El Tocilizumab, una costosa y exclusiva medicina para la artritis reumatoide, se convirtió en un codiciado y poco accesible tratamiento para algunos pacientes graves de COVID-19. Los hospitales nacionales no han podido garantizar abastecerse de este medicamento. J.I. Cohen, la única proveedora, ha dejado desierto el 81% de las solicitudes de compra de este fármaco a nivel nacional.
“Yo ni sabía que existía ese remedio (Tocilizumab) (…) mi esposa tenía 48 años, nos contagiamos juntos, el muerto debía ser yo, que tengo diabetes y soy hipertenso, pero ella era muy sana pero se le complicó, ya no salió”, dice con tristeza Donaldo Amilcar Corado, de 57 años, originario de Jalpatagua, Jutiapa.
El 10 de septiembre trás varios días de contagio de COVID-19 decidió llevar al Hospital Nacional de Jutiapa a su esposa, Mildred Ramírez, quien tenía dificultad para respirar. En el lugar el personal le dijo que el Tocilizumab podría ayudarle, pero el centro asistencial no contaba con el medicamento y les emitieron una receta para conseguirlo por la vía privada.
La receta era para comprar dos frascos de 400 miligramos de Actemra, nombre comercial del Tocilizumab, una medicina para la artritis cuya patente la tiene la farmacéutica suiza Roche y que en junio de 2020 logró demostrar su eficacia para disminuir el riesgo de muerte en pacientes graves de Covid.
Así fue como el 10 de septiembre, Donaldo inició la búsqueda de un exclusivo y costoso medicamento para tratar de salvar la vida de su esposa. Sacó los Q10,000 que tenía ahorrados pensando que sería suficiente para comprar el tratamiento, pero su sorpresa fue que al contactar vía telefónica a una persona que ofrecía el Tocilizumab en redes sociales, le dijo que el costo era de Q32,000 por los dos frascos. Donaldo le explicó su situación y logró que le fijara el precio en Q24,000.00 a dos pagos, sin embargo Donaldo no tiene factura ni un comprobante de pago, todo se hizo de palabra.
“Yo no tenía ese dinero para la medicina, ni lo tengo, entonces en facebook publiqué la receta pidiendo ayuda a mis amigos, logré que me ayudaran, en cinco días le pagué a la vendedora” indica Donaldo.
La receta de Tocilizumab se hizo viral y muchas personas vieron con asombro el alto costo de este medicamento; Donaldo recibió donaciones en su cuenta bancaria, cuenta que aunque se saldó la cuenta del medicamento, actualmente arrastra una deuda de Q2,000 de los gastos funerarios de su esposa, quien falleció el 17 de septiembre en el hospital.
Lo que muchas de las personas que vieron el costo de la factura no sabían es que no se trataba de una estafa. El costo del tratamiento de Tocilizumab, que debería ser proveído por el Estado, puede llegar en Guatemala a cifras superiores a los Q20,000 en el mercado negro, como ilustra el caso de Donaldo Corado en Jutiapa.
Este medicamento, patentado por Roche hasta 2028, se encuentra suministrado en Guatemala únicamente por la farmacéutica J.I. Cohen. Sin embargo, como muestra el portal de Compras del Estado, Guatecompras, hasta la fecha Cohen ha dejado desiertos el 81% de las compras de este medicamento de los diferentes hospitales nacionales y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
La Ley de Emergencia nacional, aprobada para destrabar este tipo de procesos, tampoco ha resultado efectiva hasta la fecha, y mientras la mayoría de hospitales nacionales permanece desproveido de este medicamento los pacientes graves deben buscar el tocilizumab en el mercado negro del país.
El Tocilizumab, patentado por Roche hasta 2028, se encuentra suministrado en Guatemala únicamente por la farmacéutica J.I. Cohen. Sin embargo, como muestra el portal de Compras del Estado hasta la fecha Cohen ha dejado desiertos el 81% de las compras de este medicamento.
El tocilizumab es un medicamento que se vende como ampollas inyectables, patentadas originalmente como un antinflamatorio para pacientes con artritis remaumatoide y otras variables de la enfermedad, para frenar la inflamación causada por la proteína corporal interleucina 6. Comercialmente es conocida como Actemra, su casa productora es la gigante farmacéutica suiza Roche, dueña de la patente desde 2008 hasta 2028.
En junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó el Tocilizumab como uno de los tratamientos que podría ayudar a reducir la mortalidad de pacientes graves de COVID-19, después de que Roche demostrara seguridad y efectividad del antiinflamatorio en pacientes de coronavirus, bajo la indicación de que el uso de este inhibidor puede prevenir que pacientes lleguen a necesitar ser conectados a un respirador mecánico.
