El ex presidente Óscar Mejía  Víctores, el ex jefe de la D2, Byron Disrael Lima Estrada, y los ex jefes del Estado Mayor Presidencial, Héctor Nuila Hub y Juan José Marroquín Siliezar, todos responsables por los casos registrados en el Diario Militar, murieron sin haber sido procesados. Todos tenían un largo historial en la represión.

P: ¿Pero por qué manipularon la información entonces? ¿Por qué…? ¿Quiere decir que los testimonios…?

Porque si yo puedo vivir tranquilo, bien, que me paguen por criticar y decir algo de otra persona, en este caso, sin mayor conocimiento, lo hago. Y así vive un montón de gente. Y entre más critiquen, entre más hagan alharaca contra el gobierno y toda esta cuestión, más reciben los fondos de ayuda.

P: Entonces usted piensa que los testimonios y las pruebas…

La mayoría son falsos testimonios. Por eso es que no tiene cabida, porque la gente lo vivió. Y si yo viví aquí, y la mayoría de gente vivió aquí, y sabe lo que fue, lo que pasó, no va a creer, ni se preocupan por leer la Memoria del Silencio digámosle, o el REMHI. Sólo ver ese tamaño de los librotes esos ya no dan ni ganas. Y cuando lee: y lo mismo y lo mismo. En realidad no tiene cabida aquí eso. Han hecho películas, han hecho de todo, y pasa. Aquí, en nuestro medio ambiente, esa es una de las, digámosle, de lo más honorable de Guatemala: que pasó, pasó. Por duro que haya sido el problema, con el tiempo se olvida. Por eso están recalcando a cada rato, porque… (se ríe) para ver qué se saca pues. Esa es la finalidad.

Así se expresaba Óscar Humberto Mejía Víctores en diciembre de 2003, cuando fue entrevistado en su casa por Grégory Lasalle y Sarah Schanteleuze. Sin que se lo preguntaran directamente el general abordó el tema del Diario Militar. Estas fueron sus explicaciones:

P: ¿Por qué lo están acusando?

Pues porque vino una señora norteamericana, y sacó un diario militar decía, que salió en 1984, no sé cuándo, un diario militar que es un apócrifo completamente porque en realidad no… el ejército no hace… (sonríe y hace ademán de escribir) no hace esas cosas, ¿verdad? Pero como… si usté lo ve… mal escrito, con borrones, tachones… No tiene nada de consistencia. Y desafortunadamente habían ¿como cuántos eran?, como ochenta y pico de gentes las que mencionaban ahí, desaparecidas y no sé cuánto. 

Yo la presi… (se ríe) Yo digamos era el Jefe de Estado en esa época, ¿qué me iba a andar yo preocupando porque Juan Pérez estaba en tal lugar, “mándenlo a matar”? Nada, ¿verdad? Si había una situación de guerra, un estado de guerra, no tiene uno ni qué decir nada, sino que cada quién cumple con su cometido. 

P: Entonces no había… ¿habían desaparecidos en aquel tiempo?

Mire, desaparecidos siempre hay, porque muchos que se van, ¿verdá usté? ¿Sabe dónde están los desaparecidos? Viviendo en Estados Unidos trabajando, porque tenemos casi tres o cuatro millones de guatemaltecos que están trabajando y viviendo unos en Florida, otros en México. Esos son los desaparecidos. Se van.

P: ¿Tiene miedo usted de estas cosas?

Yo no. Si tuviera miedo no estaría tan tranquilo (ríe). Yo ando por todos lados, me movilizo. No.

Entrevista a Humberto Mejia Victores (2003, 37') from Greg on Vimeo.

Óscar Humberto Mejía Víctores, Jefe de Estado y Ministro de la Defensa Nacional del 8 de agosto de 1983 al 14 de enero de 1986, periodo en el que ocurrieron los hechos registrados en el Diario Militar y de los que como máxima autoridad fue su principal responsable, nació en la Ciudad de Guatemala el 9 de diciembre de 1930. Ingresó a la Escuela Politécnica en 1948, y dos años más tarde recibió un curso sobre materiales de guerra en la Andrews Air Force Base en Maryland, Estados Unidos.

En 1959 fue ayudante en el Estado Mayor General del Ejército, y durante la dictadura de Enrique Peralta Azurdia fue oficial de operaciones en la Brigada Militar Guardia de Honor. En marzo de 1966 estuvo asignado al Cuartel General de Matamoros, periodo en el que desaparecieron al menos treinta y tres personas, todas militantes del PGT, el MR-13 y las FAR, muchas de las cuales estuvieron en ese lugar antes de ser trasladadas a Retalhuleu para luego ser arrojadas al mar.    

