Felipe Alejos Lorenzana es una de las figuras más controversiales de la actual Legislatura. Frente a la caída de caciques históricos, el actual vicepresidente del Congreso supo hacer del “caos” una escalera y salir ileso. En su persona recae convertirse en el sucesor del actual sistema de partidos políticos y dar continuidad a los códigos habituales.
El diputado Felipe Alejos se asoma por la puerta principal del hemiciclo del Congreso. Es la última semana de noviembre del 2018 y el presupuesto del próximo año está por aprobarse. Alejos luce un traje gris y una corbata azul oscuro, el pelo engominado, como siempre, y una amplia sonrisa. Unos días antes, el 21 de noviembre, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) rechazó una solicitud de antejuicio en su contra.
Esa es su primera aparición en el Congreso desde la resolución a su favor y el diputado reparte apretones de mano y abrazos entre sus colegas. Le lleva unos 45 minutos llegar a su puesto en Junta Directiva. Palmadas en la espalda y risas compartidas con los colegas lo acompañan en su trayecto.
Alejos es el signo de un cambio en la dirección de la corriente. En la Legislatura más golpeada por casos de corrupción (donde al menos 23 diputados han dejado sus curules por diferentes investigaciones) ha mantenido la primera o segunda vicepresidencia del Congreso durante cuatro años, puestos de bajo perfil pero con poder real. Y pese a las acusaciones en su contra no ha sido tocado por la justicia. Ha jugado bien sus cartas, es hábil e incluso ha desempeñado un papel clave como operador de la administración de Jimmy Morales.
Alejos Lorenzana, el actual secretario general del partido político Todos, es un diputado joven pero políticamente experimentado. Su bancada ha sido bisagra de la alianza oficialista de FCN-Nación en el actual período legislativo, y ha jugado en papel clave en momentos cruciales del actual gobierno, como en la protección dada al presidente Jimmy Morales ante la amenaza del retiro de su inmunidad, o para alcanzar los números necesarios para la reforma al delito de financiamiento electoral ilícito.
Para sus detractores, Felipe Alejos es uno de los rostros más visibles del “Pacto de Corruptos”, mientras que él se defiende jugando la carta de defensor de la democracia: “Entiendo que la izquierda ya está nerviosa porque le tienen miedo a alguien que paró tres intentos de golpes de Estado técnicos”, dice en una entrevista con No-Ficción. Se refiere a las tres solicitudes de antejuicio contra el presidente Jimmy Morales frenadas con el apoyo de TODOS.
La fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) lo intentaron investigar por su supuesta participación en el caso Traficantes de influencias, pero él ganó la partida. En una resolución irregular, la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la alta corte, consideró que el MP no había acreditado que el número telefónico interceptado pertenecía al diputado, pese a que un informe de la compañía telefónica Tigo así lo refería.
Los ojos de la justicia miraron hacia otro lado en este caso.
Es audaz en la política y escurridizo con la prensa. Y en su trayectoria se cuenta la historia de un político que puede heredar las viejas formas del poder. Un sucesor. Un elegido para dar continuidad al sistema político de Guatemala y sus códigos habituales.
Una familia de abolengo, desligada de los Alejos Cámbara
Felipe Alejos Lorenzana nació el 3 de octubre de 1984, es el hijo más grande del segundo matrimonio de su padre, el empresario Luis Alfredo Alejos Avila. Su madre es Ana Carmen Lorenzana Montenegro. Estudió en el colegio Americano, donde coincidió y se hizo amigo de Álvaro Arzú Escobar, hijo del exalcalde y expresidente Álvaro Arzú. Al graduarse de bachillerato, Felipe se fue a Estados Unidos estudiar un diplomado en Ciencias Generales, y después una licenciatura en Economía en la universidad Cristiana de Texas.
Alejos, quien proviene de una familia de abolengo del país, los Arzú Alejos (vea esquema familiar a continuación), se describe a sí mismo como una persona definida y de palabra, a quien no le interesa quedar bien con todos. Combina la política con su vida familiar, la lectura, la trova y el fútbol. De donde proviene el sobrenombre de “Felipao”.
En su biografía son imprescindibles dos nombres: Gustavo y Roberto Alejos Cámbara, ex propietarios del partido Todos. Ambos famosos en la escena política del país, sobre todo Gustavo, por su cercanía al poder político y la cantidad de procesos penales en los que está involucrado.
