En Quetzaltenango, cinco jugadoras del equipo femenino de Xelajú MC no solo se esfuerzan en la cancha, también lo hacen en las aulas. Entre entrenamientos y exámenes, combinan su pasión por el fútbol con sus estudios universitarios, demostrando que el deporte y la educación pueden ir de la mano. A esta historia se suma Andrea, una periodista que trabaja para dar visibilidad a las atletas y su lucha por el reconocimiento en el fútbol guatemalteco.
Durante décadas, el fútbol ha sido un deporte asociado principalmente a los hombres. Pero las mujeres han estado presentes en este ámbito desde siempre, aunque con menor visibilidad. La idea de que “el fútbol es solo para hombres” ha sido desafiada en los últimos años, con mujeres que han convertido este deporte en su pasión y profesión. Uno de los ejemplos de esto es el equipo femenino del Xelajú MC.
Este 8 de marzo, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, es importante destacar a equipos femeninos como el Xelajú MC, uno de los nueve clubes que compiten en la Liga Nacional de Fútbol Femenil (LNFF)) de Guatemala. Este equipo, con sede en Quetzaltenango, cuenta con jugadoras provenientes de diferentes departamentos del país e incluso de otros países.

A nivel mundial, el crecimiento del fútbol femenino es innegable. En 2023, la FIFA reportó que 16.6 millones de mujeres y niñas juegan al fútbol, un aumento del 24% en solo cuatro años. Sin embargo, la profesión aún enfrenta desafíos: de 3.9 millones de jugadoras registradas, solo 19,064 son profesionales. En cuanto a entrenadoras y árbitras, los números siguen siendo bajos, con solo un 5% de directoras técnicas y un 9% de árbitras, según Mundo Deportivo.
Guatemala, como parte de la Concacaf, pertenece a una de las regiones con mayor número de futbolistas femeninas. Sin embargo, el desarrollo del fútbol femenino en el país todavía enfrenta obstáculos en inversión y profesión. A pesar de ello, las jugadoras siguen demostrando que el fútbol es suyo tanto como de los hombres, que es su pasión y que su talento merece el reconocimiento y el apoyo que el deporte requiere para seguir creciendo.
Fútbol femenino en Guatemala: menos equipos y un nuevo formato para el Clausura 2025
El torneo Clausura 2025 de la Liga Nacional Femenina de Guatemala inició el 1 de marzo con cambios significativos en su formato de competencia y una reducción en el número de equipos participantes. Tres clubes, Marquense, Concepción y MuniGuate, renunciaron a su participación, lo que llevó a que este torneo se juegue sin descensos.
Con solo nueve equipos en competencia, el sistema de juego será de todos contra todos en una sola vuelta, sumando ocho partidos en nueve jornadas. La fase final se desarrollará de la siguiente manera:
Primer y segundo lugar avanzan directamente a las semifinales.
Del tercero al sexto lugar disputarán una fase de eliminación para definir a los otros dos semifinalistas.
Uno de los equipos protagonistas del torneo es Xelajú MC Femenino, que buscará conquistar su cuarta luna, después de haber sido el mejor equipo en la fase de clasificación del torneo anterior. En el Apertura 2024, las quetzaltecas finalizaron invictas, con la mayor cantidad de goles anotados y la portera menos vencida, pero cayeron en la final ante Municipal Femenino en un partido con un arbitraje cuestionado.

La historia de cinco jugadoras de Xelajú MC y una periodista en Quetzaltenango
El equipo anteriormente conocido como Deportivo Xela cambió su nombre hace seis meses para integrarse formalmente al Club Xelajú MC. Actualmente, cuenta con una plantilla de 26 jugadoras, entre ellas futbolistas nacidas en Estados Unidos y otras provenientes de diferentes departamentos del país, como Antigua Guatemala, Retalhuleu, Huehuetenango, Malacatán, Jalapa y Quetzaltenango.
Javier “El Zurdo” González, entrenador del equipo, ha destacado los desafíos que enfrenta el fútbol femenino en Guatemala y la importancia de seguir impulsando su crecimiento. “El mayor desafío para las jugadoras siempre es ganar el título. Nuestro objetivo es ser protagonistas nuevamente y lograr la anhelada cuarta luna para el club”, afirma el entrenador. Esta es la historia de cinco de sus jugadoras.