De abril de 1966 a septiembre de 1969 fue oficial de operaciones S-3 en la Brigada Militar de Zacapa, que junto a Izabal eran los principales departamentos de influencia guerrillera y en los que la represión incluyó escuadrones de la muerte y bombardeos con napalm. El 24 de marzo de 1982, un día después del golpe que puso en el poder a Efraín Ríos Montt, Mejía Víctores fue nombrado Viceministro de la Defensa. Y, cuando Ríos Montt disolvió la Junta Militar y se nombró presidente, Mejía Víctores ascendió a Ministro. el 8 de agosto de 1983,Mejía Víctores dio un golpe de Estado a Ríos Montt,   y asumió el cargo de Jefe de Estado y Ministro de la Defensa Nacional Se mantuvo en el poder hasta el 14 de enero de 1986, tras lo que se retiró.

Como ha detallado el proceso del Diario Militar, Oscar Humberto Mejía Víctores fue la máxima cabeza de las instituciones de inteligencia que ejecutaron las persecuciones capturas y ejecuciones recogidas en el dossier.

Como él mismo reconoció en la entrevista que le hicieron en 2003, llevó una vida apacible hasta que murió en la impunidad el 1 de febrero de 2016.

Pablo Nuila Hub, El kaibil número 1

Pablo Nuila Hub fue el jefe del Estado Mayor Presidencial desde el 15 de junio de 1984 hasta el final del gobierno de Mejía Víctores. El responsable de parte de las operaciones consignadas en el Diario Militar. Nuila Hub nació en 1936, en Alta Verapaz. Durante su juventud recibió instrucción militar en los Estados Unidos, y es uno de los graduados de la Escuela de las Américas. Entre 1966 y 1969 fue jefe de La Regional y de la Policía Judicial, un periodo particularmente sangriento, en el que los escuadrones de la muerte actuaban con total impunidad. Nuila Hub fue fundador de la Escuela de Adiestramiento y Operaciones Especiales Kaibil en 1974, y reconocido como el kaibil número 1. Fue secretario de Relaciones Públicas durante los primeros meses del gobierno de Mejía Víctores hasta el 15 de marzo de 1984, cuando sustituyó a Juan José Marroquín Siliezar como jefe del Estado Mayor del Jefe de Estado, desempeñándose como tal hasta fines del gobierno de Mejía Víctores.

Se retiró después de 1996, y hasta poco antes de su muerte recibió constantes homenajes por parte de las nuevas generaciones de militares. Murió el 22 de febrero de 2021.

Juan José Marroquín Siliézar

Juan José Marroquín Siliézar fue jefe del Estado Mayor del Jefe de Estado del 9 de agosto de 1983 al 15 de marzo de 1984, periodo en el que fueron secuestradas o asesinadas 104 personas registradas en el Diario Militar. Posteriormente fue comandante de la Base Militar de Tropas Paracaidistas y de la Zona Militar 13-16, ambas involucradas en graves violaciones a los derechos humanos.

Fue jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional del 21 de mayo al 5 de septiembre de 1990, fecha en que fue dado de baja, aparentemente por estar relacionado a una intentona golpista o por intereses electorales. Fue uno de los fundadores y presidente de la Liga Pro Patria. Murió el 8 de febrero de 2013.

También estudió en los Estados Unidos, también es uno de los graduados de la Escuela de las Américas y también inició su carrera combatiendo a las guerrillas de los años sesenta.

Durante el gobierno de Ríos Montt fue segundo comandante de la Base Militar de Cobán, en cuya jurisdicción ocurrieron numerosas masacres contra la población civil.

Byron Disrael Lima Estrada

Byron Disrael Lima Estrada fue el jefe de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional (D-2) del 9 de agosto de 1983 a febrero de 1985, prácticamente el mismo periodo que abarca el Diario Militar.

El documento contiene varias anotaciones que mencionan la conexión con la dependencia a su cargo. Diez de las personas capturadas fueron entregadas a la Dirección de Inteligencia, y se coordinó con ésta para secuestrar a un herido del Hospital Roosevelt.

De acuerdo a una de las declaraciones leídas por el Ministerio Público, Lima Estrada, quien era conocido con el sobrenombre de Lizana, giraba las órdenes para la actuación de los grupos operativos de inteligencia de la estructura bajo su mando, que actuaban de manera clandestina.

Lima, quien fue otro de los graduados de la Escuela de las Américas, combatió a las primeras guerrillas en el oriente y occidente del país desde sus inicios, y antes de ser director de inteligencia había sido subjefe del Archivo en los años 70. El 21 de enero del 2000 fue capturado por el asesinato de monseñor Gerardi, y condenado el 8 de junio de 2001 a 30 años de prisión. Fue liberado en julio de 2012 por buen comportamiento, trabajo social y haber completado sus estudios. Murió en su casa el 29 de diciembre de 2019.

«¡Mi solidaridad héroes de guerra, defendieron la soberanía del país y nos salvaron del comunismo!», Álvaro Arzú, diputado del Congreso de la República.