Aunque los tres tienen el mismo apellido niegan ser familiares. Por lo menos, familiares cercanos. Y, aunque Gustavo Alejos asegura ser un personaje clave en la incursión de Felipe Alejos en política, el vicepresidente del Congreso niega haber tenido padrinazgos en su carrera.
Gustavo Alejos, exsecretario privado de Álvaro Colom (2008-2012), cuenta que estudió con el hermanastro de Felipe, Luis Alfredo Alejos Olivero, en el colegio Americano. “Yo conocí a Felipe desde que tenía como seis ó siete años. Él conoció a Álvaro Colom (ex presidente 2008-2012) por medio mío, por su hermano fue que yo se lo presenté a Álvaro, así fue como entró”, comenta Gustavo Alejos.
Luis Alfredo Alejos Olivero fue ministro de Comunicaciones, de enero a mayo del 2008, en el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y fue sindicado de peculado y fraude en el caso Transurbano, por el que actualmente se encuentra prófugo de la justicia.
Además Gustavo Alejos asegura que la madre de Felipe, Ana Carmen Lorenzana, apoyó a Sandra Torres en labores sociales, en la donación de sillas de ruedas, por un “cortísimo” tiempo. Ambas acciones, según él, consiguieron a Felipe posiciones privilegiadas dentro de la UNE. Y poco a poco fue escalando.
Sin embargo, Felipe Alejos niega de la ayuda de Roberto o Gustavo Alejos para haber llegado al puesto en el que se encuentra. “No me ayudó ni mi hermano ni los Alejos Cámbara, de lo contrario hubiera tenido una casilla privilegiada como Roberto Alejos que encabezaba la lista nacional”, dice Felipe Alejos. El vicepresidente del Congreso, a pesar de lo que indican sus dos viejos maestros, reniega de ellos y cuenta su propia historia, de cómo incursionó en la política y por qué se incorporó a la UNE.
El cónsul de la UNE
Al terminar la universidad, en 2006, trabajó un año como ejecutivo de cuentas en Invex Inc. un grupo empresarial mexicano, con oficinas en Miami Florida, con divisiones en banca privada y de empresas, la cual maneja fondos fiduciarios y operaciones en la bolsa de valores entre otros servicios.
Como él mismo cuenta, fue en Miami donde conoció al expresidente Álvaro Colom, cuando este era candidato presidencial de la UNE. Asistía a eventos organizados por líderes migrantes como Marlon Gálvez, coordinador de la Asociación Misión Guatemala y Sergio Morales Acevedo, director de la Asociación Guatemalteca Americana.
“Desde antes que yo viniera ya estaba con el grupo de migrantes guatemaltecos, como empresario, y conocía a gente de organizaciones de Zacapa que eran vocales en Miami, a Marlon y a Chejo. Yo empezaba a participar en ciertas reuniones que tenían ellos o colectas que se hacían para eventos importantes y conozco a Álvaro en uno de esos desayunos”, relata.
Ese primer contacto lo aprovechó para reunirse después con Colom y ofrecerse para coordinar más encuentros con los migrantes. Lo acompañó cuando el periodista Jorge Ramos, lo entrevistó como candidato en Univisión en 2007. Felipe Alejos cuenta que también viajó a Guatemala para las elecciones de ese año y llegó a felicitar a Colom en la noche de su elección como presidente.
En una de esas conversaciones, Colom le preguntó si quería trabajar en su equipo, y le cuestionó sobre su futuro. “Le dije, me llama la atención la carrera diplomática. Ya después de eso no tuve mayor diálogo con él, pero me llamó antes de la toma de posesión”, recuerda.
Colom, como narra Alejos, lo envío con Haroldo Rodas, su canciller, para que comenzara su carrera diplomática. Sin embargo, el expresidente al ser consultado por su relación con Felipe respondió: “Lo conozco poco realmente”, y no contestó más preguntas.
Rodas lo nombró en ese momento cónsul general en Miami. Preguntado al respecto, el excanciller añadió brevemente: “Lo conocí desde que entró en enero de 2008. Lo nombré por sus méritos profesionales y se desempeñó de forma excelente”.
