El 25 de junio, los integrantes del movimiento progresista Semilla protagonizaron hechos extraordinarios que seguramente nadie podrá explicar del todo. En una jornada electoral inesperada, recibieron apoyo masivo en el departamento de Guatemala, se convirtieron en la tercera fuerza del Congreso, estuvieron cerca de ganar la alcaldía capitalina y lograron colocar en segunda vuelta a un candidato presidencial al que las encuestas ubicaban en octavo lugar. Todo sucedió durante algo más de 12 horas, de las que No Ficción fue testigo.
Texto: Jovanna García / Foto: Jeff Abbott / Diseño: Diego Orellana / Edición: Asier Andrés
11:12 am: Colegio La Patria, zona 2
Bernardo Arévalo el candidato a la presidencia del Movimiento Semilla, acaba de llegar a su centro de votación, en la zona 2 capitalina. A diferencia de otros candidatos, él no va rodeado de guardaespaldas. Tampoco ha atraído a decenas de periodistas, como les suele suceder a los políticos punteros en las encuestas. Arévalo, un sociólogo, antropólogo y ex diplomático de 64 años que aspira a la presidencia por primera vez, no se encuentra en el grupo de tres o cuatro políticos que se espera pasen a segunda vuelta.
Si se les preguntase, muchas personas que están votando hoy, no podrían mencionar alguna de sus promesas electorales o algo notable que haya sucedido durante su campaña; aciertos o errores que haya cometido Arévalo desde que es candidato.
En un panorama con más de 20 rivales, la suya ha sido una campaña no muy llamativa, que ha tenido más presencia en redes sociales como Twitter, que en medios masivos.
Arévalo llega al centro de votación en su carro blanco, acompañado de su madre, su esposa y uno de sus nietos.
Al bajar de su vehículo al primero que abraza es a Samuel Pérez, el joven diputado que ha sido su compañero de bancada durante los últimos cuatro años.
Ambos llegaron al Congreso en las elecciones de 2019, cuando Semilla dio la sorpresa, logró elegir siete diputados y se convirtió en el partido más votado en el área metropolitana de la capital.
Al bajarse de su carro, algunos periodistas, buscan declaraciones y fotografías de Arévalo. Pero él pide un momento. “Primero son los deberes familiares” dice, mientras abre el baúl de su carro, en cuyas esquinas lleva stickers del Movimiento Semilla.
Arévalo saca del baúl una silla de ruedas, la silla de su madre Margarita de León, de 97 años.
Ella es la segunda esposa que tuvo el expresidente de la Primavera Democrática Juan José Arévalo (1945-1951), quien este año cumpliría 119. La pareja se casó cuando Arévalo estaba en el exilio y de ella nacieron cinco hijos. Uno de ellos es Bernardo que, como su papá, ha sido académico, diplomático y ahora político.
Arévalo carga a su mamá y la sube a la silla de ruedas y juntos se dirigen a la entrada del colegio.
Algunos simpatizantes de Semilla lo esperan. “Antes de que sea presidente” –le dice una mujer que se acerca– y extiende su brazo para tomarse una selfie con él.
¿Cuáles son sus expectativas para esta jornada electoral?, le pregunto.
Arévalo responde sin salirse del guión: “Estamos muy contentos, muy emocionados por todo el apoyo de la gente. Estamos seguros de que esta va a ser una gran jornada para el Movimiento Semilla y para el pueblo de Guatemala”, responde.
Simpatizantes e integrantes del partido le aplauden y Arévalo avanza.
Su mesa es la 184 pero primero ayuda a su madre a votar. “He tenido el privilegio de acompañar a mi madre. Estoy muy entusiasmado porque hemos visto mucho entusiasmo. Eso nos energiza mucho”, le dice a la prensa.
Cruza palabras con un señor de la tercera edad que deposita sus papeletas mientras él recibe las suyas.
Arévalo es serio, pero hace pausas para que los periodistas y fotógrafos presentes puedan documentar el momento.
El señor votando antes que él se le queda viendo y él se voltea y le dice “perdón que me tarde, señor, pero así me toca”. Luego se va.
Fuera del Colegio La Patria le esperan Karin Herrera, la vicepresidenciable que el partido invitó al binomio. Herrera es una química y bióloga, investigadora en la Universidad de San Carlos, que nunca había participado en política electoral.