Fabiola Álvarez: Talento y determinación en el fútbol guatemalteco
Con solo 18 años, Fabiola Álvarez ya se ha convertido en una de las promesas del fútbol femenino en Guatemala. Nació en Quetzaltenango y desde los 14 años ha defendido los colores del Club Xela, equipo que representa con orgullo en la Liga Nacional. Su talento y esfuerzo la llevaron a la Selección Sub-20, donde recientemente anotó un gol.
Juega en el medio campo, donde su visión de juego y entrega han sido clave para el equipo. Pero su vida no solo gira en torno al fútbol: también estudia Administración de Empresas en la Universidad de San Carlos, enfrentando el reto de equilibrar sus estudios con su carrera deportiva.
Rompiendo barreras dentro y fuera de la cancha
“Siempre buscamos ser mejores cada día”, dice Fabiola, convencida de que el fútbol femenino en Guatemala tiene mucho potencial. Sabe que las condiciones no son las mismas que en el fútbol masculino, pero no se detiene. “Nos toca esforzarnos el doble, no solo en la cancha, sino también fuera de ella”.
El camino no ha sido fácil: entrenamientos, viajes con la selección y estudios exigen organización y sacrificio. “Me dieron algunos permisos en la universidad, pero es mi responsabilidad ponerme al día. Si quiero jugar y estudiar, tengo que encontrar la manera”, explica con madurez.
Una meta clara
A pesar de los desafíos, Fabiola no pierde el enfoque. “Nosotras mismas buscamos los caminos y rompemos barreras para las generaciones que vienen detrás”, asegura. Su gol con la selección es prueba de su esfuerzo, pero también de que el fútbol femenino en Guatemala sigue creciendo.
Para Fabiola Álvarez, el fútbol no es solo un deporte, es una pasión que se juega con el corazón.

Daniela Mazariegos: Once años de pasión en el fútbol guatemalteco
Con 23 años, Daniela Mazariegos se ha consolidado como una pieza clave en la defensa central de Xelajú Femenino. Su trayectoria en el fútbol profesional comenzó hace más de una década, cuando debutó con el equipo de su natal Quetzaltenango, en aquel entonces conocido como Deportivo Xela. Desde entonces, ha sido parte del crecimiento del fútbol femenino en Guatemala y ha levantado tres títulos nacionales con su equipo.
Mazariegos ha sido testigo de la evolución del fútbol femenino en el país. “Las oportunidades han crecido y las condiciones han mejorado, pero sigue siendo un reto abrirse camino”, explica. Para ella, el desafío no es solo físico, sino también mental. “Nos toca demostrar que el fútbol también es nuestro, que somos fuertes y que merecemos estar aquí”.
Equilibrar su vida entre el fútbol y los estudios no ha sido fácil, pero su determinación la ha llevado lejos. Además de ser jugadora profesional, estudia la Licenciatura en Nutrición en la Universidad Mesoamericana. Sus mañanas las dedica a las aulas y sus tardes al entrenamiento, una rutina exigente que asume con orgullo.
Un mensaje de perseverancia
A lo largo de estos once años, ha aprendido que el éxito no solo se mide en trofeos, sino en la capacidad de superar obstáculos. “Siempre habrá barreras, pero no deben ser motivo para detenernos, sino para impulsarnos aún más”, afirma con convicción.
Daniela Mazariogos es una defensora dentro y fuera de la cancha.

Madeline Ventura: Del medio campo al fútbol europeo
El balón rueda en la cancha y en el centro del campo, Madeline Ventura toca la pelota. Es mediocampista en Xelajú MC Femenino. Desde 2008, ha construido su camino en el fútbol. Originaria de Quetzaltenango, jugó en equipos como Suchitepéquez y Huehuetenango, además de formar parte de las selecciones Sub-17, Sub-20 y la mayor. Su talento la llevó hasta España, donde vistió la camiseta del Zaragoza durante un año antes de regresar a Guatemala.
“Nos ha tocado romper barreras”, dice con firmeza.
Jugar fútbol siendo mujer ha sido un reto. “No siempre tenemos el apoyo ni los recursos que necesitamos, pero hemos aprendido a buscar nuestras propias oportunidades”, cuenta Madeline.
Hoy, con jugadoras de distintos departamentos, sigue defendiendo el medio campo de Xelajú MC. Sabe que aún hay mucho por lograr, pero está convencida de que cada partido, cada entrenamiento y cada sacrificio suman al crecimiento del fútbol femenino.
Un mensaje para las mujeres en su día
Este 8 de marzo, Madeline envía un mensaje claro: “A todas las niñas, jóvenes y mujeres que quieran hacer deporte, háganlo. No importa si es fútbol o cualquier otro, lo importante es dedicarse y luchar por lo que quieren. Las mujeres somos constantes, disciplinadas y siempre encontramos la forma de romper barreras”.
El balón sigue rodando y Madeline sigue firme en la cancha, demostrando que el fútbol femenino no se detiene.