A sus 24 años, Felipe comenzó a codearse con los poderosos. Fue en su primer año de cónsul, cuando, según él, y a diferencia de lo señalado por Gustavo Alejos, conoció a Sandra Torres, a Gustavo y Roberto Alejos Cámbara. El primero era entonces el secretario privado de la presidencia y el segundo, el presidente del Congreso. Los conoció, dice, porque entre sus funciones estaba atender a los funcionarios que visitaban Miami.
Encargado de la agenda de Sandra Torres en la campaña de 2011
En 2011, Felipe Alejos dejó el cargo de cónsul en Miami para incorporarse al equipo de Sandra Torres, que estaba recién divorciada de Colom y buscaba por primera vez la presidencia. En esa campaña lo nombraron secretario adjunto de la UNE, y trabajó junto al jefe de comando de campaña, el diputado Jairo Flores. Pero su tarea más importante fue encargarse de la agenda de la exesposa del presidente.
“Recibía candidatos a alcaldes, concejales, síndicos, diputados y organizaba, en su momento, las salidas de las giras y todo ese horario que ella tenía. Esa era mi atribución. Llevar el tema de la agenda política”, cuenta Felipe Alejos como un episodio más dentro del ascenso de su carrera política, muy cerca de los caciques territoriales de la UNE.
Durante esos años, Felipe Alejos aprendió del poder. Observó, se adecuó y mantuvo contacto de primera mano con operadores políticos locales. Con liderazgos que luego aprovechó cuando llegó a dirigir el partido Todos. El futuro diputado, el heredero del sistema de partidos políticos y sus dinámicas, tomaba nota de los hilos del poder y de los preparativos de una campaña observando de cerca los mecanismos de un partido de gobierno.
Sandra Torres, la excandidata a la presidencia, fue consultada sobre el papel de Felipe Alejos durante la campaña de 2011, antes de su captura por una investigación de financiamiento electoral no registrado. Respondió que prefería “mantenerse al margen de cualquier opinión”.
Torres, en aquella ocasión, no pudo continuar en la contienda. Felipe Alejos, sin embargo, nombrado secretario adjunto del comité ejecutivo de la UNE, se presentó como candidato en la octava casilla del listado nacional y ese año ganó su primera curul en el Congreso.
Felipe deja la UNE para unirse a Roberto Alejos en Todos
Al año siguiente, en octubre de 2012, él renunció del Comité Ejecutivo Nacional de la UNE junto a otros 12 integrantes y fue reclutado por la segunda figura importante en el inicio de su carrera, Roberto Alejos, expresidente del Congreso durante el gobierno de la UNE, con quien fundó el partido Todos.
“Necesitaba que la gente supiera que era mi partido porque yo quería ser presidente. La imagen de un patojo joven, nuevo, que estaba por primera vez en la política, con mi mismo apellido y que en aquel entonces se dejaba guiar por mí. Me pareció una buena idea”, explica Roberto Alejos.
Durante ese período (2012-2015), Felipe -subiendo peldaño tras peldaño- presidió la comisión del Migrante, realizó varios foros para socializar la propuesta de reformas a la ley de Migración e implementar el voto en el extranjero incluida en la reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Ambas iniciativas, fueron modificadas y entraron en vigencia en 2016 y 2019, respectivamente.
Meses después, Felipe siguió escalando y llegó a ser el secretario general de ese partido.
Todos fue el vehículo para que Felipe Alejos buscara por segunda vez una diputación, para el período 2016-2020. El heredero de la vieja política ahora se postulaba en la primera casilla del partido en el listado nacional. En esa elección Todos logró 18 puestos en el Congreso. Una fuerza política ahora bajo el mando de Felipe, el joven diputado que en 2017, logró que su mentor, Roberto, no ganara la secretaría general del partido por pugnas con su pupilo -problemas que ninguno de los dos quiso detallar-.
Su viejo maestro renunció de la organización y Felipe Alejos pasaría de discípulo a mentor del partido.
