Las unidades de inteligencia del ejército muchas veces recibían el apoyo de la Policía Nacional. Dos altos jefes policiales, Juan Francisco Cifuentes Cano y Gustavo Adolfo Oliva Blanco, fueron capturados por su participación en los hechos descritos en el Diario Militar.

De los doce acusados por el caso Diario Militar, dos trabajaron en la Policía Nacional, ocupando puestos de jefatura, Juan Francisco Cifuentes Cano y Gustavo Adolfo Oliva Blanco. Uno más, Edgar Virginio de León Sigüenza , estuvo durante algunos meses en la nómina del Departamento de Investigaciones Técnicas, pero pertenecía en realidad a la inteligencia militar. Tradicionalmente la policía mantuvo una relación de subordinación con el Ejército de Guatemala. Del 2 de enero de 1931 al 3 de junio de 1985 todos sus directores fueron oficiales militares.

Durante los gobiernos de Ríos Montt y Mejía Víctores la unidad policiaca que más estrechamente colaboró con el ejército fue el Quinto Cuerpo, también conocido como Batallón de Reacción y Operaciones Especiales (BROE) y Comando de Operaciones Especiales (COE). Otra estructura de larga tradición contrainsurgente fue el Departamento de Investigaciones Técnicas DIT, anteriormente llamado Cuerpo de Detectives y Policía Judicial, y que funcionaba como policía secreta. Cada cuerpo policiaco tenía además una sección PN-2, es decir, de inteligencia.

El apoyo prestado por la Policía Nacional iba desde la liberación de zonas para que las unidades de inteligencia actuaran con tranquilidad, hasta la participación operativa, pasando por actividades de diversa naturaleza. El 14 de septiembre de 1984, por ejemplo, la sección de inteligencia del ejército ordenó a la policía repartir, utilizando agentes uniformados y de civil, volantes con el encabezado Por qué estoy en contra del comunismo. Dos años antes, el 23 de noviembre de 1982, un oficial de la misma sección solicitó telefónicamente “apoyo físico” a la policía. Juntos ingresaron “a una residencia humilde”, en la que se produjo un enfrentamiento y fueron capturadas 14 personas.¹

La coordinación entre las unidades de inteligencia y la Policía Nacional es mencionada en algunos de los casos del Diario Militar. Uno de los desaparecidos fue trasladado al hospital del Segundo Cuerpo, tres capturados por el Cuarto Cuerpo fueron entregados a los oficiales de inteligencia y una mujer y sus dos hijos pequeños “fueron puestos al BROE”. Los documentos del Archivo Histórico de la Policía Nacional, así como testimonios de ex miembros de las fuerzas de seguridad han sido fundamentales para demostrar la participación de agentes policiales en los hechos descritos en el Diario Militar.

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Marvin Girón Ruano era un joven de 18 años, militante del Partido Guatemalteco del Trabajo-Partido Comunista (PGT-PC), donde utilizaba el seudónimo Omar y el nombre falso Daniel Augusto Salguero Guzmán.      

El 28 de noviembre al mediodía Omar debía reunirse con Jorge Alberto Chávez Vásquez, Manolo, miembro de la Dirección Nacional del PGT-PC, en la zona 1. Pero la cita había sido denunciada. Al detectar el operativo en su contra intentaron escapar, pero varios hombres armados, que se movilizaban en tres paneles Mitsubishi, los persiguieron disparándoles a lo largo de la 8a avenida entre 9a y 11 calles de la zona 1. 