¡Mi solidaridad con los héores de guerra! Las voces en contra

Poco después de realizadas las capturas, el director de la Fundación contra el Terrorismo, Ricardo Méndez Ruiz, declaró que el Diario Militar era una falsificación realizada por Helen Mack, presidenta de la Fundación Myrna Mack, creada tras el asesinato de su hermana en  1990, y Gustavo Meoño. Su fabricación habría tenido lugar cuando Meoño era director del Proyecto de Recuperación del Archivo Histórico de la Policía Nacional, y su finalidad, la de obtener 10 millones de dólares.

El kaibil y coronel retirado Hugo Samuel Morales García publicó esa misma tarde un video donde expresó que el hecho de que varios militares se encontraran presos desde hacía años se debía a “la componenda de jueces corruptos, como el juez Gálvez, la jueza Aifán y el juez Xitumul, en contubernio con esos fiscales que han prestado sus buenos oficios, o malos oficios, para ceder y encarcelar a líderes, y otras personas que supuestamente relatan hechos de desapariciones forzadas, basados en unos documentos avalados, ideados bajo personas de tendencia terrorista, como la señora Mack y el terrorista Gustavo Meoño. Ellos son los que articularon el supuesto diario militar y otros archivos de la Policía Nacional Civil”.

El coronel Hugo Morales dijo que la justicia debe aplicarse “con pruebas fehacientes, y no con suposiciones y saña de la gente de izquierda, que no fue capaz ni siquiera de empuñar un fusil en el campo de batalla pero hoy sí empuñan la pluma viperina para señalar a gente anciana”. Declaró que “esto está conduciendo a una nueva guerra civil de seguir por ese camino” y exhortó a los líderes militares a la unidad: “Si no luchamos contra estos sátrapas, vamos a caer”, explicó.

La abogada Karen Fischer manifestó a Radio Sonora: “Esta persecución selectiva contra nuestros héroes veteranos militares debe parar inmediatamente”, y señaló que “gracias a ellos gozamos de un país libre y democrático”. Explicó que el Diario Militar “es un diario que supuestamente un oficial del ejército se lo envió a la SEPAZ” y que se refiere a “personas que supuestamente fueron desaparecidas y ejecutadas”.

Álvaro Arzú Escobar, diputado por el Partido Unionista —cuyo eslogan retoma el viejo lema del ultraderechista Movimiento de Liberación Nacional Dios, Patria, Libertad—, presidente del Congreso durante el periodo 2018-2019 e hijo del ex presidente de la república Álvaro Azrú Irigoyen, lamentó el “arresto de ancianos con serios problemas de salud por un expediente por el que en 24 años no han evadido la justicia”, y manifestó: “¡Mi solidaridad héroes de guerra, defendieron la soberanía del país y nos salvaron del comunismo!”.

La presentadora de televisión Karina de Rottmann indicó que se trataba de una “mala noticia para la paz de Guatemala, para la gobernabilidad de Guatemala, y para la restauración de esa ruptura de lazos que ha habido entre hermanos guatemaltecos”. De Rottmann entrevistó a Karen Fischer en diversas oportunidades, en las que la licenciada reiteró que el Diario Militar “es un panfleto fabricado por el señor Gustavo Meoño Brenner, ex guerrillero perteneciente a la organización terrorista ORPA, y que se logró colar, como hacen hoy en día todos los izquierdistas, al Archivo Histórico de la Policía Nacional Civil. Desde ahí ellos empiezan a armar ese diario inexistente, con el apoyo de la Fundación Myrna Mack, y es así como aparentemente un especialista del ejército —lo cual obviamente no es cierto por los antecedentes que acabo de decir— se lo vende por la cantidad de dos mil dólares al National Security Archive, a la señora Kate Doyle”.

Ya en 1999 columnistas afines al ejército cuestionaron la autenticidad del Diario Militar. Karin Escaler redactó una columna en la que afirmaba que cualquiera falsifica un documento. La posibilidad de que el Diario hubiera sido elaborado por organizaciones de derechos humanos fue planteada por un funcionario gubernamental durante la presentación del caso ante la CIDH, en octubre de 2008.

El 28 de mayo de 2021 Giovanni Fratti expresó, textualmente: “diario militar es doc falso que no tiene cadena de custodia legal, adquirido con dinero sucio de wola, ong de extrm izq para mantener persecusion ilegal contra el ejercito violando ley de reconciliacion nacional y la amnistia! MP tiene a guerrilleros persiguiendo a militares !!!”

Lea aquí la primera parte: “Diario Militar: el documento que permitió juzgar a la Inteligencia”.

Lea aquí la segunda parte: “El Archivo: el escuadrón de la muerte del Estado Mayor Presidencial”.

Lea aquí la tercera parte: “Policías contrainsurgentes”.

Lea aquí la cuarta parte: “Acusados: los represores en el banquillo”.

Esta es la quinta parte de un compilado de 6 reportajes sobre el Diario Militar, el documento desclasificado que describe el destino de 183 personas capturadas de forma clandestina por las fuerzas del Estado durante los años 80. Hoy, los oficiales que participaron en la creación de este dossier de la muerte, han sido capturados y están a punto de ser juzgados en los tribunales.