómo preparó a su hija desde los cinco años para que viviera este proceso sin miedo.
“No es fácil hablar de cómo nos afecta la menstruación emocional y físicamente”
Sandy Martinez es una estudiante de 15 años que asiste a un instituto para mujeres en Quetzaltenango. En esta entrevista, relata su experiencia personal con la menstruación desde niña, cómo la ha afectado emocional y físicamente, y la importancia que le da al diálogo y la educación sobre este tema en su entorno familiar y escolar.
P- ¿Cómo fue tu experiencia al aprender sobre la menstruación? ¿Estabas preparada cuando te vino por primera vez?
R- Siento que si me habían preparado bien para el tema porque convivo con mis hermanas y con mi mamá, y me hablaron sobre el caso, pero por lo mismo que muchas personas no lo normalizan, yo tampoco lo hacía porque me daba vergüenza hablar de ello. Sin embargo, ahora entiendo que es algo completamente normal. Las maestras nos preparan bien, aunque al principio no estaba muy segura de cómo usar una toalla higiénica, pero con el apoyo de mi mamá y mis hermanas, fui aprendiendo poco a poco.
P- ¿Cómo te ha afectado la menstruación en tu vida diaria y en la escuela?
R- Algunas veces la menstruación puede impactar nuestra vida escolar, especialmente cuando sentimos dolor o incomodidad, lo que lo hace más difícil. Sin embargo, muchas veces no hablamos de ello porque tememos ser juzgadas. En mi caso, ha sido más fácil porque estudio en un colegio solo de mujeres.
P- ¿Dónde estabas cuando te vino por primera vez y cómo fue la experiencia?
R- Yo estaba en mi casa, y creo que fue una suerte, porque si hubiera estado en la escuela, hubiera sido traumático al no saber qué hacer. Por suerte, tenía el apoyo de mi hermana, quien me ayudó en ese momento.
P- ¿Te sientes cómoda hablando de la menstruación en la escuela y con tus maestras?
R- Aunque las clases de biología o educación sexual no siempre tocan mucho el tema, siento que la información es técnica y falta hablar más sobre cómo nos afecta emocional y físicamente. Creo que es importante que todas las personas, no solo las mujeres, entendamos este proceso para que no sea algo incómodo o vergonzoso. Mis maestras ahora tienen la libertad de hablar más abiertamente del tema, lo cual es positivo.
P- ¿Con quién te sientes más cómoda hablando sobre estos temas en casa?
R- No le tengo la suficiente confianza a mi mamá para contarle mis cosas en este sentido. Prefiero hablar con mis hermanas, quienes siempre me han acompañado y enseñado desde pequeña. Con ellas tengo la confianza de decirles lo que me pasa.
“Es muy importante que las niñas conozcan y entiendan su ciclo menstrual”
La maestra Miricela Pineda, con más de 25 años de experiencia en la enseñanza, ha trabajado en diversas instituciones educativas y actualmente imparte Ciencias Naturales en un instituto para mujeres de Quetzaltenango. En esta entrevista, habla de su experiencia sobre cómo aborda el tema de la menstruación con sus alumnas y los desafíos que ha enfrentado en el proceso.
P- ¿Ha encontrado algún obstáculo para hablar del tema de la menstruación en la escuela o se le ha permitido abordar este tema sin complicaciones?
Hasta ahora, no he tenido dificultades para abordar el tema de la menstruación en las clases. Afortunadamente, en nuestro libro de texto, que nos proporciona el Ministerio de Educación, ya se incluye este tema, lo que nos permite tratarlo sin problemas. Aunque algunas alumnas tienen dudas, las resolvemos durante el proceso de enseñanza. Incluso he notado que muchas niñas ya han pasado por esta etapa y están muy atentas a la información.
P- ¿Qué reacción ha observado en las niñas cuando hablan sobre la menstruación por primera vez?
Hay algunas niñas que no reciben orientación en casa sobre este tema. Al empezar a hablar de la menstruación en clase, muchas muestran interés porque es un tema que les llama la atención, especialmente porque están en sus primeras etapas de este proceso. A veces, no se animan a hacer preguntas delante de sus compañeras, pero se acercan después para consultarme.