Según el diario El Gráfico, el tiroteo comenzó desde un panel color amarillo del que se bajó “un hombre alto, espigado”, que disparaba con un fusil ametralladora. Según Impacto, los testigos “observaron cuando agentes de la policía, que vestían uniformes azules de campaña, accionaron sus fusiles y otros hombres que vestían de particular, supuestamente agentes secretos hacían lo mismo”. En la esquina de la 10ª calle Manolo recibió ocho impactos de Galil. Los militares pasaron el panel amarillo sobre su cuerpo para rematarlo. Omar, herido en un hombro, destruyó el parabrisas de una de las Mitsubishi y logró escapar cuando un autobús del servicio urbano les cerró el paso a sus perseguidores. La balacera dejó once personas heridas y un muerto, Arturo Rafael Hernández, que hacía fila afuera de la oficina de migración con su hijo en brazos.

Alrededor de las 5 de la tarde, Omar y los oficiales volvieron a enfrentarse, esta vez en la zona 12. Según las declaraciones que el vocero de la policía, Mario Ramírez Ruiz, dio a Prensa Libre, una residencia donde posibles miembros del PGT escondían explosivos, placas de vehículos y propaganda, había sido descubierta gracias a numerosas denuncias telefónicas. Añadió que se registró un tiroteo, “sin que se tuvieran que lamentar heridos, mucho menos muertos”.     

Impacto reportó que “a eso de las 17.00 horas efectivos de las fuerzas de seguridad persiguieron a un presunto guerrillero, quien al final de cuentas se parapetó en un taller de mecánica situado a inmediaciones de la calzada Raúl Aguilar Batres de la zona 11”.

En referencia a estos hechos, el Diario Militar informa que “a las 1700 horas se ubicó su casa en la 12 calle y 5ª avenida, zona 12, donde se puso vigilancia. Fue sorprendido en compañía de su hermana y al detectar a las autoridades se puso en fuga, dirigiéndose a la 5ª avenida y 13 calle, zona 11, donde se metió a un taller de mecánica hiriendo al dueño, se le cercó y en el tiroteo hirió a Miguel² y a Canahuí; fue acorralado y estando herido se rindió, fue trasladado al hospital del 2do. Cuerpo de la PN, donde falleció a consecuencia de las heridas”.

Según el informe con el encabezado “Reducto subversivo descubierto en la 5a. Avenida 12-56 zona 12, por Fuerzas de Seguridad el 281740NOV83” y el “Informe confidencial” de la Jefatura de Servicios del Departamento de Investigaciones Técnicas, cuatro investigadores fueron comisionados a la 5a avenida 12-56 “por tenerse conocimiento que en el lugar indicado habían ocurrido unos disparos”.

El teniente Barahona González del Quinto Cuerpo les informó “que el tiroteo había sido entre delincuentes subversivos organizados en el Partido Guatemalteco del Trabajo” y elementos de inteligencia del ejército, con apoyo de un pelotón del Quinto Cuerpo. Añadió que resultó herido “un individuo de nombre Daniel Augusto Salguero Guzmán (ps) Omar, de 19 años de edad, quien fuera trasladado al Hospital de la Policía Nacional, por elementos del Quinto Cuerpo”, y que no había habido heridos por parte de las fuerzas de seguridad. Según el Departamento de Investigaciones Técnicas, todo lo incautado quedó en poder del jefe del Quinto Cuerpo Juan Francisco Cifuentes Cano.

Por su parte, el jefe del Quinto Cuerpo, Juan Francisco Cifuentes Cano, le informó al Director General de la Policía Nacional Héctor Rafael Bol de la Cruz que a las 17:30, con un pelotón bajo su mando, “prestaron apoyo a elementos de Inteligencia del EMP, ya que se tuvo conocimiento que a la hora antes indicada habían sido atacados por supuestos delincuentes subversivos”. Aseguró que “en dicho operativo no hubo personas detenidas y en cuanto a lo encontrado todo fue evacuado por los elementos de Inteligencia del EMP”.³

Al día siguiente de la desaparición de Marvin Girón Ruano, el mayor de infantería Gustavo Adolfo Oliva Blanco, jefe del Departamento de Investigaciones Técnicas,  envió al Archivo General y Servicios de Apoyo del Ejército, dirigido por Marco Antonio González Taracena, un oficio enlistando algunos de los objetos incautados en la casa de la zona 12, entre los que se encontraba una receta médica a nombre de Evelia Girón Ruano, hermana de Marvin, quien según el Diario Militar sería secuestrada el 4 de enero de 1984.⁴

Marvín Girón aparece en el Diario Militar con el código Z-28 y el nombre Héctor Manuel de León Escobar. También aparece su hermana Evelia, con la ficha Z-35, ella fue liberada 25 días después de su captura.