Afuera está también Ninotchka Matute, una arquitecta y urbanista de 56 años, también recién llegada la política, que compite por la alcaldía capitalina representando a Semilla.
Además, de ellos dos también esperan a Arévalo, las candidatas al Congreso Andrea Villagrán, Andrea Reyes, Patricia Orantes y Marcela Blanco; y algunos de sus asesores principales como el jefe de campaña Justo Pérez.
Ahora, todos se reúnen para acompañar a la candidata a la vicepresidencia, Karin Herrera, a votar.
12 am: Escuela Cáceres Lenhoff, zona 14.
El grupo de vehículos cruza la ciudad, de norte a sur, para llegar a la escuela Cáceres Lenhoff, un centro de votación muy calmado y de afluencia mediana, situado cerca de una de las zonas más ricas de la capital.
Son menos de 10 kilómetros, pero, como suele suceder en la Ciudad de Guatemala, el tránsito lento provoca que el grupo de vehículos en el que viaja Arévalo necesite más de 20 minutos para realizar el trayecto.
En el centro de votación se topan con otras figuras políticas que también han ido a emitir su voto. Allí está el canciller entre 2020 y 2022, Pedro Brolo. También, Carlos Sandoval, ex secretario de Comunicación Social del actual presidente y ahora candidato a alcalde de la Ciudad de Guatemala por el partido Todos.
Arévalo y el resto de integrantes de Semilla acompañan a Herrera a hacer la fila para poder votar en la mesa que le corresponde. Allí se encuentran con un grupo de simpatizantes que piden a Arévalo tomarse una foto con ellos. Llevan en sus cabezas diademas con una planta brotando, el símbolo de Semilla.
Una vez que Karin Herrera ha votado, los integrantes del partido se separan. Es el momento de esperar hasta las seis de la tarde. A esa hora se cerrarán las urnas e iniciará el conteo de votos.
Para los integrantes de Semilla la esperanza está puesta en el Congreso. Confían en mantener una bancada con un tamaño similar al que ahora tienen. La presidencia es una aspiración que no están seguros de poder alcanzar. Son realistas. No cuentan con una estructura partidaria como la que poseen partidos como la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Cabal o la coalición Valor-Unionista. Sin presencia en todo el país es difícil tener una verdadera proyección nacional.
Semilla solo cuenta con estructuras en 12 de los 22 departamentos. Además, las encuestas publicadas hasta el momento tampoco han sido alentadoras. La última colocaba a Arévalo en un octavo lugar, con una intención de voto menor al tres por ciento.
Pero como suele Arévalo afirmar, “nosotros no venimos a ganar las encuestas, venimos a ganar la presidencia”.
La alcaldía capitalina genera una ilusión mayor. En el partido saben que la campaña de Matute ha despertado entusiasmo, sobre todo entre los jóvenes y que existe una esperanza real de cambio en la municipalidad. Pero también son conscientes del rival que tienen enfrente, el aparato del Unionismo, que domina la política local desde las primeras elecciones democráticas, en 1986. La aspiración real es llegar al concejo.
10:00 am: Escuela Raymond H. Rignall, zona 2.
Ninochtka Matute vota rápidamente acompañada de su tercera hija, Fernanda, quien estuvo a su lado durante toda la campaña.
Al centro de votación también llega a apoyarla Juan Francisco Solórzano Foppa, acompañado de su mamá Silvia Solórzano.
Ambos son figuras políticas conocidas. Silvia Solorzano es una militante histórica de los movimientos revolucionarios que en esta elección se presenta como candidata a diputada distrital de la coalición URNG-Maiz-Winaq.
Su hijo, Juan Francisco Solorzano Foppa, es un abogado, exfiscal y político que, de hecho, debía ocupar el lugar que Matute ocupa hoy.
Para estas elecciones, Solorzano Foppa logró algo que históricamente no ha sido sencillo. Que todos los partidos progresistas o de izquierda se unieran para arrebatarle la municipalidad capitalina al Unionismo. Winaq, Semilla y URNG-Maíz se unieron por primera vez en una coalición alrededor de Solórzano Foppa para alcanzar la alcaldía de la Ciudad de Guatemala.