El número 2 del Congreso
Los años de 2015 a 2018 fueron tormentosos para los diputados del Congreso por los casos de corrupción que develó la CICIG. Algunos huyeron y se convirtieron en prófugos y otros enfrentaron los procesos penales y terminaron en la cárcel. Legisladores de alto calibre como Arístides Crespo, Julio César López Villatoro, Carlos López, Mario Rivera, Gudy Rivera, políticos experimentados y buenos negociadores para comprar u obtener votos para la aprobación de leyes o préstamos, quedaron fuera del tablero de juego. Otros congresistas como Roberto Villate o Salvador Baldizón bajaron su perfil a la espera de que pasara la tormenta.
En este Juego de Tronos, Felipe Alejos hizo suyo el dicho de la serie de televisión: El caos es una escalera.
“Felipe Alejos fue astuto porque tomó ese vacío que dejó la vieja guardia del Congreso. Además, estaba confiado porque tenía una bancada con 18 diputados que lo convertía en una poderosa bisagra y de ellos nadie era tránsfuga. Solo se fue Patricia Sandoval y Cristina Quintanilla y se quedan en 16. Ellas dos se fueron porque las llevó Alfonso Portillo y Portillo terminó peleado con Felipe”, explica Enrique García, periodista que, desde hace 10 años, se dedica a la cobertura legislativa.
En su segundo período en el Legislativo, al frente del partido Todos, Alejos Lorenzana se mantuvo como vicepresidente en la Junta Directiva, ocupando la segunda vicepresidencia en 2016. El primer año, en una directiva conformada, en su mayoría, por diputados de la UNE. Pero estaba ahí para aprender. Para ascender. Para lograr la confianza de otros poderosos. Bajo la presidencia de Mario Taracena, por ejemplo, quien estuvo casado con la prima hermana de su madre.
Los siguientes tres años, Felipe Alejos se mantuvo como primer vicepresidente del Congreso, los dos últimos, bajo la presidencia de su amigo de la infancia y compañero de colegio, Álvaro Arzú Escobar.
Es durante este período que el heredero del sistema y sus códigos de ética sale del anonimato y toma relevancia política y mediática. Empezó liderando el partido Todos junto a los diputados Paul Briere y Ovidio Monzón, pero en esta legislatura los cambió por Ronald Arango y Juan Ramón Lau, sus nuevos inseparables dentro de la bancada.
«Los dos últimos años Felipe Alejos se mantenido en la Junta Directiva del Congreso junto a su amigo del colegio Álvaro Arzú Escobar».
En octubre de 2016 la bancada de Todos tenía la segunda vicepresidencia. Felipe buscaba mantener el puesto en la Junta Directiva y el control en las comisiones de trabajo. Mientras, su antiguo maestro, Roberto Alejos, mantenía reuniones paralelas para negociar estos puestos para el año 2017.
La próxima legislatura significó para Felipe Alejos alcanzar la primera vicepresidencia del Congreso, mientras Todos conservaba un segundo puesto en Junta Directiva con la tercer secretaría de José Valladares, cargo que ocupó en 2016 el diputado Roberto Kestler, también de Todos, detenido en noviembre de 2017 por un caso de corrupción.*
“En octubre de 2016, los jefes de seis bancadas: Todos, FCN-Nación, MR, UCN, AC y algunos de CREO se reunieron en la finca Presidencial de Santo Tomás en Escuintla y se distribuyeron las 36 comisiones de trabajo y acordaron crear 16 nuevas comisiones extraordinarias para que todos los de la alianza oficial tuvieran puestos”, explica el periodista García. Ese acuerdo se cumplió en enero de 2017 cuando los diputados tomaron posesión en las comisiones y Junta Directiva.
El primer pulso dentro del partido Todos, había sido ganado por el joven diputado.
En septiembre de 2017, Felipe votó para aprobar de urgencia nacional modificaciones al Código Penal y a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Esta acción le valió a los congresistas involucrados la etiqueta de “Pacto de Corruptos”. Felipe Alejos, además, apoyó tres veces al presidente Jimmy Morales para que no se le retirara el antejuicio y evitar que fuera investigado por el delito de financiamiento electoral ilícito.
Aunque el diputado niega ser un operador o tener poder político, de vez en cuando en la conversación se atribuye algunos logros. Uno de ellos, su influencia en la designación de su amigo de la infancia Arzú Escobar en la presidencia del Legislativo. Alejos cuenta que tuvo presiones y reuniones con personas de organismos internacionales que le pidieron en 2017 y 2018 no apoyar a Arzú sino a Luis Fernando Montenegro, de Encuentro por Guatemala (EG), uno de los partidos con los que la exfiscal Aldana contemplaba postularse a la presidencia.