Juan Francisco Cifuentes Cano, ex jefe del Quinto Cuerpo de la Policía Nacional, está hoy sentado en el banquillo de los acusados por el caso El Diario Militar. También el ex jefe del departamento de Investigaciones Técnicas que remitió a Archivo del Estado Mayor el oficio sobre los elementos requisados en la casa de la zona 12.

El Quinto Cuerpo

El COE, BROE o Quinto Cuerpo fue una unidad especializada en contrainsurgencia. Se Creó el 4 de enero de 1982 con sede en la Escuela de la Policía y, fue trasladada unos meses más tarde a una estratégica ubicación en la intersección del Anillo Periférico y la Calzada San Juan, actual Comisaría 14.

Juan Francisco Cifuentes Cano fue el fundador del Quinto Cuerpo y fue su máxima autoridad hasta mediados de 1984. Gracias al entrenamiento que recibían los agentes a su mando, “el Quinto Cuerpo en representación de la Policía Nacional participó en operaciones a nivel departamental, combatiendo la delincuencia subversiva en coordinación con el ejército nacional”.⁵

En reconocimiento a su labor contrainsurgente Cifuentes Cano fue nombrado en junio de 1985 Subdirector General de la Policía Nacional. Formaba parte del primer mando civil de la institución, caracterizado según la propia policía por “sus dotes de honradez y respeto por los derechos humanos”.

A principios del siglo XXI, veinte años después de su participación en las desapariciones por las que hoy es acusado, Cifuentes Cano participaba en el comité de su comunidad, mientras se dedicaba al negocio de la seguridad privada. En 2006 asistió al Seminario del Plan de Reordenamiento Territorial de la Municipalidad de Guatemala. Entonces se desempeñaba como Asesor del Comité de Vecinos del Distrito 8. Además, en 2017 fungía como representante legal de la empresa Asesoría, Capacitación, Servicios y Operaciones de Seguridad, según da cuenta la Dirección General de Servicios de Seguridad Privada del gobierno de Guatemala, DIGSSP.⁷

El miércoles 30 de junio de 2021 dio inicio la audiencia de primera declaración en su contra, acusado de participar en la desaparición forzada de cuatro mujeres, cuatro hombres, una niña y un niño. Una de las desapariciones por las que Cifuentes Cano fue señalado de tener una participación directa es la de Omar, Marvin Girón Ruano.

El Departamento de Investigaciones Técnicas  

El Departamento de Investigaciones Técnicas (DIT) de la Policía Nacional, fue creado el 16 de abril de 1982, después de que Efraín Ríos Montt disolviera el Cuerpo de Detectives, célebre por su participación en torturas, desapariciones y ejecuciones durante los gobiernos de los generales Carlos Arana, Kjell Laugerud y Romeo Lucas. El Cuerpo de Detectives, a su vez, sucedió a la Policía Judicial, como se llamó durante la década de los sesenta.

El DIT, según explicaba la Revista de la Policía en 1985, “fue integrado por personal idóneo y capacitado en el empleo de procedimientos científicos cuya eficacia garantice el descubrimiento de los delincuentes, su aprehensión y consignación a los Tribunales de Justicia”. Pero además de descubrir y consignar delincuentes, los judiciales, como siempre se les conoció, por ser los herederos de la policía judicial,se dedicaron durante décadas a perseguir y capturar o asesinar opositores políticos.      