Les digo que, si tienen dudas y no quieren exponerlas frente al grupo, pueden venir a mí individualmente, y si se acercan.
P- ¿Ha notado cambios en cómo se aborda el tema de la menstruación con el tiempo?
Este es mi primer año impartiendo Ciencias Naturales, así que no puedo comparar con años anteriores, sin embargo, antes de que yo tomara este curso, la profesora anterior ya tocaba el tema de la menstruación con las niñas. Aunque no sé si en los libros de texto anteriores se incluía esta información, siempre ha sido algo que se ha discutido en nuestra institución.
P- Desde su perspectiva, ¿qué importancia tiene que las niñas reciban esta información en la escuela?
Es muy importante que las niñas conozcan y entiendan su ciclo menstrual. El libro de texto que usamos incluye un calendario para que ellas puedan seguir sus fechas. Les enseñó que la menstruación ocurre aproximadamente cada 28 días, y que no siempre caerá en la misma fecha exacta cada mes. Esta información les ayuda a sentirse más preparadas y a comprender mejor los cambios que experimentan.
“Enseñé cómo cuidarse y le transmití que no hay nada de qué avergonzarse”, Elsa Rabanales
Elsa Rabanales es una mujer de 31 años, madre de dos hijas de 14 y 6 años, y forma parte de la colectiva Actoras de Cambio en Huehuetenango que trabaja en temas de sanación, educación sexual y creación de redes en comunidades. Desde su experiencia personal y como madre, ha promovido el diálogo abierto sobre la menstruación, buscando romper tabúes y ofrecer un espacio de confianza para las niñas.
P- ¿Cómo fue su experiencia personal con la menstruación y cómo influyó en cómo aborda el tema con su hija?
Cuando era niña, mi mamá no me habló directamente sobre la menstruación. Solo hacía referencia a ciertas cosas, pero no había confianza para decirle lo que sentía o me estaba pasando. En mi juventud, me asusté mucho cuando, después de tres meses de menstruar por primera vez, ya no me bajó. No sabía qué decirle a mi mamá y tuve miedo de estar embarazada sin haber tenido relaciones. Finalmente, acudí al médico, quien confirmó que era un problema de quistes.
Con mi hija, decidí hacerlo diferente. A los 5 o 6 años empecé a hablar con ella sobre esto, explicándole que era parte de su cuerpo y un proceso natural. Cuando tuvo su primera menstruación a los 10 años, aunque fue muy joven, ya sabía qué esperar. Le enseñé cómo cuidarse y le transmití que no hay nada de qué avergonzarse.
P- ¿Cómo logra crear un espacio de confianza con su hija para hablar de estos temas?
Desde pequeña, le expliqué que la menstruación es algo normal y necesario para el cuerpo. Ahora, cuando le llega, me dice: ‘Mami, ya me bajó’ o ‘fíjate que me pasó esto’. También le enseñó que puede acudir a un médico o ginecólogo si es necesario. Es importante que las niñas tengan herramientas y se sientan apoyadas.
Además, aunque ahora que es adolescente es más reservada, intento mantener el diálogo abierto y le digo que cualquier cosa que necesite puede confiar en mí.
P- ¿Qué cree que ha cambiado en la manera de hablar de la menstruación en las comunidades?
En mi comunidad, todavía hay muchas limitaciones para hablar de estos temas. He visto casos de niñas embarazadas desde los 13 años, lo que refleja la falta de información y diálogo. A nivel comunitario, los tabúes y las creencias religiosas siguen siendo un gran obstáculo. Sin embargo, desde la colectiva hemos tratado de impulsar el cambio, aunque aún hay resistencia.
P- ¿Qué mensaje le daría a otras madres sobre la importancia de hablar de la menstruación?
R- Es importante aprender a comunicarnos con nuestras hijas desde el amor, escucharlas antes de imponer lo que pensamos. Muchas veces, creemos que como madres sabemos todo, pero debemos reconocer que también podemos aprender de nuestras hijas.
Finalmente, mientras más temprano podamos conversar sobre estos temas, más oportunidades creamos para que las niñas enfrenten la vida con confianza y conocimiento.