“Yo me interpuse en sus planes (…) para ella hubiera sido muy cómodo dominar el Congreso y correr ella de candidata a presidenta. (…) Luego se equivocaron y ese par de patojos de 30 años (él y la diputada Alejandra Carrillo) logramos demostrar de lo que somos capaces y volvimos a poner la misma Junta Directiva (en 2019)”, dice Alejos.
Su apoyo hacia Arzú Escobar, le costó, según él, su vinculación en el caso Traficantes de Influencias.
“No confiar demasiado en los amigos y saber utilizar a los enemigos”, dice uno de los aforismos del libro Las 48 leyes del poder, uno de los libros favoritos de Felipe Alejos que, junto a El Arte de la Guerra, parece haber aplicado a lo largo de su carrera política.
“Felipao”, el caso Traficantes de Influencias y la batalla contra la fiscal
“El señor Alejos ofrecía a diversos empresarios, importadores, un portafolio de servicios de gestión ante la SAT para agilizar sus solicitudes de crédito fiscal (…) a las empresas Z Gas, Ingenio Palo Gordo y Latex a quienes prometió tramitación ágil y eficiente”, dijo la exfiscal Thelma Aldana en una conferencia de prensa, realizada el 25 de enero de 2018 cuando presentó el caso Traficantes de Influencias ante los medios de comunicación.
El MP y la CICIG solicitaron retirar la inmunidad al vicepresidente del Congreso por presunta asociación ilícita y cohecho activo.
Aldana explicó que la intención de Alejos era cobrar comisiones a cambio de la devolución fiscal a las empresas, pero que su intento se frustró porque su enlace en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), Giovanni Marroquín Navas, fue capturado por estar involucrado en el caso La Línea.
Esa acusación, más el audio que se reprodujo en los juzgados donde Marroquín Navas se refiere a Felipe Alejos como “Felipao”, lo colocaron en el centro de la opinión pública.
“El caso de Traficantes de Influencias llevó a Felipe a la fama. Yo creo que si no hubiera sido por eso pasa desapercibido. Lo interesante es que en ese momento vemos que Juan Ramón Lau (abogado y exsecretario general de un sindicato del OJ por 25 años) se convierte en su mano de derecha y entra a Junta Directiva como secretario y Felipe coincidentemente se libra del antejuicio”, dice García.
Dos días después de esta revelación, el vicepresidente del Congreso publicó un video donde rechazó las acusaciones y las calificó como “persecución política y selectiva”.
La Sala Cuarta de Apelaciones del ramo penal a cargo del juez Jorge Valladares fue la encargada de analizar y decidir si procedía o no retirarle la inmunidad al diputado. Valladares recomendó no investigarlo y dos magistradas de la CSJ respaldaron la decisión del juez. Así el diputado se libró de ser investigado, pero antes de lograr esta resolución, él y sus abogados presentaron 15 acciones contra Valladares.
“Desde que recibí el expediente me estuvieron recusando y reclamando por todo. Me querían separar del caso, desesperarme digo yo. Revisé el expediente, pedí la información, cité a las personas, allí están los audios de las audiencias, pero el MP no tenía bien fundamentado el caso y por eso lo rechacé. No lo rechacé por las presiones, sino porque habían inconsistencias”, relata a No-Ficción el juez Valladares.
Una nota de elPeriódico reveló inconsistencias en los argumentos del juez y de la CSJ, ya que la justificación para conservar su inmunidad como diputado se basó en que el registro del teléfono no correspondía a Felipe Alejos, sino a un ejecutivo de la empresa telefónica, y por lo tanto la intervención no procedía. El informe de Tigo, sin embargo, claramente establecía que el titular de la línea telefónica era Alejos.
Durante 10 meses, el juez tuvo que lidiar con cinco abogados de Alejos, tres de ellos con contratos en el Estado y dos de los cuales representaron al presidente Jimmy Morales en el caso de financiamiento electoral ilícito.
« la exfiscal Aldana señala a Felipe Alejos como una pieza clave para que no participara en las pasadas elecciones».