El DIT conocía las operaciones contrainsurgentes que realizaba la inteligencia militar y los policías del Quinto Cuerpo, les brindaba apoyo y participó en operativos o reteniendo e interrogando gente en sus instalaciones.

Gustavo Adolfo Oliva Blanco, otro de los ex militares implicado en el caso del Diario Militar, asumió el mando del Departamento de Investigaciones Técnicas desde su creación, y permaneció en el mismo hasta febrero de 1984, cuando lo sustituyó el hasta entonces subdirector de inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, Edgar Eugenio Méndez López. Su puesto en la D-2 fue ocupado por Julio Balconi Turcios.

Al igual que Cifuentes Cano, Gustavo Adolfo Oliva Blanco ha sido representante de empresas de seguridad privadas. En su caso, según reporta una investigación del Centro de Medios Independientes, propiedad de Antonio Callejas y Callejas, quien fue el fundador del club de oficiales de inteligencia conocido como La Cofradía. Uno de los integrantes de la Cofradía, Marco Antonio González Taracena, ha sido ligado a proceso por el caso Diario Militar. 

Edgar Eugenio Méndez López, a quien se le atribuye el mote de Pepito el Malcriado, sucedió a Oliva Blanco en el Departamento de Investigaciones Técnicas. Méndez participó, según el MP, en la desaparición del sindicalista, estudiante de Literatura y miembro del PGT Rubén Amílcar Farfán, ocurrida el 15 de mayo de 1984. La hermana y sobrino de Ruben Amílcar son directora y abogado de la asociación FAMDEGUA, querellante en el caso.

De acuerdo a la declaración de un ex miembro del ejército, Pepito el Malcriado habría entregado a Farfán al mayor Alfonso Tarzo de León Maldonado. Junto al mayor Tarzo de León, quien hoy se encuentra prófugo, otros agentes de inteligencia participaron en su traslado de las instalaciones del DIT a la antigua Escuela Politécnica, en la avenida Reforma. Entre ellos se encontraba Edgar Virginio de León Sigüenza, un agente de contrainteligencia de la D-2 que en ese momento aparecía además en la nómina del DIT, y que operaba con el sobrenombre de El Choco.

De León Sigüenza fue capturado el 27 de mayo de 2021, y ligado a proceso el 9 de junio del mismo año por los delitos de desaparición forzada, asesinado, asesinato en grado de tentativa y delitos contra deberes de la humanidad, luego de la audiencia de primera declaración en contra de seis de los capturados, que se extendió por una semana.

Lea aquí la primera parte: “Diario Militar: el documento que permitió juzgar a la Inteligencia”.

Lea aquí la segunda parte: “El Archivo: el escuadrón de la muerte del Estado Mayor Presidencial”.

1. GT PN 51 03.08.1984 Libro 805, “Apuntes de comisiones especiales que efectúan los cuerpos policiacos de esta ciudad capital con elementos vestidos de particular”, en El derecho a saber, p. 154.

2. Miguel era el seudónimo de Carlos Humberto Quinteros García, un ex dirigente del PGT que pasó a formar parte de los grupos operativos de inteligencia del ejército.

3. AHPN. Quinto Cuerpo, OFICIO No. 1585/83 REF. OF Eirl., 28 de noviembre de 1983.

4. AHPN, DIT, oficio no. 1617-83 ref. GAOB/sdep. 29 de noviembre de 1983. AHPN.

5. AHPN, GTPN CD 05 RT, Revista de la Policía Nacional, “Nace un nuevo cuerpo”, p. 46.

Esta es la tercera parte de un compilado de 6 reportajes sobre el Diario Militar, el documento desclasificado que describe el destino de 183 personas capturadas de forma clandestina por las fuerzas del Estado durante los años 80. Hoy, los oficiales que participaron en la creación de este dossier de la muerte, han sido capturados y están a punto de ser juzgados en los tribunales.