Solórzano Foppa, sin embargo, no pudo participar. Su inscripción fue rechazada por el Tribunal Supremo Electoral, que consideró que no era apto por tener un proceso penal abierto.
Además, la situación de Solorzano Foppa se complicó poco después, cuando fue capturado mientras era abogado defensor del expresidente del diario elPeriódico, José Rubén Zamora. Fue acusado de, supuestamente, obstruir la justicia.
Él siempre ha asegurado que los cargos son espurios. Pero terminó aceptando la culpa para acelerar su excarcelación.
Los problemas de Solórzano Foppa, llevaron al primer plano a la arquitecta Matute.
Ella inicialmente se postuló como candidata a concejal en la planilla de la coalición liderada por Solórzano Foppa. Pero la imposibilidad de inscribir al candidato a alcalde y la renuncia de otra candidata, le motivaron a asumir el reto.
En el centro de votación ambos, Solórzano Foppa y Matute, se encuentran de nuevo.
Él, sin embargo, no puede votar. Entre las penas que se le han impuesto figura no poder ejercer cargos públicos ni el derecho a sufragio.
Matute está nerviosa y lleva así desde que se levantó temprano. A las seis de la mañana ya estaba en pie. Acudió primero a un desayuno con familia y amigos, pero los nervios le impidieron probar bocado.
Para ella, una persona sin experiencia en la vida partidaria, asumir el reto de representar a los principales grupos progresistas en la ciudad, es una enorme responsabilidad.
Después de votar y acercarse al centro donde vota el candidato presidencial Arévalo, Matute se dirige hacia el sudoeste de la ciudad, a la zona 11.
Allí está su oficina, que en estos meses de campaña ha sido el centro de la actividad de la coalición en la que participa Semilla.
Allí irán llegando otros integrantes de su planilla para convivir, conversar y esperar con impaciencia la llegada de las seis de la tarde.
Matute sigue nerviosa pero la compañía le hace bien. A la oficina llega el candidato a concejal de Semilla Pedro Pablo Melini. Llega Ixkik Zapil, una joven maya del partido Winaq que se postula a síndica titular. También aparece por allí el jefe de campaña, Luis Velásquez. Y Erwin Rivera, un líder de la colonia El Incienso, que milita en la URNG-Maiz y se postula a concejal.
Escuchan música y conversan mientras comen pizza. Esta será la última vez que convivan como planilla. Matute baja volumen a la música y toma la palabra.
“Primero agradecer que ustedes empezaron a trabajar y a conocerse incluso antes de que nos conocieramos nosotros, en torno a una figura potente como Foppa y de pronto aparece la Nino. Me imagino que muchos de ustedes no sabían ni quién era. Pero seguimos adelante, creo que fue como un espíritu de compromiso que va mucho más allá de uno mismo”, dice Matute.
Otros integrantes de la coalición toman la palabra. Se agradecen por el trabajo realizado y comparten sus impresiones sobre los centros de votación a los cada uno de ellos fue.
Matute recibe una videollamada. Es su hermana desde Chile, el país en el que ella creció.
Es su cumpleaños y se ha reunido con otras amigas para esperar los resultados de las elecciones en Guatemala. “Tengo a mi familia aquí pendiente, pero también en Chile, porque yo viví allá”, cuenta. Son las cuatro de la tarde. Faltan dos horas para que cierren las urnas.
6:00 pm: Hotel Las Américas, zona 13
Matute llega al salón de hotel que Semilla ha alquilado como centro operativo de campaña. Allí encuentra a decenas de afiliados, todos con un rol determinado, que han estado esperando la hora del cierre de las urnas y el inicio del conteo.
En un área, se lee “solo digitadores”. Allí aguardaban los voluntarios del partido que reciben las actas de sus fiscales de mesa, repartidos por los centros de votación de todo el país.
En otra área estaban algunos afiliados y candidatos. Conversaban entre ellos mientras miran una pantalla en la que se ve la retransmisión del canal de televisión Azteca. El conteo ya ha comenzado.
Las primeras señales comenzaron a sentirse alrededor de las siete y media. Con 700 actas procesadas –de más de 122 mil– Semilla se coloca en segundo lugar en la elección presidencial.
En el centro operativo de campaña nadie lo podía creer, pero prefieren no celebrar.