Alejos, figura clave para sacar del juego a la fiscal general, según Aldana
En septiembre del año pasado, mientras se decidía su situación en la CSJ, Alejos estaba como presidente en funciones en el Congreso y propuso la creación de una comisión para investigar a la exfiscal Thelma Aldana por la presunta compra anómala de un edificio para uso del MP. Iniciativa que fue aprobada “de urgencia nacional” por el Legislativo.
Tres meses después de eso, Felipe Alejos dio una conferencia de prensa para mostrar una denuncia que la Contraloría General de Cuentas puso en contra de Aldana por supuestas irregularidades en la contratación de una plaza en el MP. Esta carta bajo la manga dejó a la exfiscal afuera de la contienda electoral.
En las semanas siguientes y durante el transcurso de la contienda electoral, fue girada una órden de captura en contra de Thelma Aldana, mientras que el TSE no aceptó su candidatura.
Consultada por No-Ficción, la exfiscal Aldana, coincide en señalar a Felipe Alejos como una pieza clave para que no participara en las pasadas elecciones como candidata, pero asegura que no fue una acción en solitario: “Son muchos, participaron los tres poderes del Estado, la Corte de Constitucionalidad, el Ministerio Público y los que no dan la cara”.
La exfiscal también aseguró que la solicitud de retiro del antejuicio contra Alejos, tres años después de las primeras escuchas telefónicas en su contra por el caso Traficantes de influencias, “se presentaron cuando el caso ya estaba listo para pedir que se levantara la inmunidad y poder investigar”.
Felipe Alejos, no obstante, sobrevivió a cada una de estas embestidas. Buscó aliados poderosos. Reforzó su bancada como bisagra dentro del Congreso y respaldó al partido de gobierno. Hizo lo que ha hecho a lo largo de su carrera política: ubicar mentores y esperar para un próximo movimiento.
¿Mantendrá la herencia?
Felipe Alejos comenzará su tercera legislatura, 2020-2024, con menos de la mitad de las 18 curules que tuvo en este periodo legislativo: siete. Lograr un nuevo puesto dentro de la Junta Directiva del Congreso, la vicepresidencia que ha ostentado durante los últimos años, se torna complicado. Algunas de sus personas de confianza, como los diputados Ronald Arango, Juan Ramón Lau y Alejandra Carrillo no lograron su reelección.
Felipe Alejos llega bajo la sombra de caso Traficantes de Influencias, presentado por el MP, y su partido arrastra diversos señalamientos, como el caso de financiamiento electoral ilícito.
En las filas de Todos han pasado candidatos y diputados cuestionados. Fredy Cabrera, un abogado señalado como “operador de comisiones de postulación”, fue su candidato a la presidencia. José Armando Ubico, condenado en Estados Unidos por narcotráfico, y Boris España a quien el MP busca investigar por su supuesta participación en un caso de corrupción, han sido parte de la bancada que lidera Felipe Alejos.
El reto del congresista, ahora, será el de conservar su influencia política. En su persona recae la responsabilidad de dar continuidad a cada una de las enseñanzas heredadas por su mentores, sus maestros caídos en batalla, desde los hermanos Alejos Cámbara a ex candidatos a la presidencia como Sandra Torres. Ha demostrado que les debe parte de eso, y que puede articular poder desde el Congreso en defensa de presidentes señalados como Jimmy Morales, o neutralizar candidaturas, como la de Thelma Aldana, a quien el MP le giró una segunda orden de captura el pasado 13 de septiembre, utilizando el poder judicial.
A su alrededor una buena parte de los antiguos líderes más importantes del Congreso han desaparecido. Entre esas ruinas, Felipe Alejos aún está de pie. Puede ser un sucesor. Y aunque su bancada no pueda ser una bisagra dentro del juego político, el panorama le beneficia al excluir a la CICIG de la ecuación como su principal perseguidor.
Le queda a Alejos la oportunidad de aplicar otro de los aforismos de Las 48 Leyes del Poder, el número 28: “El movimiento audaz hace que uno parezca mayor y más poderoso de lo que es. Si se produce repentinamente, con la cautela y la rapidez de una serpiente, inspira mucho más miedo”.
*Originalmente se había consignado que el diputado José Armando Ubico había ocupado la tercer secretaría de la Junta Directiva en 2017, cuando este cargo fue ocupado por el también diputado de Todos, José Valladares.