Luego de la recomendación de la OMS sobre la utilización del Tocilizumab en pacientes graves de COVID-19, la demanda del producto subió un 400% a nivel mundial, la medicina comenzó a escasear en diferentes países como Estados Unidos, según reportó CNN el 31 de agosto.
En Guatemala el acceso a Tocilizumab es igual de complicado de conseguir, o más. El único proveedor existente es la farmacéutica J.I Cohen, la empresa vinculada en el pasado a Gustavo Alejos, y que el 28 de abril de 2021 fue intervenida por la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), por una posible evasión de impuestos de hasta Q33 millones cometida entre 2014 y 2016.
J.I. Cohen deja desiertas el 80 por ciento de las solicitudes de compra
Durante la pandemia J.I. Cohen ha sido el único proveedor de Tocilizumab para la red de hospitales nacionales. Sin embargo, hasta la fecha, J.I Cohen, la proveedora de productos Roche en Guatemala, no pudo cumplir con la mayor parte de los contratos con el Estado de Tocilizumab.
Hasta el último día de octubre se registraron 38 concursos por Tocilizumab que quedaron desiertos y 11 prescindidos, de un total de 61 totales solicitudes de compra de este medicamento, segun reporta Guatecompras. Esto supone que J.I Cohen no pudo dar abastecimiento en un 81 por ciento de las ofertas.
Hospitales como los de Chiquimula, Quiché, Huehuetenango y Coatepeque intentaron obtener Tocilizumab sin éxito alguno; el máximo perdedor ha sido el IGSS, pues no logró ni una compra entre los 32 concursos. Cohen habría rechazado cada uno de estos porque el IGSS intentó abastecerse vía contrato abierto y el medicamento no aplica para esta modalidad de compra.
Los únicos hospitales que han podido suministrar de este costoso medicamento han sido el Hospital Nacional Roosevelt ha invertido Q1 millón 331 mil ,621 para abastecerse periódicamente con dosis inyectables de 4 mililitros y el Hospital General San Juan de Dios ha comprado vía directa en dos ocasiones el medicamento a Cohen, por un total de Q179 mil 288. El Hospital Nacional San Vicente de la zona 7 de la ciudad capital, también logró abastecerse con una compra directa de Tocilizumab, sin embargo el monto y la cantidad no está disponible en Guatecompras.
Otro de los datos que llama la atención con respecto a la venta de este medicamento en el país es su precio. En México en las farmacias San Pablo, el frasco de 20 mg tiene un costo equivalente a Q3,665. Mientras que en Estados Unidos, el mismo frasco tiene un costo aproximado de US$491, unos Q3,800.
Sumadas las compras que Guatemala a través del Mspas ha hecho para Tocilizumab de enero a octubre, el Estado ha invertido Q1 millón 510 mil.
Se trató de contactar con J.I Cohen para saber los motivos de dificultad en el país y también el costo del medicamento, pero se informó vía telefónica que no se encontraban dando declaraciones a la prensa.
J.I Cohen S.A cuyo máximo representante es Alberto David Cohen Mory y Micheline Mory Djeeddah, es uno de los principales proveedores de fármacos del Estado, su beneficio inició durante el gobierno de Álvaro Colóm, cuando se les otorgó 2,012 adjudicaciones por concursos y otras 928 por modalidad directa entre 2008 y 2011 con un beneficio económico de Q485.9 millones.
El origen de J.I Cohen se remonta al 2004, cuando una modesta empresa de telecomunicaciones inscrita en el Registro Mercantil como Atento Guatemala Comercial S.A en 1999, cambió su nombre y su actividad económica para abrir paso a la farmacéutica. Esta sociedad en su origen fue inscrita con un capital de Q20 mil, pero cuando pasó a manos de los Cohen en 2004, registraron un aumento abismal en su capital que ascendió a Q200 millones. La farmacéutica fue fundada por Jack Irving Cohen de 92 años, nombres de los que provienen sus siglas. Jack Irving se encuentra además inculpado en el caso Cooptación del Estado.
Sin embargo, la farmacéutica no se encuentra inculpada en ningún caso, por eso sigue siendo una de las principales proveedoras del Estado en cuanto a medicamentos para la red nacional de hospitales y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
Así, ante el desabastecimiento del medicamento en la red nacional, los familiares de enfermos graves de COVID19, a quienes les han recomendado el uso de este medicamento, no apto para todos los pacientes, se han visto avocados a comprarlo en el mercado negro.
La venta irregular de Tocilizumab en redes sociales
—Buenas noches ¿el medicamento sigue disponible?
—Buenas noches, si está disponible, ¿cuantas viales necesita?
y a donde necesita que se lo llevemos ya que dependiendo de la ubicación podemos llevarla y la entrega es gratis. El precio es negociable, se la entregamos en cadena de frío para que puedan manipularlas y no cambie la temperatura.