Anayeli Quintanilla: La guardiana del arco y de sus sueños
Anayeli Quintanilla conoce bien lo que significa defender. En la cancha, como guardameta, y fuera de ella, como una mujer que ha trabajado por su lugar en el fútbol guatemalteco. Con 22 años, ha construido su camino entre campeonatos, ascensos y procesos de selección, siempre con la convicción de que el esfuerzo y la disciplina abren puertas.
Llegó hace siete meses a Xelajú MC Femenino, después de haber jugado cinco años en Huehue Femenil y haber pasado por procesos de selección Sub-20 y mayor. Ahora, su reto es seguir creciendo en un fútbol que aún enfrenta desafíos.
“Siempre van a haber batallas, cosas que te impidan hacer lo que más te gusta”, dice con seguridad. “Pero con disciplina y perseverancia, todo se puede lograr”.
Jugar, resistir, soñar
El fútbol femenino en Guatemala no lo tiene fácil. Equipos que desaparecen, ligas que apenas logran iniciar, salarios que apenas alcanzan. Cuando empezó a jugar, la liga tenía 16 equipos. Hoy quedan nueve. “Por poco y no había liga”, menciona con preocupación. “Eso debería cambiar. Se necesita más apoyo para que cuando llegue una convocatoria a selección, todo esté mejor preparado”.
Los factores son varios: falta de apoyo económico, dificultades administrativas, poca inversión. Aún así, ella y sus compañeras siguen adelante. “Nosotras mismas tenemos que trabajar para mejorar esto, ser más profesionales y demostrar lo que valemos”.
Los sueldos en el fútbol femenino no se comparan con los del masculino. “Nos tenemos que acoplar a lo que hay”, dice con realismo. Mientras tanto, planea combinar su carrera deportiva con la docencia: cuando termine la temporada, dará clases de física en un colegio de Huehuetenango.
Más que compañeras, familia
Lejos de casa, Anayeli comparte techo con sus compañeras Carmen y Karen González. Entre entrenamientos y partidos, se apoyan como pueden, porque ser futbolista en Guatemala también significa aprender a resistir.
A pesar de todo, hay cosas que valen la pena. Como la afición. “No te digo que en la misma cantidad que en el fútbol masculino, pero la gente siempre se hace presente”, dice con gratitud.
En el campo, Anayeli sigue firme. Sabe que el fútbol femenino aún tiene camino por recorrer, pero no duda en su capacidad de seguir avanzando. “Si tienes sueños y metas, lucha por ellos”, menciona.

Carmen Guevara: 15 años defendiendo el fútbol femenino
Carmen Guevara se planta firme en la cancha. Como defensa central, su misión es clara: proteger su arco y dirigir el juego desde atrás. Originaria de Jutiapa, lleva 15 años en el fútbol profesional y ha jugado en equipos como Sacachispas, Cremas y ahora Xelajú MC. No es solo otro equipo en su trayectoria.
“Para el fútbol no hay edades”, dice con seguridad. Ha visto a mujeres seguir jugando por puro amor al deporte, sin importar los años ni los obstáculos. Porque el fútbol, lo sabe bien, es cuestión de disciplina y de aprovechar cada oportunidad.
De más equipos a solo nueve: el reto del fútbol femenino
Cuando Carmen empezó, la liga femenina tenía 16 equipos. Hoy quedan nueve. “No sé qué está pasando, en lugar de subir, vamos bajando”, dice con preocupación. Las jugadoras entrenan y se preparan, pero el torneo sigue siendo inestable.
El cambio de Deportivo Xela a Xelajú MC Femenino trajo mejoras: ahora tienen respaldo del club y juegan en el estadio Mario Camposeco. “Antes no había tanto apoyo, ahora el club nos respalda económicamente y eso es de agradecer”, explica.
Un equipo que no se rinde
“El fútbol da revanchas”, dice con convicción. Han estado cerca de un nuevo campeonato y este torneo esperan conseguirlo.
A la afición, le deja una invitación clara: “Su apoyo es importante para nosotras. Cuando los vemos en las gradas, sentimos ese plus para sacar los partidos adelante”.
El crecimiento del fútbol femenino en Guatemala