El candidato presidencial Arévalo y su esposa, Lucrecia Peinado, siguen conversando. Otros de los principales integrantes del partido, como Jonathan Menkos o Patricia Orantes, hacen lo mismo.
No celebran, no saltan. Analizan lo que pasa. Se comportan precisamente como lo que muchos de los presentes son: un grupo de académicos.
Era necesario mantener una actitud analítica, madura y prudente. Demasiado pronto para celebrar.
Al hotel llega la diputada de Semilla y exministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack. Arévalo, que precisamente salía del salón para buscar un lugar más privado, se acerca a ella.
Entre lágrimas, Hernández toma de las manos a Arévalo y se abrazan. Aunque ella no ha buscado su reelección como diputada, es una de las líderes más conocidas del partido y durante los últimos cuatro años ha compartido bancada en el Congreso con Arévalo.
Ella ha sido una de las personas más cercanas al candidato. Todos aplauden la escena y toman fotos.
9 pm: Hotel Las Américas, zona 13
La prensa ya está aquí y quieren declaraciones de Arévalo. Quieren un pronunciamiento del candidato que, contra todo pronóstico, sigue en segunda posición tras unas dos horas y media de conteo. Solo Sandra Torres, la presidenciable de la UNE, que participa en sus terceros comicios, le supera.
“Estamos muy contentos con lo que vemos, pero es temprano. Sabemos que todavía hace falta mucha información. Nos gusta lo que vemos porque se corresponde con lo vimos el día de hoy y eso nos da confianza en que vamos a estar muy bien”, dice Arévalo.
Los periodistas insisten, pero Arévalo zanja la cuestión. “Vamos a analizar. Más allá de lo que he dicho no les puedo decir”, dice el candidato.
Arévalo se retira con su círculo más cercano. Mientras, en el salón principal comienzan las primeras celebraciones por los resultados de Matute en la elección a la alcaldía capitalina.
Son las 9:30 de la noche y ella se posiciona en el primer lugar. Pero hay que ser prudentes. Aún se han contabilizado poco más de mil votos.
Ella, emocionada, otorga sus primeras reacciones a los medios.
“Estoy tratando de mantenerme calmada porque la verdad, sabemos que es muy inicial, pero hay mucha emoción de por medio. En este momento estamos encabezando las elecciones de la alcaldía. Todo puede suceder, pero esta es una señal clara, es un despertar de la gente del cual me siento muy orgullosa”, dice Matute.
Más en privado, ella confiesa que es realista y llegar a ser alcaldesa es complicado. Pero sí está segura de que, al menos, será electa al concejo de la municipalidad.
El tiempo le daría la razón. Este momento, de hecho, fue el único de la noche en que ella lideró el conteo de votos.
10 pm: Hotel Las Américas, zona 13
Arévalo sigue en un salón privado, analizando la situación con su equipo. Lo más importante ahora es decidir qué dirá el candidato públicamente en la conferencia de prensa que está a punto de dar.
El asesor de comunicación de Arévalo, Javier Arango sale del salón y pide a los periodistas que aguarden. El candidato saldrá pronto. Los reporteros de televisión preparan sus equipos y acomodan sus posiciones.
Cinco minutos después llega Arévalo en compañía de una buena cantidad de los candidatos del partido. Es la primera conferencia que dará.
Ya hay un millón de votos registrados y Arévalo continúa en segunda posición. Él considera que sigue siendo pronto para sacar conclusiones, pero dará una posición.
“Muy buenas noches, muchas gracias por la paciencia. Queremos en primer lugar manifestar nuestro agradecimiento a los y las guatemaltecas que han generado este resultado electoral que nos tiene delante de ustedes. Les aseguro que no los vamos a defraudar. Su confianza ha sido depositada en un partido que precisamente creció para recuperar la política para la gente decente y agradecemos su valentía al dar un paso al frente para hacer que esto sea posible en nuestro país”, expresa Arévalo.
El candidato agrega que son conscientes que todavía el conteo no ha terminado.
“Falta mucha información por llegar, las características sociodemográficas de nuestro país nos llaman a la prudencia y en ese sentido, esperaremos a los resultados. No es momento de cantar victoria, somos prudentes, somos mesurados y agradecemos la confianza que se nos ha dado”, dice Arévalo mientras el resto de integrantes del partido, detrás de él, asiente con la cabeza.