No Ficción trató de acceder a la compra de este medicamento a través del mercado negro via MarketPlace de Facebook. Una persona particular se encontraba vendiendo el medicamento. Esta ofrecía frascos de Tocilizumab de 20 mililitros a Q8,000.00. El vendedor no accedió a compartir de qué forma se abastecen del medicamento para ofrecerlo vía redes sociales.
A mediados de octubre en Marketplace, también había una persona ofreciendo el mismo producto en Puerto Barrios, Izabal. Sin embargo los vendedores suelen borrar las ofertas de los medicamentos cuando se terminan existencias. Existen páginas en Facebook como “Productos para Industria, Salud y Seguridad en Guatemala” que han ofrecido Tocilizumab en presentación de 200mg y 80mg con entrega inmediata.
Esto prueba que si existe capacidad económica, este tipo de proveedores están dispuestos a llevar la viales necesarias hasta la puerta de la casa, sin importar si existe una receta médica o no.
Mientras tanto, en algunas de las principales farmacias de Guatemala, no es posible adquirir, el medicamento, por ejemplo Farmacias Galeno, tiene registrado el Tocilizumab en su página web, pero al llamar para consultar disponibilidad indicaron que está agotado, igual caso en Farmacias Cruz Verde.
La oferta de Tocilizumab en redes sociales hacen pensar que su escasez fuera un mito, el antiviral remdesivir y otros tratamientos experimentales para COVID-19, también son ofrecidos en grupos de ventas a nivel local, en marketplace y sin ningún tipo de restricción o advertencia.
Los riesgos del Tocilizumab
Si bien la OMS ha recomendado el uso del Tocilizumab, este no es un remedio mágico y tampoco se puede usar en cualquier paciente grave; personas con enfermedades infecciosas previas como VIH, hepatitis C o tuberculosis, no pueden recibir este medicamento porque su situación se puede agravar, explica Dania Hernández, directora del Hospital Temporal Parque de la Industria.
Además para que el Tocilizumab cumpla con su función de desinflamar el sistema respiratorio, el paciente debe estar en los primeros siete días de contagio, los médicos deben determinar a través de radiografías o tomografías como se encuentra la capacidad pulmonar de la persona, “este medicamento debe usarse con precaución, no se puede usar deliberadamente como mucha gente a pensado”, indica Hernández.
La doctora Nuría Chávez, infectóloga del Hospital Nacional de Zacapa, agregó que para poder aplicar el Tocilizumab en una persona, se debe determinar con exámenes de sangre que existe una elevación en la proteína llamada interleucina seis, “sin medir este valor no se puede dar el tratamiento a ciegas (…) si no hay mejoría en la primera dosis, no mejorará con la segunda, eso lo hemos aprendido durante la pandemia”, agregó Chávez.
Tomando en cuenta la descripción dada por las doctoras Chávez y Hernández sobre los peligros y lineamientos médicos a seguir con este tratamiento, puede ser riesgoso si se administra a una persona contagiada de COVID-19 de manera improvisada.
Contrastes en los hospitales nacionales
En cuanto a Tocilizumab, el Doctor Zagreb Zea, presidente de la Junta Directiva del Cuerpo Médico, afirma que el Roosevelt cuenta con las dosis suficientes para atender las necesidades normales que se atienden en este hospital, pero esto no es sinónimo de estar tranquilos, “es que si tenemos, pero si viene un nuevo pico de contagios a fin de año, se nos van a agotar los medicamentos y lo delicado es que no hay certeza de que los proveedores nos puedan abastecer con inmediatez”.
Si se observa los hospitales departamentales, la situación es aún más dramática, el Hospital Nacional de Zacapa, aún siguen emitiendo recetas de Tocilizumab, pese a que el MSPAS lo prohibió a finales de septiembre y esto es porque desde hace mucho tiempo atrás que se quedaron sin el medicamento, explica la doctora Chávez.
“Si el paciente cumple con los parámetros médicos para recibir Tocilizumab, nosotros le damos una receta a la familia porque no la tenemos, esto lo hacemos viendo el beneficio de la población, sabemos que puede haber una respuesta buena del paciente si la familia tiene la posibilidad de hacer el sacrificio (…) hacemos esto en contra de la voluntad del ministerio y contra la voluntad política de los diputados, cuando sabemos que esta medicina puede ayudarnos a salvar una vida”.
El Hospital de Zacapa intentó comprar 277 viales de Tocilizumab a J.I Cohen en agosto por un costo de Q 696 mil 696 quetzales en contrato abierto, pero por deuda previa no se concretó la compra, “probablemente nos despachen en el mes de noviembre, esto es por falta de pago y costos”, explica Chávez.