El entrenador también señala que el desarrollo del fútbol femenino ha avanzado en los últimos años, aunque aún hay grandes desafíos por superar. “Hay equipos serios que apoyan a las chicas, pero otros no tienen los recursos suficientes. Sería importante que la iniciativa privada se involucre más en el patrocinio de los torneos para impulsar la masificación del fútbol femenino”, explica.
Sobre la comparación con el fútbol masculino, González destaca que el apoyo varía según el club. “Nuestro equipo cuenta con una buena infraestructura y jugamos en los mismos estadios que la mayor varonil. Sin embargo, hay otros equipos femeninos que están muy abandonados”, menciona.
Uno de los principales obstáculos para que el fútbol femenino reciba la misma visibilidad que el masculino. “Para lograr una verdadera equidad, es necesario competir en igualdad de condiciones y eliminar los prejuicios que aún existen en el deporte”, enfatiza González.
El futuro del fútbol femenino en Guatemala
Según el entrenador, la Liga Nacional Femenina tiene el potencial de seguir creciendo si se le presta la atención necesaria. “Tenemos varias jugadoras compitiendo en el extranjero, lo cual es una ventaja para el desarrollo del fútbol en Guatemala. Pero es fundamental mejorar la organización de la liga femenina y garantizar mejores condiciones para las jugadoras”, asegura.

Para lograr una mayor igualdad de oportunidades, González considera que se debe apostar por la inversión en las ligas menores.
“Es un proceso que tomará tiempo, pero poco a poco se deben generar cambios para que más personas y empresas se interesen en apoyar el fútbol femenino”, concluye.

La historia de Andrea en el fútbol femenino
Sentada, con una sonrisa, Andrea recuerda sus inicios en el periodismo deportivo. “Me lancé al agua con el apoyo de mi familia”, dice sobre su primera oportunidad en televisión como reportera. Su historia no es solo la de una periodista apasionada por el deporte, sino la de una profesional que ha sabido abrirse camino en un ámbito donde las mujeres aún enfrentan desafíos.
Su carrera comenzó con unas prácticas en medio Stereo 100, pero fue en Espacio Lanudo donde tuvo su primera gran oportunidad como reportera. Aunque el ritmo era exigente, Andrea se mantuvo firme. “La persistencia es lo que te ayuda a crecer y a ser feliz en tu ámbito”, afirma, recordando la educación y las palabras de su abuela y las mujeres de su familia, quienes siempre la han motivado.
Con el tiempo, su nombre se hizo presente en distintos medios, como Mi Xelajú Fan, Locos por Xelajú, Radio Siglo 104 y, más recientemente, La Voz de Xela. En esta última, marcó un precedente al convertirse en comentarista deportiva, abriendo camino para que más mujeres se sumen al periodismo deportivo en Quetzaltenango. “Es importante que las mujeres no se rindan, que persigan sus sueños sin importar los obstáculos, porque sí se puede”, dice con seguridad.

Andrea ha vivido los campeonatos de fútbol con una intensidad especial. La sexta luna de Xelajú la marcó profundamente, evocando el recuerdo de su abuelo, quien siempre la impulsó a seguir el periodismo deportivo. “Sentí como un peso que se iba, respiré y dije: ‘Esto es por mi abuelo'”. La séptima luna, en cambio, la vivió desde otra perspectiva, enfocada en la coordinación y cobertura del evento. “Me la disfruté, pero trabajando, pendiente de cada detalle para el medio con el que estoy actualmente”.
Además de periodista, Andrea es empresaria. Dirige una empresa familiar, un estudio digital tecnológico, donde se encarga de la comunicación social y relaciones públicas. Su versatilidad demuestra que el periodismo puede convivir con otros proyectos sin perder la esencia.
Este 8 de marzo, Andrea es un ejemplo de perseverancia y compromiso con la igualdad de género en los medios deportivos.