Tras él, toma la palabra la candidata a la alcaldía capitalina, Matute, que para ese momento ya tiene asegurada su elección al concejo municipal.
“Haber liderado una coalición de tres partidos históricos, Semilla, URNG y Winaq, francamente marca un hito histórico para la política de este país. Queremos recuperar el país y queremos recuperarlo partiendo con esta Ciudad. Así que independientemente de lo que suceda, nosotros ya ganamos. Si llegamos al concejo, vamos a revisualizar esa entidad que ha quedado totalmente invisibilizada por una aplanadora de oficialismo”, dijo Matute.
Tras esta conferencia, los ánimos suben. El partido ya comienza a celebrar.
11 pm: Hotel Las Américas, zona 13
Arévalo acaba de abandonar el hotel Las Américas con su círculo más cercano para dirigirse al centro de cómputo que el TSE ha organizado en el centro de convenciones Tikal Futura, en la zona 11.
Mientras, la mayoría de candidatos permanecen donde han pasado las últimas seis horas.
A medida que la noche avanza, los sentimientos están a flor de piel.
Quizá cada media hora, se escuchan gritos y aplausos. Es la confirmación de que el partido ha ganado una nueva diputación en el Congreso.
Para entonces, ya comenzaba a estar claro que Semilla vivía una noche histórica. El segundo puesto de Arévalo se mantenía. Y el partido no dejaba de sumar nuevas curules.
Al final de la noche, el partido logrará triplicar el tamaño de su bancada. De los siete legisladores que lograron en 2019, esta noche pasarán a tener 23, la tercera mayor fuerza en el Congreso.
Román Castellanos, un politólogo de la Usac que a la una de la mañana ya tenía su reelección asegurada como diputado del Distrito Central, me dice: “Estamos viendo que con el 60 por ciento de los votos la tendencia a favor del proyecto Semilla se mantiene. Eso nos llena de alegría. Creemos especialmente en las juventudes del país que están con mucha esperanza y entusiasmo de poder terminar con este régimen que ha hundido al país”.
También hablo con su compañera en el Distrito Central, la joven Andrea Villagrán, también reelecta, que subraya la importancia de haber incluido a tantas mujeres en las listas. En esta elección, Semilla aplicó un sistema de paridad de género para tener tantos candidatos como candidatas.
“A pesar de que somos muchas, vemos que generalmente no estamos en puestos de toma de decisión. Nosotras tenemos que abrir esos espacios para que más mujeres estemos en política y estemos decidiendo sobre los problemas del país y sobre las problemáticas que se nos presentan”, dice la diputada.
Reelecciones en el Distrito Central (que corresponde a la capital) como las de Villagrán o Castellanos no resultaron inesperadas.
Pero la sorpresa llegó cuando el partido comenzó a confirmar diputaciones en lugares como Sacatepéquez, Chimaltenango o Quetzaltenango, donde el partido no había obtenido antes representación. O cuando se confirmó que Semilla acapararía siete de las 11 diputaciones que corresponden a la ciudad capital, algo que no había sucedido en décadas.
Elena Motta, de 22 años, ocupaba la séptima casilla del Distrito Central, y nunca pensó que sería electa. Al enterarse de que entrará al Congreso, entre llantos de felicidad, Motta de 22 anuncia: “ya soy diputada”.
“Estoy muy feliz porque somos muchas mujeres las que vamos a entrar y vamos a trabajar por reducir las desigualdades en el tema laboral, vamos a seguir impulsando la ley contra el acoso sexual y callejero, la ley para la educación integral en sexualidad y reducir las desigualdades en general para que todas y todos tengamos los mismos derechos”, me dice a preguntarle cómo se siente la ya diputada más joven del próximo Congreso.
2 am: Hotel Las Américas, zona 13
Ya es el momento de celebrar. En el salón del hotel, todos esperan la llegada del binomio presidencial. Hace dos horas que se trasladaron a Tikal Futura en la zona 11 y aún no regresan. Sin ellos, no se puede celebrar oficialmente que Semilla lo ha conseguido.