Luego de la última ola de contagios en septiembre y el Ministerio de Salúd Pública y Asistencia Social (MPSAS), reportando una baja en la cantidad de casos nuevos detectados al día, pareciera que la calma volvía a los hospitales en octubre y noviembre, pero el cirujano Zagreb Zea, presidente de la junta directiva del Hospital Nacional Roosevelt, explica que dentro del centro asistencial más grande del país, existe una crisis constante sin fin, que la población desconoce.
“La situación más preocupante ahora la tenemos en el área de maternidad y en la pediatría, hay niños menores de 12 años, infectados, las vacunas para ellos no están autorizadas. Entonces, la pediatría sufre con 10 a 12 pacientes diarios de COVID-19 (…) La maternidad, tenemos en esta segunda semana de noviembre a 10 mujeres con COVID, en un espacio que le llamamos el búnker que solo tiene capacidad para cuatro” , así describe la situación del Roosevelt, el doctor Zea.
Ley de Emergencia Nacional: “Los médicos necesitaban un caballo y el Congreso les dio un coche”
Uno de los mecanismos que podría ayudar a subsanar la crisis de desabastecimiento en los hospitales de Tocilizumab, así como de otros medicamentos que actualmente faltan para tratar el Covid 19, es la Ley de Emergencia Nacional para la Atención de la Pandemia.
El 13 de septiembre, la iniciativa contó con 137 votos a favor y,en teoría, esta sería una emergencia para que el MSPAS y el Igss, pudieran superar las dificultades legales que les afectan para abastecerse de medicamentos e insumos de forma inmediata para responder a la crisis. Se le asignó un presupuesto de Q1 mil 800 millones para la cartera de salud y definieron un listado de medicamentos prioritarios por comprar entre ellos el Tocilizumab.
“La ley debería simplificar procesos, debería ser sólida y simple pero se convirtió en una miscelánea de ocurrencias y de cuatro propuestas de diferentes bloques se armó un Frankenstein”, dice la diputada Lucrecia Hernández Mack de la Bancada Semilla y ex ministra de salud, para definir la ley de emergencia. “Los médicos necesitaban un caballo y el Congreso les dio un coche”, ejemplificó.
La ley otorga presupuesto a la red nacional de hospitales para la recta final del año, pero algunos de sus requisitos dificultan las compras. “Resulta que la ley obliga a las unidades ejecutoras de los hospitales a ver precios de referencia de los hospitales privados y generar manuales previos para la compra, osea que no solo no agilizamos las compras sino que le pusimos más tarea al personal administrativo”, resalta Hernández.
La ley de emergencia perderá su vigencia el 31 de diciembre; hasta el 16 de noviembre únicamente se habían ejecutado Q 496 millones del presupuesto, según un informe que publicó en redes sociales el diputado Orlando Blanco quien preside la Comisión de Previsión y Seguridad Social. “no se ha contratado a nadie”, enfatizó blanco.
“Todo esfuerzo es bueno, pero la realidad es complicada”, dice el doctor Zagreb Zea sobre la ley,
Zea advierte que en los últimos tres meses, algunos fármacos importantes para el hospital como el ansiolítico Midazolam y medicamentos vitales para los intensivos han triplicado su costo en el mercado, “esto se debe a que muchas veces no hay disponibilidad en el mercado, los proveedores tienen pocas existencias y aumentan los precios (…) hasta las mascarillas quirúrgicas han subido su precio, antes una caja nos costaba Q45.00 y ahora están a Q150.00.
Zea también compartió que en el Roosevelt se intentó contratar a 200 enfermeras pero solo llegaron 65 personas por las vacantes, “tampoco encontramos terapistas respiratorios, es que algunos encuentran mejores condiciones laborales en hospitales privados y ni con los fondos de la ley de emergencia se les puede ofrecer otras condiciones” señaló.
Faltan seis semanas para finalizar el 2021 y según los datos oficiales Guatemala tiene totalmente vacunadas solamente a 3.72 millones de personas que representan el 22% de la población. En los últimos 8 días el MSPAS ha reportado entre 400 a 600 casos nuevos de Covid-19 a nivel nacional.
Las estrategias utilizadas por el Estado para intentar resolver los problemas que aquejan a los hospitales nacionales como el desabastecimiento no han logrado su objetivo, obligado a familias como la de Donaldo Amilcar Corado ha buscar medicamentos complejos y monopolizados a nivel mundial como el Tocilizumab a precios sobrevalorados para intentar salvar a sus familiares.
“En el Hospital no hay mucha información, no se cuando le pusieron la medicina, pero el viernes 17 a las 2:40 pm mi esposa falleció por un paro sistémico generalizado” expresó Donaldo.