Desde el auge de la televisión en los años 60 hasta la omnipresencia de las redes sociales en la última década las campañas electorales estadounidenses han sido marcadas por el uso de los medios de comunicación. En este nuevo escenario la lucha por la atención de los votantes tendrá en las redes sociales a uno de los campos de batalla más intensos.

Aunque muchas cosas han cambiado, en los últimos años, en la forma de hacer llegar la publicidad de una campaña electoral a los votantes, sobre todo en la focalización de esta información, en términos de contenido el principal elemento sigue siendo “la emoción” señala Joanna Weiss, editora de la revista Político, una de las principales publicaciones de análisis político el país.

Así, emociones como el miedo, la esperanza de una vida mejor o desacreditaciones a los rivales políticos han permeado en la publicidad política estadounidense. Esto en forma de anuncios televisivos que han evolucionado a la par que las técnicas de la publicidad moderna.

Weiss resalta que el sistema de financiamiento de las campañas y el uso de los medios de comunicación está íntimamente ligado: “Al no ofrecerse espacio gratuito para anuncios, los anuncios son pagados por las propias campañas, otros son pagados por grupos de terceros que incluyen estos comités de acción política conocidos como superPAC, están configurados para apoyar a un candidato o una causa, pero no están dirigidos por la campaña, no se supone que coordinen con la campaña, no tienen las mismas restricciones de recaudación de fondos que una campaña, y también invierten mucho dinero en publicidad”.

El manejo de las emociones ha sido también omnipresente en esta campaña resalta Weiss, algo que ha sido potenciado desde los últimos comicios por la focalización que ofrece la publicidad en redes sociales. Temas como el manejo de la pandemia, la situación económica del país o la seguridad han sido abordados en diferentes anuncios.

Al respecto comenta Weiss: “Cualquiera que esté en Facebook en este momento, sea cual sea su feed individual está expuesto a los anuncios, es posible que una persona en Wisconsin reciba un anuncio de Trump o un anuncio de la campaña de Trump; una persona en California puede obtener un anuncio completamente diferente. Realmente la forma en que las campañas han evolucionado más es en su capacidad para orientar y perfeccionar sus mensajes”.

Por último, aunque las plataformas de redes sociales han trabajado para limitar la circulación de información falsa o maliciosa en sus redes, en particular desde el escándalo por la injerencia extranjera en la campaña de 2016, aún les resulta muy difícil controlar todo el flujo de información que se produce en unos comicios señala la editora de Político. “Es muy difícil para estas plataformas de redes sociales mantenerse al tanto de la información errónea, que creo que es parte de la razón por la que han decidido a regañadientes simplemente cerrar la publicidad en un momento determinado” comenta Weiss.