En su primera elección dieron la sorpresa y resultaron el partido más votado en el departamento más poblado del país. En su segunda, la agrupación progresista fundada en 2018, ha hecho historia al emerger como tercera fuerza en el Congreso y llevar a su candidato presidencial a segunda vuelta.
Mientras los miembros del partido esperan la llegada del binomio, yo me ocupo de verles.
Emocionados, alegres y reflexivos, algunos hablan por teléfono con sus familiares para compartirles la hazaña de la noche.
Otros dialogan entre ellos analizando el logro alcanzado. Otros son un mar de lágrimas de felicidad.
Hablo con uno de los candidatos a concejal de la municipalidad capitalina, Pedro Pablo Melini. Ya saben que no han logrado vencer al alcalde Quiñonez, ni tampo alcanzar al segundo en la carrera, Roberto González Díaz-Duran “Canela”.
Melini me dice: “sabíamos que iba a ser difícil llegar a la alcaldía, pero esto es como cuando hay una muela podrida. Duele que esté ahí. Ya la identificamos, sabemos que se debe ir pero aún no nos la sacan. Que lleguemos al concejo es como empezar a curarle una carie a la Ciudad de Guatemala”.
02:02 am: Hotel Las Américas, zona 13
Los jóvenes del equipo de comunicación de Semilla están ya listos. Como ha hecho durante toda la campaña, siguen tomando fotos y videos. Desde Tik Tok o Twitter han construido la imagen del partido en un momento en el que las redes sociales son decisivas. Ahora, aguardan la llegada del momento más esperado: el discurso del candidato Arévalo.
Pasan dos minutos de las dos y Arévalo ya está de vuelta en el hotel de la zona 13. Se escuchan los aplausos. Patricia Orantes, una ya electa por el Listado Nacional y fundadora del partido llora. Arévalo la mira, extiende los brazos y la abraza. “Viva Arévalo”, corean todos.
Arévalo parece ilusionado pero sereno. Va avanzando y abrazando a su paso a algunos de sus compañeros y compañeras del partido. Choca los puños con Mario Jacobs, un estadístico que le ha apoyado con sus análisis.
Sube a la tarima, toma el micrófono y empieza su discurso:
“Decía Ronaldo (Robles, el exjefe de campaña del partido fallecido en febrero de 2023), no nos van a ver venir. Vamos a llegar y no se van a dar cuenta. Eso fue lo que hicimos esta noche. Lo hicimos juntos, haciendo una campaña que estoy convencido que debe ser la campaña más eficiente en términos económicos de la historia del país. La gente no nos va a creer cuando digamos lo que gastamos, porque nosotros no dependemos del dinero, dependemos de la convicción. ¿Saben qué? Hoy nos jalamos a una buena parte del electorado guatemalteco y eso es lo que va a cambiar a este país. Estamos a punto de cambiar cómo se hace la política en Guatemala, gracias a ustedes”.
Todos aplauden y celebran el logro de todo el partido.
Entonces, aparece Justo Pérez, el jefe de campaña de Semilla que relevó a Ronaldo Robles tras su fallecimiento.
Arévalo vuelve a subir a la tarima y le dedica unas palabras. “Justo asumió el reto cuando nuestro querido amigo Ronaldo falleció, de quien me he recordado mucho porque él creía que iba a pasar exactamente lo que está pasando ahora. Y Justo, cuando hablamos, lo pensó pero no lo dudó, tomó una decisión valiente. Porque, después, si esto no salía bien, él era el fusible. Dirían que el jefe de campaña no supo, no vio, no leyó, no lo tuvo claro. Pero es exactamente lo contrario, el jefe de campaña hizo un equipo ganador, un equipo que no solo demostró que estamos siendo la sorpresa electoral, sino que demostró que en Guatemala, a partir de ahora, las competencias electorales van a ser jugadas de manera diferente”, dice Arévalo, entre aplausos.
Así inicia el día para el Movimiento Semilla. Arévalo les dice a todos que vayan a descansar, que vayan con sus familias.
“Vamos a decirles gracias y vamos a pedirles perdón, porque en los próximos 45 días vamos a volver a demostrar cómo se trabaja bien la política decente de este país”, asegura.
Todos aplauden y se despiden y comienzan a abandonar el hotel de la zona 13. La carrera por la segunda vuelta empezó ya.